El domingo no se maduga. Esa frase sentenciosa convertida en mantra por los amantes de la verticalidad ha estado hoy muy presente en la tercera jornada de Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Y es que cuando la pasarela se ilumina a las 11.30 de la mañana es un auguro de que la atención de los presentes va a estar más despierta que de costumbre en el primer desfile de la jornada. Tal vez por eso, el día ha comenzado con la calma sofisticada de Marcos Luengo. El diseñador asturiano, a puntito de abrir tienda en la capital, ha subido a la pasarela unas propuestas definidas por la corrección estética y la elegancia. Esa de la que saben muchas de sus clientas de Oviedo, que desde allí se han venido para copar el front row y aplaudir con entusiasmo desbordante cada una de las salidas de su modisto de cabecera. Porque puede que Luengo no sea de grandes estridecias ni de llamativas puestas en escena pero tras sus puntadas sí se hace caja. Algo, la parte económica, a tener en cuenta en los tiempos que corren.
"Ha sido un auténtico placer meterme en el armario de Diana de Gales para dar forma a esta colección. Imáginate, una interpretación de Lady Di, pero a mi manera... ¡algo impactante!", nos cuenta María Escoté entre bambalinas. Y es que poco antes de salir a escena, María, que para quien no la conozca, es pura electricidad, nos cuenta cómo ha sido para ella dar vida a una colección primaveral, 'Lady Diana', que esconde una de sus grandes pasiones, la vida de la princesa. "He querido recrear su mítico jersey de ovejas y piezas como sus gabardinas, sus americanas y sus cuellos de lazo", explica.
Y es que en su backstage, el estampado de flores del que tanto hizo gala la pincesa Diana durante los años 80, las hombreras maxi y los vestidos con los que hizo soñar a generaciones de niñas, lo inundaban todo. Una colección que, según su creadora, ha llevado un intenso trabajo detrás del que ahora necesita (entendemos que por estar un pelín empachada de Diana) poner distancia. Aunque viendo su 'front row' con Miriam Giovanelli, Pelayo Díaz, Dafne Fernández o Hiba Abouk al frente, es muy problable que vuelva a amarla rápidamente.
De la mano de Maya Hansen la mañana se volvió teenager. La diseñadora, antaño reina del corsé, presentó una colección marcada por el denim, los shorts y los estampados marineros de barcos y rayas. Maya se ha alejado esta vez de ese aire gótico y de espíritu bondage tan marcado hasta ahora en su ADN para apostar por un estilo mucho más enfocado al mundo 'millennial' (si alguien realmente sabe cuál es exactamente...).
Y de la costa mediteránea de Maya Hansen, esta tercera jornada de Mercedes Benz Fashion Week nos ha llevado a la oeste de los Estados Unidos. A ritmo de country (y de los Eagles con su Hotel California) ha sorprendido Juana Martín a los presentes, dejando al descubierto un lado mucho más internacional de lo visto hasta el momento. Pese a mantener su esencia gipsy en forma de volantes estratégicamente colocados en ciertos vestidos, su colección Okies va más allá y se deja llevar por las tachuelas, las plumas, la organza y las transparencias en una apuesta por la feminidad más guerrera. Una particular Ruta 66 imaginada por la cordobesa en amarillos, naranjas y tonos tierra.
Pero Juana no ha sido la única en dejarse seducir por el country. A ritmo del 'Viva las Vegas' de Elvis Presley (y ante la sonrisa picarona de una Lindsay Lohan que parecía sentirse más en casa que nunca), Teresa Helbig presentó Rien Ne Va Plus, una colección marcada por las transparencias, los tejidos fluidos, los apliques dorados, el tejido de malla, los estampados de baraja de poker o los mini vestidos tableados. Pero si algo destaca en esta propuesta son los detalles minuciosos de confeccion que se esconden en casa diseño. Un trabajo de costura tras el que hay "tejidas" horas de paciencia y dedicación.
De vuelta a la España más cosmopolita, un Custo Barcelona cargado de brilli-brilli ha cerrado una jornada marcada por la diversión y el rápido ritmo de los desfiles. Decir de Custo Dalmau que ha subido a la pasarela una interesante mezcla de tejidos sería una obviedad porque, en eso, él es único. Sin embargo, esta vez, en esta colección bautizada como Call me Tomorrow, el diseñador catalán le ha dado "a sus mujeres" un punto de atrevimiento en foma de arriesgadas transparencias, escotes de vértigo y estudiados drapeados que las hacían poderosas. En su apuesta por los complementos, tanto en los looks de día como en los de noche, desproveídos de todo encorsetamiento ni rigidez, las gorras y las riñoneras son un must.
