Si sigo siendo relevante para los jóvenes a mis 65 años, creo que puedo sentirme más que orgulloso", concede Dries Van Noten (Amberes, 1958) al otro lado de la pantalla. Se refiere a los estudiantes que cada año acuden a escuchar su historia como diseñador, y lo dice con una tímida media sonrisa que denota humildad y que habla del perfil bajo en el que se ha mantenido todo este tiempo. Escucharlo durante esta videollamada, iluminado por una luz matizada que revela un día gris preveraniego en Bélgica, podría considerarse un máster. Es cauto en sus palabras, pero rico en su discurso. Como su moda: una combinación de funcionalidad, comodidad, artesanía y pasión que ha cultivado durante casi 40 años y que lo ha posicionado como uno de los grandes diseñadores de culto de nuestro tiempo.

dries van noten
FE PINHEIRO - COURTESY DRIES VAN NOTEN
Retrato de Dries Van Noten.

Van Noten creció entre tejidos y pespuntes. Nieto de sastre e hijo de modistos, su bagaje guio su camino. "Fue muy inspirador y mágico. La moda era magia para mí siendo pequeño, y lo sigue siendo", apunta. Después estudió en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes. "Eran mediados de los 70. La costura acababa de perder su gran poder y proliferaban los diseñadores italianos, franceses y japoneses. Era un punto de transición, cambio y evolución, con influencias muy variadas y diseñadores de todas partes del mundo reescribiendo la historia a través de sus prendas", dice. Un caldo de cultivo que propició también una entrada inesperada del diseño belga en escena unos años después. Inspirados por la situación, él y sus compañeros Ann Demeulemeester, DirkVan Saene, Marina Yee, WalterVan Beirendonck o Dick Bikkembergs irrumpieron en escena bautizados como 'Los 6 de Amberes' (y un séptimo no oficial, Martin Margiela). "En Bélgica la moda no existía en absoluto. Podría decir que era el país menos de moda de la historia, así que lo que hicimos fue intentarlo. Éramos muy humildes como diseñadores, jamás pensamos que fuéramos a comernos el mundo. Al contrario. Fue más un: 'vale, vamos a hacer algo con esto y a ver qué sale'".

dries van noten, el diseñador de la artesanía que reina en la era de instagram
Javier Biosca
Chaqueta de jacquard, vestido de seda y encaje, y botas altas de piel, todo de DRIES VAN NOTEN.

Casi cuatro décadas después de su primera colección en 1986, su nombre sigue siendo uno de los más relevantes de esa exitosa hornada y de la industria internacional, además de uno de los más sencillos de pronunciar ("sí, ¡no me puedo quejar!", bromea después de mencionar a sus colegas entre fonemas imposibles al oído castellano). Sus férreos valores lo han mantenido firme en su trono llevando la artesanía por bandera, un pilar ahora en alza que él ha defendido siempre: "En mis colecciones pongo mucho esfuerzo en mantener los oficios, apoyarlos, en sobrevivirlos. Por eso me alegran noticias como que una de mis tejedurías favoritas cerca de Lyon, que trabaja con telares de madera de los años 20, haya sido comprada por Hermès cuando estaba al borde de la bancarrota. En moda hemos perdido ya muchas cosas, no podemos permitirnos seguir así", sentencia. Esta también es parte de la intención sostenible que ha tenido siempre de cara a su trabajo, un concepto, manoseado de más hoy en día, que le genera ciertas dudas: "Hoy hay mucho greenwashing. Sigue habiendo desfiles en la otra punta del mundo para los que se vuelan a cientos de personas. Siempre he dicho que la única forma de hacer moda sostenible es no haciendo moda alguna, pues creo que todos tendríamos ropa suficiente para el resto de nuestra vida. Pero, al final del día, tienes que ser capaz de irte a dormir sabiendo que has hecho las cosas bien. Lo que yo quiero es hacer ropa que tenga sentido, tan sostenible como pueda".

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Javier Biosca
Abrigo de piel laminada de DRIES VAN NOTEN.

El belga ha diseñado siempre de la misma manera: pieza a pieza. "Quiero crear un alfabeto con el que la gente pueda construir sus propias palabras, coger diferentes elementos de distintas colecciones y combinarlos con piezas de colecciones pasadas, de marcas high street o con vintage", cuenta. Por eso nunca ha sido un creativo de tendencias. Lejos de seguir lo que parece decir la corriente, él prefiere dictarse por lo que le pide el corazón: "Es que nunca me han gustado las grandes predicciones de moda, lo que hace mucho ruido en Instagram y sentencia cosas. En los 70 la moda se dictaba en las revistas porque en ese momento la gente no tenía conocimiento, pero ahora todos sabemos perfectamente lo que queremos. Hoy en día, generalizar es antimoda. La ropa tiene que resaltar tu personalidad, y eso es opuesto a poner normas y marcar pautas".

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Javier Biosca
Vestido y torera, ambos de organza estampada, y botas altas de piel, todo de DRIES VAN NOTEN.

Este pensamiento es también el que lo ha ayudado a ser fiel a sus principios manteniendo su marca independiente hasta 2018, cuando fue adquirida por el conglomerado de lujo español Puig. Lejos de tomárselo como una redención, con la madurez de la experiencia lo entiende como una necesidad para que su firma —y su equipo— perduren. "Buscaba un futuro para mi compañía, intentando que la herencia que he creado junto a mi equipo pueda tener continuidad cuando yo no esté por el motivo que sea. Hay mucha gente que ha trabajado conmigo durante 30 años y, para mí, no era honesto darles el portazo una vez yo no quisiera o pudiera continuar con la empresa. Puig, al ser una compañía familiar, tiene una visión diferente de las cosas, como nosotros. Era el lugar perfecto para evolucionar".

dries van noten, el diseñador de la artesanía que reina en la era de instagram
Javier Biosca
Gabardina de algodón estampado de DRIES VAN NOTEN.

Su colección Otoño/Invierno 2023-24 —fotografiada en estas páginas en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, el marco perfecto para una firma como la de Van Noten— habla de intimidad. "Me interesaba esa ropa que vistes por mucho tiempo y reparas constantemente. Se te rompe una camisa y la coses con un hilo dorado, por ejemplo, embelleciéndola y creando una pieza nueva. Me inspiraba mucho la idea de hacer cosas para uno mismo y no para los demás, por eso los detalles más interesantes están en el interior de las prendas", cuenta.

dries van noten, el diseñador de la artesanía que reina en la era de instagram
Javier Biosca
Chaqueta de lana, vestido de organza y estola de pelo sintético, todo de DRIES VAN NOTEN.

Van Noten no necesita de logos, ni de streetwear, ni de grandes campañas de marketing porque su nombre habla por sí solo a quien tiene que hacerlo. Para sorpresa de muchos, lo hace a un amplio abanico de público, desde jóvenes (una generación cuya atención parece a veces estar puesta en otros ámbitos) hasta mujeres de edad avanzada que encuentran confort en la calidad de sus piezas. Habla del chaval de 16 que va a su tienda a buscar una camiseta con el mismo entusiasmo que lo hace de la mujer que encuentra un look icónico en sus perchas. Así es como mantiene viva la chispa por lo que hace: "Me llena mucho poder hacer a la gente feliz con mi trabajo. Puede sonar cursi, pero mi mayor ilusión es diseñar piezas que alegren la existencia a alguien. Puedes estar con el ánimo bajo, ponerte un determinado jersey, y sentirte un poco mejor. Ese es el gran poder de la moda".

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Javier Biosca
Vestido de terciopelo con paneles de lamé y botas de piel, ambos de DRIES VAN NOTEN.

Peluquería y maquillaje: Cynthia De León (Cool Producciones). Producción: Beatriz Martínez Velasco. Asistente de fotografía: Borja Llobregat. Modelo: Gin (Blow Models). Agradecimientos: Real Fábrica De Tapices.