Para desconectar no hace falta hacer demasiadas horas de vuelo. A veces basta con reservar un vuelo a Marruecos y desplazarse hasta el hotel Jnane Tamsna para darse un homenaje de desconexión absoluto. Porque este alojamiento, propiedad de Meryanne Loum-Martin, se ha convertido en uno de los preferidos para una escapada de lujo. Sus instalaciones lo evidencian, pero las prestigiosas visitas que recibe también lo avalan. Y, es que personalidades como Amelia Windsor no solo se han declarado devotas de este espacio, sino que además hasta han vuelto a visitarlo en varias ocasiones, tal y como vimos en 2020, y como podemos ver ahora.

La influencer y miembro de la familia real británica se ha escapado unos días al país africano. Desde allí, y a través de su perfil de Instagram, ha ido enseñándonos imágenes de ensueño del Jnane Tamsna. Decimos de ensueño, porque, efectivamente, este hotel cuenta con todo lo que podríamos imaginar durante una estancia en un viaje a Marruecos. Suma tan solo 24 habitaciones que están distribuidas en cinco casas diferentes con el mismo número de piscinas y una pista de tenis, por lo que nos queda claro que la intimidad es absoluta.

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Su propietaria, mujer de Senegal, es la encargada de la magnífica decoración del espacio, que te sumerge en elementos y homenajes a África, al Magreb y a la India, con una paleta cromática en la que encontrar todos los colores conjugados en una armonía magnífica: amarillo, rojo, rosa, naranja… Tonalidades vívidas que te acogen de la misma manera que, la propia Amelia Windsor escribió para Tatler en 2020, lo hace su equipo: "Sus propietarios Meryanne Loum-Martin y Gary Martin son parte integral de su estética y atmósfera. El dúo, junto con su equipo, han creado un lugar inspirador y tranquilo, con invitados que regresan año tras año gracias a cómo te hacen sentir como en casa. Inmediatamente te conviertes en parte de la comunidad hotelera, donde los huéspedes y el personal se saludan y conversan sobre sus diferentes experiencias y aventuras en Marruecos".

La naturaleza es parte fundamental, e integrada, del hotel. Para empezar, basta con saber que el barrio en el que se emplaza, el Palmeraie, toma nombre de las 100 mil palmeras antiguas que habitan en él, pero también que la denominación misma del alojamiento significa "gran jardín". No extraña, pues cuenta con un espectacular jardín, árboles y plantas que se sumergen en su decoración, como los olivos o las buganvillas.

También otro de los atributos por los que se sitúa como un edén hedonista es su gastronomía. Tiene un espacio fuera, en el jardín, y otro interior donde degustar cocina mediterránea y sabores propios de Marruecos como cualquier local. Desde delicias como el tagine de pollo con jengibre, pasando por diferentes platos de verduras, cuscús y otras propuestas que conquistan paladares. Pero allí aún hay mucho más, pues más allá de organizar varios tipos de retiros y ser ubicación de numerosos eventos de renombre, también permite la posibilidad a sus huéspedes de contratar experiencias de esas que no se olvidan. Ya sea talleres de cocina, paseos en camello, en bicicleta o en sidecar. Lo que trata de lograr Jnane Tamsna es que vuelvas y sientas que es tu casa. Por lo que comprobamos gracias a Amelia Windsor, que es una viajera experta, parece que lo consigue.