Pese a que el consumo de las vitaminas prenatales por parte de las mujeres –también conocidas en la actualidad como suplementos prenatales– está destinado a la etapa de gestación, es habitual que muchas de ellas recurran a las mismas más allá del embarazo gracias, en gran parte, a sus notables beneficios para la salud del cabello, el aspecto de la piel o incluso para la propia salud de las uñas.

¿Cómo actúan las vitaminas prenatales?

"Las vitaminas prenatales contienen muchas vitaminas en cantidades muy específicas: el ácido fólico, el yodo –favorece la producción de la hormona tiroidea, interviene en procesos neuromusculares y participa en el funcionamiento celular–, el calcio, el hierro, la vitamina F, la vitamina B12 –que previene la anemia, combate la fatiga o mejora el funcionamiento del sistema inmunitario entre otros beneficios– o incluso la biotina", asegura la doctora Raesha Jaffer. Ella misma ha confirmado que esto, unido a los cambios hormonales por los que pasan las mujeres durante el embarazo, es lo que da lugar, principalmente, a los beneficios de belleza tan notables en esta etapa, como es el caso del brillo propio adquirido durante el embarazo o el fuerte cabello que puede verse en aquellas mujeres que están a punto de dar a luz.

Sin embargo, la propia doctora ha querido dejar claro que la única función de este tipo de vitaminas es "apoyar el desarrollo saludable del bebé, un individuo completamente nuevo", ninguna otra. De ahí que considere innecesario e incluso negativo tomarlos más allá de esta etapa. "Podrías experimentar efectos secundarios perjudiciales", ha resaltado. Esto sucede como consecuencia de que las vitaminas prenatales cuentan con un alto contenido en hierro o calcio, ya que las mujeres durante el proceso de embarazo necesitan más que el resto, por lo que Jaffer asegura que este "exceso puede ser dañino y perjudicial" para diferentes órganos del cuerpo.

Unas declaraciones claras y rotundas que deberían poner en alerta a todas aquellas mujeres que recurran (o tengan pensado recurrir) a estas vitaminas prenatales tan solo por motivos como pueden ser el crecimiento o la fuerza del cabello, y no por salud durante el embarazo. "Superar esos límites puede aumentar el riesgo de problemas de salud. En el caso del ácido fólico, un exceso podría empeorar algunos síntomas de la carencia de vitamina B-12. Y en cuanto al hierro, un exceso puede afectar a los niveles de zinc en el organismo. Un exceso de hierro puede provocar también náuseas", añaden desde Mayo Clinic.

Por esta razón, los especialistas coinciden en que en la mayoría de casos, una alimentación equilibrada y nutritiva hace innecesario el hecho de tomar suplementos en personas que no estén embarazadas. "El hierro y el folleto se encuentran de forma natural en muchos alimentos. Por ejemplo, las espinacas son una buena opción para el hierro y el folleto. Otros alimentos, como los cereales para el desayuno, están fortificados con hierro y ácido fólico", concluyen los especialistas de Mayo Clinic.