Ayer por la mañana se coonfirmaba un incremento en las ventas de Inditex del 10%, logrando un beneficio neto en los primeros tres trimestres de este año de 2.341 millones de euros. Una buena noticia para la mastodóntica empresa gallega que se nubló, horas después, con el anuncio cada vez más inevitable del abandono de cargos paulatino por parte de Amancio Ortega en la empresa.

A sus 81 años, quien abriera la primera tienda de Zara hace 43 años (tiempo en el cual se ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo) continua su camino hacia la jubilación, una transición que inició hace ya seis años al ceder la presidencia de Inditex a Pablo Isla.

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En el Boletín Oficial del Registro Mercantil de A Coruña se publicó ayer que el empresario gallego había abandonado su cargo como administrador de 53 filiales del grupo, entre las que se encuentran Zara, Massimo Dutti, Pull & Bear, Bershka, Oysho, Lefties o Stradivarius, según informa el diario Expansión.

Amancio Ortega sigue siendo el mayor accionista de la empresa con un 59,2% del capital, en su gran mayoría gracias a la sociedad inmobiliaria de Pontegadea. Además, se mantiene como consejero de Inditex a pesar de que para el resto de miembros del consejo exista un tope de edad hasta los 68 años. La jubilación de uno de los hombres más poderosos del globo está cada vez más cerca.