Cada vez son más las personas que sufren de estrés, estrés laboral, ataques de ansiedad, ansiedad por dormir o de cualquier otro trastorno. Esta perturbación en la mente altera los niveles de cortisol y como consecuencia, aumentan los niveles del estrés. Pero, ¿sabemos realmente cómo reducir los niveles de estrés? ¿Qué hay que hacer para conseguirlo? Te explicamos diez pautas que puedes seguir para intentar controlar el estrés en cualquier momento del día.

10 técnicas para reducir los niveles de estrés

Controla tu respiración

El diafragma juega un papel protagonista en la relajación. Y saber controlarlo requiere práctica, pero una vez que se consigue el resultado es garantía de éxito. Es una herramienta instantánea de calma y ayuda a reducir las sensaciones desagradables.

Medita

No es fácil, pero se puede conseguir. Despejar la mente de los problemas o dejarla en blanco es una de las técnicas que la meditación busca conseguir, aunque tan solo sea, dos minutos por día. Investiga entre estos canales de meditación y practica durante varios días hasta que lo consigas.

Intenta dormir bien

La fatiga es uno de los síntomas que más generan estrés. Busca trucos para dormir mejor, deja las pantallas por la noche, apaga las luces y sigue rituales de sueño que te ayuden a dormir de manera profunda y sin interrupciones para levantarte resplandeciente y lleno de energía al día siguiente.

Haz ejercicio

Más allá de liberar endorfinas, te hará sentirte bien contigo mismo. Hacer ejercicio es fundamental para equilibrar cuerpo y mente conseguir el bienestar y la calma. Gracias a la actividad física podrás mejorar tu autoestima y tu resiliencia mental.

Pasa tiempo contigo mismo

Pinta, escucha música, pon una película, lee un libro o visita un museo. Haz todo lo que te haga sentirte realizado y satisfecho. Encuentra el placer en actividades que hacías antes de padecer estrés y siéntelo de nuevo.

Evita sustancias nocivas

El alcohol, las drogas o la alimentación pueden ser acompañantes de este proceso, pero, en realidad, son tus peores enemigos. No busques consuelo en ellos y piensa siempre antes de ingerirlos que la sensación que dejarán en ti después será el doble de peor de la que ya tenías. Reemplaza estos hábitos con otros más saludables (como una alimentación consciente) y siéntete bien.

Crea tus propios pensamientos

Las personas que padecen al estrés, al saberlo, se reafirman en sus ideas y, por tanto, incrementan sus niveles de tanto pensarlo. Lo mejor es mantener la calma, pensar que la situación no es para tanto y repetir esta sentencia en voz alta al menos una vez por día para que el cerebro, termine finalmente creyéndoselo y controlando los pensamientos.

Haz anotaciones

Los pensamientos negativos suelen predominar frente a los positivos por lo que anotar las cosas buenas que suceden en tu día a día te ayudará a dominar la situación y a recordar su importancia con frecuencia.

Conecta con otras personas

Recurre a las personas que están cerca de ti y deja que de apoyen. Cuando las situaciones se tuercen, lo mejor que puedes hacer es compartir tus emociones con ellos y desahogar tus problemas afrontándolas y diciéndolas en voz alta. Escuchar otras opiniones te ayudará a cambiar tu mentalidad. No sientas vergüenza o miedo a pedir ayuda.

Aprende a hablar

Este miedo o vergüenza es, precisamente, uno de los factores que más alteran tus niveles de estrés ya que guardarse las emociones para no hace más que incrementar tu malestar y formarte nudos en el estómago que necesitas sacar afuera. Aprende a abrirte, libérate y confía en el resto de personas. Si por cuenta propia no te ves capaz, puedes acudir a terapia de conversación.