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La semana de la moda de París en 15 momentos clave
París pone el broche –también el punto y final– al circuito de semanas de la moda alrededor del globo con seis días de intensa actividad para el sector. Desfiles, entradas y salidas, crónicas, novedades; la agenda no da tregua pero pasado el huracán de las citas con la moda repasamos qué queda (y qué importa) de lo visto en la capital del Sena para el próximo otoño/invierno.
París pone el broche –también el punto y final– al circuito de semanas de la moda alrededor del globo con seis días de intensa actividad para el sector. Desfiles, entradas y salidas, crónicas, novedades; la agenda no da tregua pero pasado el huracán de las citas con la moda repasamos qué queda (y qué importa) de lo visto en la capital del Sena para el próximo otoño/invierno.
El mensaje: Dior
La cosa ya empezó fuerte la pasada temporada conmensajes como el de la camiseta "We All Should Be Feminists". Maria Grazia Chiuri, por segunda vez desde que tomó las riendas de la maison Dior ha hablado alto y claro: ahora con el genderless, con un armario para la mujer de cualquier edad, y con ropa que recuerda fácilmente a los uniformes de trabajo. Claro que la pista también la da el azul, "el único color que puede competir con el negro"–según el propio señor Dior. Pero en la sutileza se adivina la genialidad, porque Chiuri ha coronado las cabezas con boinas de piel (un detalle propio de los movimientos feministas de los 70, recordaba después de la presentación el sombrerero Stephen Jones, autor de las piezas) o con los bolsos cruzados en bandolera y cargados sobre la espalda; detalles de los que se desprende un ritmo marcial.
Maria Grazia Chiuri llama a filas a una nueva generación, la de los milennials, a quien quiere entender y para quien quiere hablar, sin dejar de la lado las tropas que dan cuerpo a la casa. Por eso no descuida tradición ni legado –abrió la colección con una revisión del chevrier de monsieur Dior, de 1949– pero desarrolló la colección para estar pegada a los tiempos que corren. Todo pinta bien. © Getty Images
El complemento: las botas de Saint Laurent París
Es lo bueno de entrar a trabajar en una casa con semejante archivo (acaso el más nutrido, relevante, y por qué no decirlo: mejor, de cuantas legendarias casas de moda estén en activo). Pasa que puestos a guiñarle el ojo al padre de la firma, todo cabe. Y todo cabe porque todo lo hizo antes él. Así, cada digno –o no– sucesor de Yves Saint Laurent ha tomado un camino para rendirle tributo. Y llegadso a este punto, Anthony Vaccarello parece decidido a seguir trabajando la línea que tomó Hedi Slimane. La sensualidad y la sofisticación de un joven aguerrida que baila de boîte en boîte la noche entera. He aquí el calzado recomendado para tal menester. © Getty Images
El otro complemento: el bolso de Jacquemus
Simon Porte Jacquemus se ha convertido en el próximo niño mimado del diseño galo. De jovenzuelo –criado con la salud que da crecer al aire libre en el campo– empezó a imaginar su marca para el futuro. Entre lavanda y atardeceres, la fue dibujando en su mente desde su Provenza natal. Se mudó a París y llegó el gran día; en esas estamos: Simon Porte regala un poco del sur de Francia en cada colección que presenta. La última, para el próximo otoño –L'Amour D'un Gitan– vuelve sobre el volumen, la alegría y la brisa cerca del mar en prendas en negro, blanco, azul y gris; y un toque de lunares y rosa palo aquí y allá. Pero hay más: nuevos bolsos, un gancho imprescindible y necesario para el desarrollo de una firma. Los suyos, tan geniales como él, llevan cosido el título de próximo best-seller. © Getty Images
Los accesorios: Loewe
Jonathan Wes Anderson lo hace y tiene gracia. A otro, quizás, no le funcionaria: ¿un felino de la mano y un sombrero –mitad pamela, mitad chambergo– con un pan de molde relleno del logo de Loewe? Pues eso, que a otro igual no le funcionaria. Pero con él, parece que la gente está encantada. © Getty Images
La consolidación: Demna Gvaslia para Balenciaga
El pasado invierno, esta primavera y el otoño que vendrá. Tres colecciones le han bastado a Demna Gvasalia para dejar claro quién es y de qué va el nuevo director creativo de la casa Balenciaga. Cierto que el mensaje viene apuntalado por sus colecciones en Vêtements, pero lo que hay, juega. Y en su tercer round se ha decidido por una nueva fórmula: vestidos de costura presentados en la cita del prêt-à-porter, diseños que son una reedición de los que hiciera en su día el maestro de Getaria y a los que sólo se la han añadido unos discretos bolsillos laterales y se han acompañado de bolsos XXL (alguna concesión efectista también cabe). Porque lo excelente no se puede mejorar. Ahora, y visto con un poco de perspectiva, todavía se entiende menos qué quería conseguir Balenciaga en el impasse que separó a Ghesquière de Gvasalia. Menos mal que parece haber quedado todo en un pequeño susto que ya se ha olvidado. © Getty Images
La despedida: Riccardo Tisci en Givenchy
Por si había algún despistado en la sala al que le bailaran las temporadas, ya se han encargado ellos de ajustar la memoria con tanto devaneo de años arriba o abajo. La colección es todo un homenaje al paso del director artístico por la casa. Riccardo Tisciha dejado Givenchy y el equipo de la maison ha decidido rendir tributo a su propio legado, con un look –en rabioso rojo– de lo más representativo de cada colección. Y claro, camuflado aquí y allá, en gafas o en gargantillas, la pista del año para que nadie se pierda. Poco de sus inicios negros, góticos y tétricos, y mucho de su final con volantes y transparencias pero ahí está parte de su obra, recopilada y editada en un rojo vibrante esperando para abrir el próximo capítulo de una casa mítica. © Getty Images
La otra despedida: Clare Waight Keller en Chloé
El carrusel final en el último desfile de Clare Waight Keller para la firma Chloé. © Getty Images
El maquillaje: Louis Vuitton
El desfile de Louis Vuitton para el otoño/invierno de 2017 podría destacarse por el front row –con diferencia el mejor de cuantos ha reunido la semana de la moda– por las prendas, por la localización –que si la de Chanel fue espectacular, la de Vuitton no fue menos: el Louvre– pero ha destacado por encima de todo por presentar un maquillaje suave, casi inexistente; un look de cara lavada que pone de manifiesto la juventud de las maniquíes. Algún mensaje esconde el genio de Ghesquière, pero démosle (y démonos) tiempo para digerir y reflexionar que seguro hay una marcada intención detrás del mensaje. © Getty Images
La novedad:
Una imagen de tres modelos en el backstage del desfile para el próximo otoño/invierno de 2017 de Glenn Martens para Y/Project. © Getty Images
La otra novedad:
El aplauso final a la colección de otoño/invierno de 2017 de Christelle Kocher para su firma Koché. © Getty Images
La modelo: Vivienne Westwood
Porque yo lo valgo, claro que sí. Vivienne Westwood, madre estética del punk, mujer resuelta y ama y señora de su firma de moda, se ha subido a la pasarela en un alarde de poderío para regocijo de devotos asistentes a su cita con el diseño. Las claves de su éxito están: el oversize, la desestructura, algo de influencia vintage, y el poder del estampado. Esta próxima temporada inspirado en las corrientes artísticas vienesas de los 20 y 30, con guiños a Klimt y su armario. Andreas Kronthaler, pareja y compañero de diseño en la casa, lo vio claro, y así se lo comentaba al periodista Luke Leitch en el backstage: "¿Acaso no ha sido la modelo en las campañas durante más de una década? Pues ya iba siendo hora de que se subiera también a la pasarela. © Getty Images
El street style: Bárbara Martelo
Será cosa de las corrientes telúricas, que arrastran hasta París todo aquello que huela a moda. Y congregado en la capital del Sena lo más granado de la industria cuesta –y mucho– separar el grano de la paja. Estilistas, insiders y periodistas se pavonean ante las cámaras como aves del paraíso a las puertas de los desfiles, y posan indolentes con abrigos caídos sobre los codos (desafiando el frío y la lógica), ropa interior vestida por encima de la exterior y mangas que acaban en campanas más grandes que las de cualquier catedral. Pues entre tanto ejercicio de estilismos imposibles –con tres tirabuzones y doble pirueta mortal–, encontrar un look que llame la atención sin haber sido concebido para epatar es tarea titánica. Entonces, entre prendas it, must-have de temporada, colorines y logos, aparece ella: Bárbara Martelo. Con un juego de proporciones perfectas en torno al color negro, la estilista gallega se despacha a gusto ante los fotógrafos a la entrada o salida de un desfile. Ella, como siempre, de 10. Y lo mejor del caso es que defiende un look sencillo, sin aparente esfuerzo y con todo el sabor de su sello personal. ¡Bárbara! © Getty Images
El escenario: Chanel
Los adjetivos grandilocuentes nunca están de más cuando se trata de Karl Lagerfeld y de la firma Chanel. Y para muestra un botón: un cohete que despega en el corazón de cristal del Grand Palais. Un bombazo planetario solo apto para maestros del marketing; ojalá algún día salga a la luz cuánta es la inversión de la casa para organizar un desfile y cuánto el retorno que recibe en publicidad. Cifras escalofriantes, sin duda.
Por lo demás, la enésima vuelta de tuerca del diseñador de Hamburgo sobre los códigos de la maison Chanel, esta vez con el añadido de la (nueva) carrera espacial hacia los sietes planetas recientemente descubiertos. ¡Hasta el infinito y más allá, Karl! © Getty Images
El otro escenario: Off-White
Virgil Abloh desplegó su colección para el próximo otoño/invierno de 2017 de Off-White en un decorado sacado de una novela de Allan Poe. © Getty Images
La actitud: Stella McCartney
Lo dijo ella, la propia Stella McCartney: "Esta es una colección concebida desde la fe y el amor". Y así terminó, con una mezcla musical entre el tema Faith de George Michael y el All You Need Is Love de The Beatles. Y con alegría, que es algo de lo que la moda adolece y es siempre bienvenido. Porque entre tanto squad y tanto gang y tantas comanditas de jamelgas impostadas detrás del diseñador estrella, las seguidoras de Stella McCartney abogan y comulgan con una estética, pero también con unas ideas políticas y una ética profesional como la diseñadora; así al menos lo entiende ella. Y nosotros lo deseamos. © Getty Images
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