41.071 correos electrónicos, 350 horas de mensajes de voz, 744 tweets, 46 mensajes de Facebook y 106 páginas de cartas. Estas son las cifras del acoso que durante cuatro años y medio vivió el cómico y escritor escocés Richard Gadd a manos de una mujer 20 años mayor a la que no conocía de nada, pero decidió invitar a una taza de té en el bar de Londres en el que trabajaba. Un gesto entre la empatía y la lástima que terminó por convertirse en una aterradora experiencia vital y que ahora ha llevado a la pequeña pantalla. Mi reno de peluche, la catártica miniserie de Netflix titulada con el sobrenombre que la acosadora (llamada Martha en la ficción para proteger su identidad) le puso a Gadd, es ya un fenómeno y ocupa los primeros puestos del top ten de las series más vistas de Netflix en distintos países. Estas son tres razones –hay muchas más– por las que deberías ver la serie de la que todo el mundo habla y una de las firmes candidatas a ficción del año.
Está basada en una historia real
El cómico y autor escocés Richard Gadd escribe y protagoniza una miniserie de siete episodios en la que narra los más de cuatro años en los que fue víctima del acoso de una mujer (además de exorcizar un trauma previo del que no daremos más datos para evitar los spoilers). Es una ficción visceral con toques de un humor negro que se van desvaneciendo para dejar paso a capítulos mucho más oscuros. Gadd primero transformó sus experiencias en una obra de teatro y su éxito lo llevó a escribir una adaptación para Netflix durante los meses de encierro pandémico. "Es difícil vivir con ello, pero creo que estoy bien en este momento", ha contado en recientes declaraciones a The Times.
Aborda el acoso y el consentimiento desde un punto de vista muy necesario
La serie llega en un momento en el que el acoso y el consentimiento protagonizan un necesario debate social. En Reino Unido (el autor es escocés) solo el 6,6% de los acosadores denunciados son acusados de un delito y solo el 1,4% son condenados, mientras que más del 80% de los casos de acoso en Londres fueron categorizados erróneamente entre 2015 y 2023, desestimando el testimonio de muchas de las víctimas o tachándolas de paranoicas.
De hecho, cuando Gadd acudió a la policía para denunciar a Martha, su testimonio fue puesto en duda: ¿un hombre joven en plena forma acosado por una mujer?. "Cuando acosan a un hombre, esto puede ser retratado en las películas y la televisión como algo sexy: una mujer fatal que poco a poco se vuelve más siniestra. No conlleva tanta amenaza de violencia física, es menos común y puede trivializarse. Yo tenía miedo físico porque no sabía hasta dónde podía llegar, podía tener un cuchillo, pero además pensé en lo terrorífico que sería si fuera un hombre alto y aterrador", ha declarado el autor y protagonista de Mi reno de peluche. De ahí que la serie esté muy lejos de ser una romantización del acoso y, de hecho, muestre muchas de sus aristas sin olvidar el kit de la cuestión: es una enfermedad mental.
Resulta incómoda de ver, pero no puedes parar
Mi reno de peluche no es una serie fácil de digerir ni para todos los públicos, pero es carne de maratón. La trama es adictiva y tiene un giro que la hace aún más dura y profunda. Además, el propio protagonista retrata su imperfección y los errores que él mismo cometió y que, según ha dicho, empeoraron la situación; motivo por el cuál nada es blanco o negro y muchos espectadores pueden identificarse con los personajes o sus vivencias. "El flirteo tontorrón, las excusas cobardes de por qué no podíamos estar juntos, los prejuicios internalizados y la lástima sexual" son algunos de los errores por los que Gadd entona el mea culpa. Mi reno de peluche no es, desde luego, la típica serie que ya has visto. Y esa es una de las razones más poderosas por las que millones de personas alrededor del mundo ya se han enganchado.
