Quizás alguna vez al mirarte al espejo, has percibido que te gustaría que tu rostro tuviera algo más de volumen allí y algo menos por otra zona. Y aunque hay procedimientos que pueden modificar casi todas las aristas del rostro, existe una intervención quirúrgica de la que no se habla demasiado y puede tener un efecto radical en la percepción del conjunto de la cara. Una mentoplastia –la modificación de los rasgos del mentón– puede conseguir que los pómulos parezcan mucho más prominentes, dibujar de la nada la línea de la mandíbula o crear un rostro mucho más armónico. Y es que esto último es el objetivo final de la intervención.

¿Qué es la mentoplastia?

La mentoplastia se refiere a cualquier modificación de la zona de la barbilla y los tipos de intervención que se pueden realizar son variados en función de lo que cada paciente requiera. Se puede aumentar la proyección –hacia adelante o hacia abajo– ya sea con implantes o modificando el propio hueso, o por el contrario, para disminuir la misma, en caso de barbillas demasiado pronunciadas. "El objetivo de la mentoplastia es cambiar la forma o el tamaño del mentón disminuyendo, aumentando o corrigiendo el mentón para mejorar la simetría de la cara y dar mayor armonía a la estructura del rostro y el perfil del paciente", explica el Dr. Díaz Infante.

Otro de los puntos donde se puede notar gran diferencia tras realizar esta intervención es el ángulo cervicomental (la unión entre el cuello y la barbilla), la mentoplastia puede ayudar en caso de caras redondas a conseguir una mayor definición en el rostro y en el cuello. También se apreciará una mejoría importante en caso de mentones recesivos o retrusivos –aquel cuyo perfil se dibuja por detrás de la línea de los labios al mirarnos de perfil–. Y es que en este tipo de rostro, la parte inferior del mismo se percibe como desproporcionadamente pequeña. En estos casos se procede a realizar un aumento de proyección para lograr una mayor armonía facial.

¿Cómo se realiza la mentoplastia?

La mentoplastia es una cirugía que se lleva a cabo en quirófano bajo sedación intravenosa –algunos cirujanos la realizan con sedación local, pero lo común es la anestesia general–. Para esta intervención se suele pedir al paciente que no ingiera aspirina durante los 10 días anteriores, así como alcohol. El procedimiento dura una hora aproximadamente y no requiere ingreso, por lo que unos 45 minutos después de la intervención los pacientes se pueden marchar a casa. "Si la intervención quirúrgica tiene como objetivo aumentar el mentón, se podrá implantar una prótesis o deslizar un fragmento de hueso hacia adelante para darle proyección. Si por el contrario, lo que se desea es disminuir su tamaño, se procederá a reducir el hueso", añade el doctor.

Cabe destacar que la mentoplastia, además de cambiar la forma y el tamaño del mentón para conseguir una mayor simetría con los rasgos faciales, puede ayudar a corregir posibles malformaciones que se han dado como consecuencia de un desarrollo asimétrico de los huesos de la mandíbula.

¿Existen otros tratamientos alternativos a la mentoplastia?

Si quieres solucionar este problema, pero pasar por quirófano es un gran inconveniente para ti, existen otras alternativas. Se puede conseguir compensar volúmenes faciales con inyecciones de bótox o con láser para tensar la piel en la zona que rodea el mentón. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas opciones son temporales y requerirán una aplicación repetida del tratamiento. Con la mentoplastia, por el contrario, se obtiene un resultado permanente.