El objetivo del feminismo es claro, defender la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Los avances durante las últimas décadas han sido significativos pero la realidad es que todavía queda camino por delante. La necesidad de alzar la voz y recorrer las calles cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, lo pone de manifiesto.

Es innegable que la sociedad ha despertado y no le resulta un problema detectar las injusticias más flagrantes que siguen vigentes en 2024. Sin embargo, no sucede lo mismo con aquellos pequeños gestos o ejemplos menores de discriminación, conocidos como micromachismos, que llevan tanto tiempo entre nosotros y que en muchos casos hemos interiorizado y normalizado. Ahí está el error.

Lograr el futuro feminista requiere de desafíos, de retos que debemos hacer frente en el día a día, en aquellas pequeñas cosas. Desde ONU Mujeres lo tienen claro por ello y bajo el eslogan Igualdad de género hoy para un mañana sostenible han puesto sobre la mesa los objetivos a los que la sociedad debe poner solución para lograr el cambio definitivo: un futuro igualitario.

Los retos que debemos superar para que la igualdad sea una realidad

Poner el foco en la educación

La educación es el primer paso en el camino para lograr la igualdad de género. No debemos esperar a la adolescencia para tratar estos temas, la igualdad debe inculcarse desde etapas educativas tempranas. "Hay que hablar de aceptación de las diferencias y no partir de una situación de inferioridad por ser mujer", manifiesta Sylvie Pérez, psicopedagoga del Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya. La intención, según explica la propia Pérez, es no solo acabar con la visión de debilidad de la mujer en muchos aspectos, también empoderar a las docentes, uno de los objetivos que busca recalcar. Sin embargo, se trata de un cambio de perspectiva que debe mantenerse también en la edad adulta, con el claro objetivo de no acabar en estereotipos de género que crean desigualdad.

La brecha digital (de género)

La tecnología, el acceso a ella o la desinformación de la que nos nutrimos en las diferentes plataformas es otra de las grandes piedras en el camino. "El manejo de la tecnología desde pequeños es desigual por el tipo de juegos a los que juegan niños y niñas", explica Maria Olivella Quintana, coordinadora de la Unidad de Igualdad de la UOC. En el caso de las redes sociales, en concreto de Twitter, Olivella habla de grandes diferencias, por ejemplo en "las dinámicas de polarización, lo cual hace que sean menos amables para la mujer que para el hombre, porque las mujeres viven más en la cooperación que en la individualidad".

Reforzar el concepto de economía feminista

A pesar de los avances notorios, que van desde la visibilidad de la brecha salarial a la crítica de una economía tradicional ligada al neoliberalismo, el futuro no parece claro. Superar la falta de conexión entre políticas sociales y de igualdad y políticas económicas, según afirma Mayo Fuster Morell, directora de la Cátedra Barcelona - UOC en Economía Digital, investigadora principal del grupo Dimmons del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), es determinante. "Estamos diseñando la economía de este siglo y no se aplica perspectiva de género o no se encuentra a la mujer por ninguna parte", manifiesta.

Las trabajadoras domésticas, el eterno asunto pendiente

La Dra. Lídia Arroyo Prieto, investigadora del IN3, pone en el foco en la cuestión de la integración de los hombres en el cuidado e incide en la desigualdad de género que esto supone, "con los riesgos de salud y brecha salarial que comporta". Un cambio que también debemos integrar en el ámbito familiar. "Cuidar de otros es un trabajo: no tiene que ver solo con las relaciones privadas", apunta Fuster. Lo que necesitamos y buscamos implementar de inmediato es una reforma laboral que tenga en cuenta este tipo de trabajo de cuidados.

Empoderar a mujeres trans, migrantes y racializadas

Lejos de lo que sucedía en los primeros años de la lucha feminista, ahora debemos ir más allá de la clásica dualidad mujer/hombre "y tener en cuenta todas las diversidades de género", como bien apunta Fuster. El feminismo debe hacer frente a este reto de de la plena integración de todas estas mujeres desde una perspectiva interseccional. "El sexismo no es igual para una mujer blanca de ochenta años que para una niña negra de siete", resalta Fuster.

Situar a mujeres científicas e intelectuales en el punto de mira

Pese a los avances logrados, la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia cada 11 de febrero desde 2015 es el mejor ejemplo, todavía queda un largo camino por recorrer para que el acceso igualitario a este ámbito sea una realidad. Olivella cree que "el momento actual es el más fuerte y el conocimiento está más alineado" para que el hecho de dar visibilidad a referentes femeninos sea tan importante. No hablamos de sacar a la luz sus nombres sino de inculcar desde una temprana edad la labor que estas mujeres han logrado y decir que sí se puede. "Hace falta un cambio de paradigma", resalta.

international womens day
Chris Madden//Getty Images

Unidad dentro del feminismo

Parece obvio pero en muchas ocasiones no ha sido así. En ámbitos como la prostitución (abolicionista o no) o la llamada Ley Trans ha supuesto una grieta dentro de los feminismos. La celebración en Madrid de dos manifestaciones (una promovida por el Movimiento Feminista y otra, por el Comité 8-M) pone de manifiesto esta distancia que, pensando en el bienestar conjunto, debe acabar cuanto antes. Es un reto fundamental.

Mejorar (y ampliar) la comunicación sobre la violencia física y sexual hacia la mujer

"Las ideologías que quieren naturalizar la desigualdad de clases, razas o género han vuelto a tener legitimidad", advierte Olivella. Un retroceso inimaginable en la actualidad que debe superarse si queremos un futuro igualitario en cuanto a derechos.

La propia Olivella apunta a que, frente a movimientos como el #MeToo, han surgido posturas antifeministas que niegan la existencia de dichas violencias. ¿Cómo hacerle frente? No solo acompañando a las víctimas o preservando sus derechos, también mejorando la comunicación dentro de las escuelas o empresas. Se precisa "una mirada crítica que pase por la pedagogía y la confrontación con los datos 'reales'", apunta Begonya Enguix, experta en Antropología de los géneros y de las sexualidades, cuerpo e identidades, antropología urbana y de los medios de comunicación, y activismos LGTB.