Ya no hay vuelta atrás. La primavera es una de nuestras estaciones predilectas del año por todo lo que esta significa. Nos despedimos del frío invierno, dando paso a días más largos y con temperaturas más cálidas. ¿Y lo mejor? Es el claro presagio de que el ansiado verano está a la vuelta de la esquina.
Sobre todo, en estos momentos en los que se cumple un año con la pandemia en nuestras vidas y que necesitamos más que nunca una buena dosis de optimismo que nos confirme que cada vez queda menos y que el de ahora es el último esfuerzo que dar.
En el país nipón se conoce como HANAMI a la antigua tradición de admirar la belleza de las flores y es durante el periodo de floración de los cerezos durante los meses de marzo y abril cuando tanto japoneses como turistas se acercan hasta los campos, parques y jardines para ser testigos de este despertar de la naturaleza.
Desde Harper's Bazaar siendo conscientes de que este año va a ser imposible trasladarnos hasta el país nipón, hemos querido hacer nuestra pequeña selección dentro de nuestras fronteras donde apreciar nuestro hanami en la versión española. Porque no hay nada como recargar las pilas a modo de excursión de día o de fin de semana en la mejor compañía visitando algunos de los campos en flor más bonitos de España. Almendros, ciruelos, cerezos, melocotoneros... estamos en la mejor época del año para ser testigos de su floración.
Para poner el broche de oro a la jornada, te proponemos preparar un picnic para degustarlo al aire libre bajo los árboles, tras este una buena siesta o una lectura que se traduce en hedonismo en estado puro. Y además, prepara la batería de tu móvil ¡en estos paisajes los likes de Instagram están más que garantizados!
Ya sabes, escoge el campo que tengas más a mano y no dudes en organizar cuanto antes una escapada. ¡Promete depurar cuerpo y alma! Un pedacito de Japón sin necesidad de salir de España... #redescubriendoespaña #unaprimaveradiferente
Floración de Cieza (Murcia)
A media hora en coche de la ciudad de Murcia nos da la bienvenida en Cieza este festín de luz, color y olor localizada en la comarca de la Vega Alta del Segura. En esta ocasión los almendros se sustituyen principalmente por melocotoneros -su producto estrella-, pero también por albaricoqueros, paraguayos y ciruelos. Porque Cieza huele a melocotón ¡y mucho!
Entre finales de febrero y a lo largo de todo el mes de marzo, un manto de flores tiñe de blanco, rosa, lila y rojo los campos dibujando una de las estampas más espectaculares de España. Hasta aquí se acercan cada año miles de turistas para ser testigos de este espectáculo de la naturaleza que es toda una maravilla. Arte en estado puro.
Valle del Jerte (Extremadura)
En un extremo del Parque Nacional de la Sierra de Gredos -y a tan solo hora y media en coche de Cáceres-, nos espera la floración de los cerezos del Valle del Jerte. Más de un millón y medio de cerezos en flor despiertan a lo largo de los meses de marzo y abril en una explosión de colores que invita a la postal más bucólica. Y con ella también llega la Fiesta del Cerezo en Flor.
¿Lo más curioso? En el Valle del Jerte -declarado Bien de Interés Cultural- salen del letargo todos los cerezos al mismo tiempo. Primero encontraremos los que están en las zonas más bajas y a medida vayan pasando las semanas lucirán sus flores los que se localicen en mayor altitud. Además, obligatoria es la visita de algunos de sus pueblos como Cabezuela del Valle, Rebollar, Cabrero o Valdastillas.
Parque Quinta de los Molinos (Madrid)
Ahora que los cierres perimetrales están a la orden del día y que escaparse de una comunidad autónoma a otra se ha convertido en una auténtica odisea, nada como disfrutar de lo que tenemos bien cerquita dentro de la capital.
El Parque Quinta de los Molinos -a 800 metros de la parada de metro de Ciudad Lineal- se ha convertido en la mejor de los opciones para dar la bienvenida a la primavera sin salir de Madrid. Hasta aquí se acercan visitantes de todas las edades para ser testigos del equinoccio de primavera y -cómo no- hacerse la foto de rigor a golpe de like de Instagram.
La Vall de Gallinera (Alicante)
En el interior de la comarca de la Marina Alta (poco más de una hora de trayecto en coche desde Valencia y a 40 minutos de Denia) , son ocho pueblos los que conforman el cada vez más conocido La Vall de Gallinera. Una excursión lineal de unos 15 km que empieza en la localidad de Benirrama para continuar por los pueblos de Benialí, Benissivà, Benitaia, Alpatró, La Carroja, Llombai y Benissili.
Y custodiando a estos, los cerezos en flor invitan a un paseo calmado, acompañado de buen tiempo y de la mejor gastronomía de la zona. Nuestra recomendación Bazaar es que aparques el coche al inicio y continúes con la ruta -debidamente señalizada- a pie. ¡Puedes hacer los tramos que más te apetezcan en ese momento!
Nalda (La Rioja)
A tan solo 20 minutos en coche de Logroño, Nalda se presenta como la Capital del Ciruelo en flor. Es durante la primera semana del mes de abril cuando se celebra la Fiesta del Ciruelo, en agosto la de la ciruela Claudia recién recolectada y en diciembre la de la ciruela pasa. Nada tiene que envidiar a la explosión de colores que se da en el Valle del Jerte.
Pero esta floración no llega sola, pues acompañando a esta un sinfín de eventos, actividades, rutas turísticas, excursiones y festines gastronómicos para dar inicio a la primavera. Un festín para los sentidos que levanta el ánimo a cualquiera.
Valle del Tiétar (Ávila)
Cambiamos los ciruelos por cerezos y nos adentramos en la comarca abulense conocida como la 'Andalucía de Ávila' por su microclima estable durante los doce meses del año al estar custodiada por la Sierra de Gredos y que donde las temperaturas siempre son más cálidad que el resto de la provincia.
Siendo los ciruelos la mayoría de árboles de la zona, el visitante también encuentra otro tipo de flora donde destacan los olivos, naranjos o castaños. Por lo que se traduce en la escapada perfecta para los amantes del senderismo y del turismo rural tan activo en estos meses en los que andamos buscando distancia social, aire puro y mucha naturaleza. Vivir en primera persona la floración de más de 50.000 cerezos entre las localidades de Guisando, El Hornillo y El Arenal es hedonismo en estado puro. No habrás visto nada igual... ¡palabra!
Isla de Mallorca
A pesar de que el turista tradicional se escapa hasta la más grande de las Baleares durante el periodo estival, visitarla en cualquier otro momento del año es un regalo para los sentidos. En otoño los días de buen tiempo todavía se resisten a marcharse y los últimos chapuzones de la temporada están a la orden del día, en invierno es cuando la estación más calmada da cobijo y bienestar a todo aquel que la visita, mientras que con la llegada de la primavera los árboles de diferentes puntos de la isla florecen invitando al despertar más placentero.
Zonas como Santanyí, Bunyola, Sóller, Deià o Valldemossa -la mayoría en el corazón de la Sierra Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad- se convierten en parada obligatoria en esta ruta de la floración de los almendros. El color y el olor del Mediterráneo a golpe de 'Stendhalazo'. Pasen y vean...¡la gran fiesta de la P-R-I-M-A-V-E-R-A!
