Sobre el papel, el nuevo recorrido de la carrera We Run Barcelona-Cursa Bombers 2015 estaba diseñado para mejorar tus tiempos. La diferencia de 22 metros negativos entre salida y llegada, y una altitud acumulada mejor de la de años anteriores, además de una reducción del número de curvas a tan sólo 11, la convierten en uno de los circuitos más rápidos del calendario internacional. De este nuevo diseño se valió el atleta marroquí Mohamed Zarhouni, ganador de este edición, para conseguir una de sus marcas más rápidas con un tiempo de 30 minutos y 8 segundos.
Si a esta marca de otro planeta sumamos otros 28 minutos obtendremos la peor de mi breve curriculum como corredora aficionada. Una tendinitis rotuliana, que ya venía arrastrando desde hace unas semanas, me impidió disfrutar del itinerario. El calor me parecía llegado del trópico y las cuestas se me asemejaban a las del Tourmalet. Bastaron un par de kilómetros para que empezase a sufrir y no fueron pocas las veces que pensé en tirar la toalla. No hacerlo y cruzar la línea de meta convierte a esta carrera si no en una de las mejores de mi vida, sí de la que me siento más orgullosa.
Entre la salida desde la Plaza de España a las 21 horas y la meta en Selva de Mar pasaron 58 minutos durante los cuales corrí junto a otros 20.000 corredores que tiñeron las calles de Barcelona de amarillo flúor y rosa coral. El fin de fiesta vendría en forma de concierto de los Nasty Monday DJ's en una zona junto al mar una vez pasada la meta. El entusiasmo y las ganas de superación de todos los participantes constituyen sin duda el mejor recuerdo que me llevo de esta edición. Ahora me queda seguir entrenando e intentar superar, está esperemos que sea así, mi marca el próximo año.
