Que seas un ídolo de masas no es garante de nada –o de prácticamente nada– en materia legal, y Cara Delevingne está experimentándolo en sus propias carnes. La ex modelo británica, más fenómeno social que maniquí, ha sido acusada de robo y reproducción por Otherwild, empresa minorista y estudio de diseño con sede en Los Ángeles (California) a razón de unas camisetas y sudaderas de índole feminista. Delevingne publicaba hace un par de días en su cuenta de Instagram una fotografía en la que aparece con una de estas prendas. "The future is female", escribe. "Muchos de vosotros me habéis preguntado por una de éstas, así que he decidido ponerlas a la venta".

instagramView full post on Instagram

La frase, sorteada en camisetas aquí y allá, tiene dueños. El lema ‘The future is female’ nace en Labyris Books, la primera librería de mujeres de Nueva York, centro al que Otherwild solicitó permiso para diseñar sus camisetas. Horas después de que Delevingne hiciera público el mensaje, la cuenta de Herstory –hermanada con Otherwild– arremetía contra ella. "Parece que Cara Delevingne ha decidido copiar a Otherwild sin permiso o sin darse cuenta y está apropiándose de las prendas de #TheFutureIsFemale".

Rachel Berks, propietaria de la etiqueta, ha compartido con Jezebel que su rediseño es del todo lícito, habiendo obtenido el permiso que corresponde previamente. Delevingne, por su parte, alega "no haber robado nada (...) Otherwild no ha creado el eslogan". A expensas del veredicto final, la prenda es ya un fenómeno viral. El que la británica sea su percha ha disparado su demanda.