Estar sentados, generalmente siempre en la misma postura, mirando al ordenador, en la mayoría de las ocasiones con la espalda (y el cuerpo en general) en la posición incorrecta, se ha convertido en algo habitual para la mayoría de la población. Cada vez son más las profesiones o trabajos catalogados como "de oficina", y la digitalización ha provocado que cada vez pasemos más horas sentados frente al ordenador. Y claro, como era de esperar, esto ha provocado que los especialistas comiencen a preocuparse por los efectos en la salud, que van más allá del simple dolor de espalda o de problemas musculares o de las articulaciones. De hecho, ha sido la Organización Mundial de la Salud quien, recientemente, ha incluido el sitting o sedentarismo como uno de los factores de riesgo a la hora de padecer cáncer, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Es tanta la preocupación por esta tendencia en alza que, según aseguran las autoridades sanitarias, permanecer sentados durante más de seis horas podría ser tan perjudicial como el tabaco para la salud de las personas.

Pero, ¿qué tiene que ver el progreso, la digitalización y la aparición de nuevos empleos en el incremento de esta epidemia? Al parecer, todo. La digitalización de prácticamente todos los secotres (industria y fábricas,medios de comunicación, herramientas de diseño, medicina, ingeniería y una interminable lista) ha obligado a los profesionales de cada gremio a abandonar el campo de trabajo y sustituirlo por un mismo espacio compartido: la silla y el ordenador. Ana Velázquez, fisioterapeuta y posturóloga, fundadora del Centro de Prevención en Artes Escénicas, nos explica: "Sin duda el impacto de las pantallas de visualización de datos ha sido importante: el ordenador es un objeto que hipnotiza al usuario y lo mantiene sin cambiar de postura durante largos periodos de tiempo". Porque ordenadores y demás dispositivos digitales no solo se han convertido en la principal herramienta de trabajo, sino que son el principal elemento de ocio una vez llegamos a casa. Es decir, desconectamos del trabajo con el mismo tipo de actividad, bien sea viendo series en el ordenador, navegando por páginas web o actualizando nuestras redes sociales. Y esto, al fin y al cabo, hace que nuestro cuerpo permanezca en una postura sedentaria muchas más horas de las que debería. "Esta inmovilidad prolongada evita la buena circulación de la sangre y hace que el cuerpo no reciba los medios de funcionamiento que le proporcionaba una movilidad constante", nos cuenta la experta.

Entre los efectos más comunes del sedentarismo destacan la retención de líquidos y grasa (cuya principal consecuencia es la popularmente conocida como celulitis), así como enfermedades cardio-pulmonares. Y muchos pensarán que este tipo de problemas se dan solo en personas que no practican ejercicio, cuando lo cierto es que afecta a todos aquellos que pasen más de seis u ocho horas sentados en una misma (y mala) postura. Tal y como aclara la especialista, "la idea de ir al gimnasio a quemar grasas, tres o cuatro veces por semana, resulta absurda si se acumulan a los 50 minutos de permanecer sentados. La solución más práctica a esto es caminar mínimo cada hora, así como llevar a cabo estiramientos y movimientos concretos".

Por ello, para combatir el sedentarismo al que hemos llevado nuestra rutina (casi de forma obligada), desde el Centro de Prevención de Artes Escénicas nos ofrecen algunos consejos básicos como mantener un movimiento casi constante, caminar cada hora, hidratarnos o visitar a menudo a un fisioterapeuta o posturólogo. Sin embargo, la especialista Ana Velázquez, nos habla además de algunas soluciones mucho más novedosas que los expertos en salud recomiendan incorporar en empresas o colegios. "Desde hace muy poco, los fabricantes de muebles de oficina están atiendiendo a la necesidad de hacer mesas de trabajo con altura variable que permitan a los usuarios trabajar de pie, sentados o medio sentados".

Un progreso que, según nos cuenta la doctora Velázquez, sería idóneo para acabar con esta tendencia, a la que deberíamos añadir otros hábitos como los que nos explica la especialista, como debatir asuntos con compañeros, jefes o subordinados dando un paseo o de pie en el despacho, en lugar de recurrir siempre a estar sentados al rededor de una mesa. " Una manera de restarle protagonismo a la postura sedente es la de adoptar posturas intermedias, de apoyo de un brazo en una barandilla, de un hombro contra una pared…posturas que no se mantienen durante largos periodos de tiempo y que no deforman la espina dorsal de manera patógena", nos cuenta Ana Valázquez. Y añade, "otra buena costumbre puede ser la de realizar estiramientos y flexiones periódicamente , tratando de dejar en desuso la norma de buena educación que desaconseja bostezar, estirar los brazos y otros gestos que la sociedad cataloga de mal tono si se realizan en público".

Al fin y al cabo, los especialistas no hablan de otra cosa que retomar, con pequeños cambios en nuestros hábitos de vida, algunas costumbres favorables para nuestro cuerpo que hemos dejado de lado con la digitalización y el progreso. Porque todo lo que las tecnologías e Internet nos han ofrecido y las facilidades que hemos adquirido en nuestro día a día no deberían perjudicar nuestra salud.