De aquí a los próximos dos años, Reino Unido será una nación desvinculada políticamente de la Unión Europea. Así se ha conocido una noticia devastadora para la situación de la alianza continental, cuyos pilares fueron establecidos por el Tratado constituyente de noviembre de 1993. Hacia las ocho de la mañana se ha dado a conocer un escrutinio final en el que el Brexit ha ganado a la permanencia por una mayoría del 52%, obligando a plantear la desmembración del país de sus 28 países aliados en la UE. Apenas han sido necesarios 15 minutos para que la moneda nacional, la libra esterlina, haya caído un 3,3% respecto al dólar norteamericano, provocando un efecto rebote en el mercado europeo pero muy duramente también en el asiático.

Esta decisión se traducirá en una salida definitiva en un período máximo de dos años, pero supone un batacazo histórico en el futuro de un continente que ahora contempla los riesgos de un efecto dominó en estados como Francia u Holanda, cuyos partidos de ultraderecha ya han formulado propuestas similares.

Las reacciones en la industria de la moda no se han hecho esperar: Luca Solca, director de la división de lujo del grupo BNP Paribas, asegura que "la mella más importante de esta decisión será el impacto que producirá en las expectativas del mercado global, y en la pérdida de la confianza que se producirá hacia Reino Unido".

Desde hace algún tiempo, en la industria textil sólo se habla de una cosa: el brexit, el escape de Reino Unido de la Unión Europea. Antes de que se celebrara el referéndum, el pánico ya cundía en los principales mercados financieros, que veían con temor la salida de Inglaterra de la UE. Razón lógica: la implicación económica. El crecimiento monetario en general, y el de la moda en particular, se podría deteriorar si ambos bloques establecen trabas al comercio; la depreciación de la libra y la ralentización del crecimiento del PIB derivados del brexit, por ejemplo, amenazarían las importaciones a Reino Unido procedentes de los países de la zona euro, y las pérdidas en exportaciones para la nación podrían llegar a los 30.000 millones de libras en 2019, según estima un informe de la firma de seguros de crédito Euler Hermes.

La moda también tomaba esta posible salida como un duro golpe para su músculo global. No sólo en Reino Unido, donde la industria textil es un claro pilar económico –en 2014 engrosó las arcas del país con una contribución aproximada de 26 millones de libras– sino en todo el globo. La mayoría de las etiquetas, inglesas o no, externalizan su producción; China, Taiwán, India…; y la compañía financiera UBS subraya que tres cuartas partes de las mercancías que llegan al país de Isabel II proceden de Asia, donde pagan en dólares.

La marcha del Reino Unido de la Unión lo mismo asusta al europeísmo que a la globalización. El ministro de Finanzas británico George Osborne advirtió a los votantes que la victoria del brexit obligaría a adoptar importantes recortes –el Gobierno contempla un plan de ajuste a través de los impuestos y el gasto público de 30.000 millones de libras, unos 38.000 millones de euros–.

Hasta hoy, Gran Bretaña gozaba de condiciones favorables en más de 60 naciones. Para evitar la interrupción de los flujos comerciales y mantener estas relaciones, el país necesitará negociar con urgencia nuevos acuerdos con la UE y terceros países, tales como Estados Unidos, India, China, Japón y Australia.

Compañías como Céline, con sede en Francia y operaciones a ambos lados del Canal de la Mancha, el brazo de mar que comunica sendos países, sí ganarían en salud.

Hace unos días, más de 280 creativos británicos, entre los que se encuentran el periodista de moda Imran Amed, fundador del portal Business of Fashion y la diseñadora Vivienne Westwood, firmaban una carta de apoyo a la campaña para permanecer en la zona euro. El 96% de los miembros que integran la Federación de Industrias Creativas de Reino Unido quiere seguir adherido a Europa, augurando que el brexit “dificultaría el movimiento de talento”. El destino obliga a plantear ahora nuevos escenarios para un futuro incierto.