Cuando escuchamos un nombre relacionado con Barneys, directamente nuestro cerebro lo asocia a diseñador exitoso y con gran trayectoria, capaz de competir en la gran cadena estadounidense con firmas de alta gama. Sin embargo, esta historia no tiene que ver con una carrera de diseño o un largo recorrido. Esta niña, Riley Kinnane-Petersen, de solo siete años, está vendiendo su propia línea de joyería, Little Lux, en Barneys (y otras 350 tiendas).

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Todo comenzó con gracias a su padre, John Petersen, quien poseía una firma de joyería cuyas joyas eran creadas a partir de piezas vintage. Riley adoptó el amor por la joyería y el diseño desde muy pequeña, ayudaba a su padre y, un día, comenzó a hacer sus propias joyas con animales, juguetes y dibujos que le inspiraban de películas y libros. Las sacaba a vender en un puesto de limonada hasta que, un día, John subió una foto a Instagram y la pieza fue solicitada. En ese momento, decidió subir varios accesorios hechos por su hija a su web, de forma que si el cliente compraba dos de sus piezas, se llevase una de la pequeña. Sin embargo, el efecto que causaron las joyas hechas por Riley fue escandaloso y se convirtieron en las protagonistas de la firma.

¿Quién imaginaría que una niña de solo 7 años podría estar triunfando con una firma de joyas? Todas son hechas a mano y su precio varía entre los 20 y 40 dólares. Además, Riley es toda una fashionista; en la cuenta de Instagram de Gunner and Lux, publican imágenes de la pequeña con todo tipo de estilismos, la mayoría muy arriesgados y dignos del street style de las ciudades de la moda. Y no solo moda y juguetes ocupan la vida de Riley; con solo 7 años, es toda una embajadora del Girl Power; collares, camisetas y mensajes como Girl Gang o The future is female protagonizan parte de sus accesorios.