Desde hace algunos años, la primera fila de los partidos de la NBA son (casi) tan atractivas como el front row de un desfile; por algún motivo (intereses, económicos o amorosos) grandes celebrities del otro lado del charco se han aficionado a ver el baloncesto a pie de cancha. Todos con sus mejores looks. Todos preparados, como en cualquier evento de moda, para la foto. Rihanna saca sus mejores (o, al menos, más llamativas) armas estilísticas cuando se trata de acudir al Stapless Center de Los Angeles o al Madison Square Garden de Nueva York; lo mismo con Beyoncé, quien en su momento tuvo en su poder, incluso, todo un equipo de basket. Y, cómo no, el klan: las Kardashian-Jenner encontraron el flash en el basket mucho antes de que la industria de la moda les abriera su selectivo corazón. Por eso, para Kendall Jenner, la noche del lunes, mientras sus mejores amigas (menos Gigi, claro) jugaban a ser ángeles para Victoria's Secret al otro lado del globo, tuvo más que ver con triples, botes y bocinas que con lencería.

La modelo desfiló en la pasada edición de la pasarela más mediática junto a sus inseparables Gigi y Bella Hadid; también en la de 2015, su primera incursión en el universo 'angelical' de la marca. Sin embargo, este año, un multimillonario contrato con La Perla (competencia directa de Victoria's Secret) le ha impedido desplegar sus alas hasta Shanghái junto a sus compañeras de batallas. Así que había que buscarse un plan alternativo y, teniendo en cuenta que su actual pareja, Blake Griffin, es una de las estrellas de la liga norteamericana de baloncesto, acudir a uno de sus partidos se debió antojar como la opción perfecta (sobre todo teniendo en cuenta que en Shanghái, el encargado de poner música al show era Harry Styles, uno de sus ex).

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Y es que, para Kendall, la primera fila de los partidos de baloncesto es su pasarela particular. Lo demostró hace algunas semanas, cuando apareció con las botas glitter de Saint Laurent por Anthony Vaccarello que costaban -la nada desdeñable cifra de- diez mil dólares. El estilismo de ayer tampoco se quedó atrás: combinó vaqueros y jersey de punto con unas botas de caña extra alta en piel blanca. También un accesorio comodísimo para aguantar tres horas de partido, ¡dónde va a parar!

Además, horas antes Kendall Jenner aprovechó para hacer el contrafitting -por aquello de calmar el gusanillo de las ganas de desfile que tendría, quizá- así que se plantó frente a la cámara de su Instagram en una tienda vintage y se lo puso, sin más rodeos, todo encima. Tal que así:

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