Era más que evidente. Desde que pisase el Chanel Metiers d'Art el pasado marzo y tras verla en compañía de su madre Vanessa Paradis –y de otras celebridades como Julianne Moore, Kirsten Stewart o Geraldine Chaplin– apostando en el quimérico casino que Karl Lagerfeld ideaba para presentar su colección de alta Costura otoño/invierno 2015-16 en París, supimos que el romance entre la maison francesa y esa joven promesa que es Lily-Rose Depp no había hecho más que empezar. Et voilà.

Con tan sólo dieciséis años, la hija mayor de Johnny Depp se convierte en imagen de Chanel Eyewear. "Lily-Rose es impresionante. Una chica joven que representa una nueva generación con todas las cualidades de una estrella", decía el káiser en un comunicado de prensa hará unas semanas. Y no se equivoca. Depp comenzará a rodar en septiembre la que será su segunda película, Planetarium de Rebecca Zlotowski, de la mano de la oscarizada Natalie Portman. La primera, dirigida por Kevin Smith, y en la que compartirá escena con su padre, se encuentra ya en fase de posproducción. Un año de éxitos. El primero de muchos, imaginamos.