Claro que he sentido las clásicas mariposas en el estómago antes de una cita, pero pocas cosas me han puesto tan nerviosa como cuando llevé un vestido desnudo para la ocasión. Efectivamente, me he prestado voluntaria a probar la descarada técnica de Carrie Bradshaw, como hizo con Mr. Big.

La mayoría de nosotros sabe cómo acaba la historia -o quizá debería decir, cómo comienza-, con los dos teniendo sexo incluso antes de llegar a la cena. Inicialmente, la tarea de llevar tal vestido sonaba divertida (además de incómoda), pero estaba claro que podría abordar el reto con la misma despreocupación que Bradshaw.

Antes que nada tenía que elegir mi cita. No soportaba la idea de llevar a cabo este encargo con un completo extraño -incluso Carrie tuvo múltiples oportunidades para ligar con Big antes de la cita oficial. Había una conexión establecida y una tensión sexual palpable. Así que opté por un tío que encajara en ese criterio, alguien a quien había estado viendo esporádicamente. Conexión establecida: Hecho. Tensión sexual: Hecho. Además, sabía que podía contar con él para echarnos unas risas con la situación. Organicé la quedada la noche de antes, y hablamos de tomar algo por nuestro barrio.

Shoulder, Human leg, Joint, Floor, Flooring, Knee, High heels, Sandal, Thigh, Wood flooring, pinterest

Una vez asegurada la cita, empecé a contemplar cuán desnuda debía lucir en mi vestido. Me probé algunos camisones, pero ninguno de ellos me acababa de quedar bien; no eran lo suficientemente transparentes ni entallados, y era imposible encontrar uno que quedara bien con mi tono de piel. Si iba a llevar un vestido desnudo, quería hacerlo bien. Decidí darlo todo -con una camiseta de algodón de American Apparel que normalmente me reservo para dormir. ¿Llevaba ropa interior debajo de su vestido desnudo Carrie Bradshaw? Aunque no lo hiciera, yo tengo mis límites -considerando que iba sin sujetador y que mis pezones se veían bastante-, así que la ropa interior era totalmente necesaria. Ya llegaba tarde, y el tiempo que pasé preparando mi look hizo que mi corazón fuese a mil por hora. ¿De verdad puedo hacer esto? Estuve tentada de ponerme mi ropa normal, pero sabía que tenía que hacerlo. Me lancé a un zapato de tacón bajo para mantener mi atuendo discreto -todo lo discreto que se puede con un vestido prácticamente transparente, claro. Como no hacía frío, no podía darle el toque glamouroso á la Bradshaw con unas pieles. En lugar de eso, me decidí por un trench ligero, que me hizo sentir como un exhibicionista mientras me lo ataba a la cintura, enseñando pierna.

Mi corazón latía con cada paso que daba de camino al bar. Las miradas que recibía de los hombres que me cruzaba tampoco ayudaban -me los imaginaba a todos pensando que iba a darle una sorpresa a un hombre, sin nada debajo. Bueno, no iban del todo desencaminados. En mi cabeza no paraban de asaltarme pensamientos de lo que mi cita iba a pensar. ¿Asumiría que esta era una intentona desesperada de ganarme su afecto y sellar el trato?

"¿Por qué vas vestida como un exhibicionista?", me preguntó con un gesto descompuesto cuando por fin llegué al bar. A lo que le siguió un: "Wow, eso es muy corto", después de que me desatara el trench y me sentara a su lado. "¿Llevas ropa interior?", me preguntó antes de que se lanzara él mismo a investigar. Con una expresión ligeramente sinuosa, tocó mi cadera para sentir esa segunda capa.

Human leg, Shoulder, Joint, Floor, Knee, High heels, Waist, Flooring, Thigh, Fashion, pinterest

El bar no podía estar más en silencio cuando me dispuse a sincerarme, entre tartamudeos, sobre mi atrevido atuendo. Inmediatamente le hice cambiarme la banqueta para que pudiera dar la espalda al resto de clientes y no distraerme con sus miradas. No ha sido el momento en el que me he sentido más segura de mi vida, pero sus bromas acabaron relajándome. Mientras me encontraba a mí misma corrigiendo la postura, ajustando los delicados tirantes y moviendo sin parar el dobladillo para estar segura de que todo estaba a cubierto, en ningún momento dejé que mi vestido me distrajera totalmente del hecho de que esa seguía siendo yo misma, incluso cuando podía sentir sus ojos siguiendo mis dedos.

Nunca me he considerado a mí misma alguien a quien le falte confianza en lo que al físico se refiere, siempre he sabido que tengo bastante suerte. Nunca me he preocupado sobre lo que un hombre pensará al verme desnuda. Pero había algo en eso de exponer mi cuerpo -mi sexualidad- en público de una manera tan explícita que me incomodaba, especialmente ante la mirada de alguien que me gustaba. Parte de mí temía que sintiera rechazo. Como mujer, sé muy bien lo que es ser juzgada, por no decir acosada, por llevar ropa reveladora.

Siempre me ha gustado vestirme sexy, pero prefiero ser algo más discreta. Tengo tetas y culo y no estoy en contra de enseñarlos, pero todo es cuestión de equilibrio. Me gustan las faldas cortas, pero mis tops son recatados. Si me decanto por un buen escote, lo conjunto con unos vaqueros boyfriend de cintura alta. Claro que he llevado uno o dos vestidos ajustadísimos, pero nunca los he llevado en una cita.

Sinceramente no tenía ni idea de cómo iba a acabar la noche. Mi cita ya había iniciado la velada contando que tenía una entrega inminente en el trabajo, así que no tenía muchas esperanzas. Pero rápidamente se hizo obvio que su restricción de horario no era tan importante, y como una podía imaginar, el vestido desnudo definitivamente te asegura que no te irás sola a casa.

Vía: Harper's BAZAAR US