Pan, queso, pan con queso, queso con queso… Lo cierto es que el orden no altera el producto si se trata de estos dos ingredientes. Eso sí, cuando el objetivo es cuidar la línea, ambos quedan relegados a aquel recóndito lugar de la memoria donde aún sobreviven esas deliciosas (y prohibitivas) meriendas de la abuela y las tardes de helado y cuchara. Pero, aun así, no hay en el universo gastronómico un foodporn moment más poderoso que el de mojar pan. Y qué decir si lleva queso, ya sea encima, debajo o relleno, para las más atrevidas.
Ahora bien, ¿y si hubiese una forma de incluirlo en la cena y que, además, se tratase de una opción saludable y compatible con la pérdida de peso?
Repite conmigo: el pan (de verdad) no es malo
A pesar de haberse ganado el odio de todo tipo de dietas, personas e ideologías anti-gluten, lo cierto es que el pan puede ser una excelente fuente de carbohidratos cuando su origen y preparación es de calidad. Es decir, cuando se trata de pan, no todo vale.
Como explica la dietista-nutricionista Sara Jiménez Huertas, es difícil encontrar en el supermercado panes de calidad, ya que suelen estar hechos a partir de harinas refinadas y multitud de ingredientes innecesarios para el organismo. La clave es, según la experta, mirar la lista de ingredientes y que esté encabezada por harina integral, agua, masa madre y sal. “Aunque lo ideal sería preparar nuestro propio pan integral con masa madre en casa”, advierte. En este sentido, la fermentación del pan no solo facilita la digestión y absorción de los nutrientes, también mejora la salud de la flora intestinal, esencial para la salud.
Y tampoco hay por qué renunciar al queso
Si bien es cierto que el queso es un alimento bastante calórico, es más fácil pasarse de calorías tomando galletas light que comiendo una porción de queso curado, ya que este es mucho más saciante y una pequeña ración acabará antes con esa sensación de hambre. Además, como ha explicado en otras ocasiones entrenador Darío Santana, es una interesante fuente de proteínas y grasas de calidad, calcio, potasio, fósforo y vitamina D.
“Desde el punto de vista de la salud, los quesos vegetales, en especial los crudiveganos, son más nutritivos, menos procesados y más naturales. Son alimentos muy complejos, ricos en calcio, minerales, oligoelementos, carbohidratos, grasas saludables y vitaminas”, señala Consol Rodríguez, autora del libro de recetas crudiveganas Pan con Queso, ofreciendo una alternativa aún más healthy y apta para todo tipo de dietas.
Queso fundido de almendras con calabaza fermentada, de Consol Rodríguez
Ingredientes
Para la calabaza:
- 250 g de calabaza previamente pelada (y con sus semillas)
- 1/2 taza de agua de mar
- 1/2 taza de agua de calidad
Preparación
Cortar la calabaza en cubitos y colocar en un bote de vidrio de 1,5 litros con tapa. Un cuarto del bote debe quedar vacío.
Mezclar las dos aguas, cubrir la calabaza con la mezcla y cerrar el bote con su tapa. Debe fermentar durante tres días, evitando que se mueva y que le dé la luz.
Para el queso:
- 250 g de mantequilla de almendra
- 2 cucharadas de cáscara de psyllium en polvo
Preparación
Una vez preparada la calabaza, mezclar en una batidora junto a los ingredientes del queso y batir hasta formar una crema suave.
Debe fermentar durante otras 24 horas a temperatura ambiente en un bote cerrado de vidrio. Antes de servir, volver a batir para conseguir el efecto de fundido.
Aunque para los más tradicionales, también existen formas de disfrutar del plato con queso por excelencia (sí, hablamos de la pizza) sin remordimientos.
Pizza de verduras con feta, de Zúa Alimentación Saludable
Ingredientes
Para la masa:
- 1 taza de harina integral
- 1 sobre de levadura de pan o fresca
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen
- Agua templada
Preparación
Diluir la levadura y la sal en el agua templada y en un bol mezclar la harina con el aceite y la levadura. Después, hacer una bola, tapar y dejar fermentar hasta que doble su volumen.
Para el relleno:
- Salsa de tomate
- Queso curado
- Queso feta
- Yogur de oveja
- Verdura en rodajas
- Cebolla roja en rodajas
- Orégano
- Aceite de oliva
Preparación
Una vez extendida y amasada la masa, cubrir con el tomate, el queso rallado y el yogur. Añadir el resto de los ingredientes desmigando encima el queso feta con el orégano y un poco de aceite. Hornear a 250 grados en la parte más baja del horno durante 7-8 minutos.