El lunes 28 de marzo, Amancio Ortega (León, 1936) llegaba a las oficinas coruñesas de Inditex como cada mañana, pero esta vez al fundador de la mayor empresa española le aguardaba la sorpresa más colosal desde que iniciara sus andaduras en 1975. Los 3.500 empleados que trabajan a lo ancho y largo de los 400.000 metros cuadrados de la central del grupo habían orquestado un pasillo humano para sorprender a Ortega, que visiblemente emocionado abrazó a su hija Marta cuando descubrió el convite al salir del ascensor en la primera planta del edificio.

A lo largo de los 13 minutos que dura el vídeo, padre e hija recorren las instalaciones mientras éste recibe felicitaciones de directivos como Pablo Isla, diseñadores, costureras y otros empleados, culminado por un vídeo flashmob que resume la victoriosa expansión de la compañía en los últimos años. Trabajadores de Zara, Uterqüe, Oysho, Pull & Bear, Bershka, Lefties obedecen a la coreografía desde las oficinas de Arteixo, Tordera, Ferrol, Londres, Nueva York, Hong Kong o incluso Juan Flórez, la calle coruñesa en la que Ortega abrió la primera tienda de Zara.

El año que marca el 80 aniversario de Ortega ha sido especialmente interesante para Zara, su firma matriz: tras elevar su cifra de negocio un 17,5% sumando una facturación neta de 20.900 millones de euros, situándose incluso por encima de Mercadona, ha propagado su éxito comercial con la apertura de un espacio en Nueva York (de 4.400 metros cuadrados) y otro similar en Bombay, por el que pagará su alquiler más elevado. Una expansión en paralelo a la nueva estrategia de la marca, que aunque verá crecer sus puntos de venta planea digitalizar la ayuda a sus clientes con la implementación de pantallas táctiles en sus tiendas. "Una aproximación total e integrada", según su director financiero Ignacio Fernández, unida a la ampliación de su venta online a Bulgaria, Finlandia, Croacia, Eslovaquia y República Checa.

Un día en Inditex: el imperio de Amancio Ortega