Cuando mi agente me dijo que íbamos a hacer fotos con el Thyssen vacío, le dije que si estaba de broma. ¡Me pareció un sueño!", dice Dariam Coco (Lanzarote, 1994) mientras observa ensimismada el retrato de 'Tita', la baronesa de nuestra portada de mayo. Acaba de posar frente a él enfundada en un vestido largo y ligero que le sienta como un guante. Este también tiene historia... y sorpresa. Muchos de los integrantes del equipo no saben que se trata de una pieza de la nueva —y, en el momento de la sesión, secretísima y embargada— colaboración de Mango x Victoria Beckham. Ella, la personificación del poder de la reinvención; ex-Spice Girl, ahora dueña de uno de los imperios de moda y belleza más deseados de la industria; la mujer que entiende lo que quieren otras féminas. Un icono que ahora colabora por primera vez con una marca de high street, ¡española nada menos!, en una colección de prendas y accesorios para este verano. "Quería hablar a un público más amplio de una forma que fuera relevante para mi marca y conservara nuestra estética y ADN, y estoy muy orgullosa de lo que hemos creado juntos. Me impresionó el nivel de ejecución, la atención al detalle y el savoir-faire de los equipos de Mango", explica la británica, cuyos estándares en sastrería, la especialidad de su marca, no son precisamente bajos.
Pero volvamos al Thyssen. Coco, ahora con un conjunto de camisa y pantalón de gasa y unas sandalias planas que prometen agotarse en cuanto se active el botón de compra en la web del gigante textil, se tumba con cuidado en un banco frente al célebre Mata Mua de Gauguin. Levanta la pierna en 'L' emulando a Victoria en algunas de sus fotos más irónicas en redes sociales. 'Clic', justo antes de que una excursión de colegio empiece a desfilar por la sala, con el museo recién abierto al público. Coco creció en una isla-museo, Lanzarote, rodeada de impulsos de la naturaleza y del arte de César Manrique. "Vivía como si estuviese en un cuento. Era un lugar donde me sentía segura, pero, a la vez, también sentía que no encajaba del todo. Tuve una infancia bastante solitaria y muy conectada con la tierra, y creo que eso ha influido mucho en mis valores de hoy", concede.
Sus raíces son mixtas (su padre, de Guinea Ecuatorial, y su madre, de España), y eso, cuenta, definió mucho su personalidad. "Siempre en el medio. ¿Qué soy? ¿De dónde soy? Intentar ubicar mi identidad siempre me ha generado un conflicto interno, pero por fin me he dado cuenta de que no hace falta, que no tengo que ser sólo una cosa", comparte. Era "la única niña negra" en el colegio, entre sus amigos, en cualquier lugar; pero mudarse a Madrid para estudiar Periodismo le cambió la vida. "Interactuar allí con gente de todo tipo, de distintas etnias, me dio otra perspectiva", dice. Allí empezó una carrera de la que no estaba 100% segura, y fue al ver a un amigo en una obra de teatro cuando, para luchar contra su timidez, decidió apuntarse a un taller de interpretación. Sin quererlo, encontró su vocación y, tras varios castings y un punto de inflexión personal, decidió arriesgar, dejar los estudios y focalizarse en aquello que, por fin, la llenaba. "Si no me hubiese dedicado a nada relacionado con el arte, me habría costado mucho más trabajo romper con ciertos bloqueos que me limitaban mucho. Gracias a esta profesión he logrado ser más libre, y por eso más feliz".
Este año (en el que estrenará La Máquina junto a Gael García Bernal y Diego Luna, o la tercera temporada de The Paradise), cumple 30 años. "Me siento en un momento de cambios. A lo largo de este tiempo he ido construyendo mi carrera un poco sobre la marcha, y ahora siento que estoy creando, por fin, una visión más pensada y sólida de lo que quiero. Por eso me apetece tanto entrar en esta década, porque parece que por fin todo se coloca en su sitio", cuenta. Además, vivirá una catarsis personal: por primera vez, viajará a su otro país, a Guinea, para conocer sus raíces y poder completar su historia. Un viaje que, además, tiene intención de escribir, otra de sus pasiones. También como actriz ansía redescubrirse. Sorprenderse. "Me apetece hacer personajes que se alejen de mí para jugar a desenvolverme donde no me conozco tanto. Me encantaría explorar la sensualidad y la feminidad; creo que siempre he estado más cómoda en papeles introvertidos, como soy yo misma, pero quiero explorar lo contrario: esa sensualidad que a mí, como mujer, habiendo ido a un colegio de monjas, nunca me ha hecho sentir del todo a gusto. Tengo muchas ganas de soltarme".
Vídeo: D. Pasku. Peluquería y maquillaje: Jose Carlos González. Producción: Beatriz Martínez Velasco. Asistente de fotografía: Laura F. Izuzquiza. Asistente de estilismo: Diego Serna.
