Cressida Bonas, tras los pasos de Cara Delevingne

A Cressida Bonas (Londres, 1989) la conocimos hace un par de años cuando acompañó oficialmente por primera vez al príncipe Harry de Inglaterra a un evento benéfico celebrado en el londinense estadio de Wembley, confirmándose así un romance que empezaba a finales de 2012 por mediación de Eugenia, prima de Harry y amiga igual que se su hermana Beatriz, de Cressida, y acababa tan discretamente como los anteriores a mediados de 2014. Hija de una aristocrática exmodelo y un exitoso hombre de negocios con el que se casó en terceras nupcias tras una aireada aventura, Bonas, de brillante y escalada melena rubia, belleza armoniosa y lo suficientemente estilosa como para aparecer en las listas de mejor vestidas de las más prestigiosas publicaciones internacionales, es el enésimo cruce entre Kate Middleton, Sienna Miller, Alexa Chung y Cara Delevingne, con la que tiene más de un punto común, entre ellos, el haber alternado en algún momento con el pequeño de los Windsor. Poco más hubiéramos sabido de ella, al margen de esporádicas menciones en las columnas de sociedad de la prensa británica, si no fuera por su incursión en Los Angeles durante la temporada alta de premios cinematográficos.

Y es que sus apariciones en sendas fiestas a propósito de los BAFTA y los Globos de Oro le han valido hacerse con los favores del creador de la aclamada serie Downton Abbey, donde se dice que podría participar próximamente, o del productor Harvey Weinstein, quien ya la fichó hace un tiempo para uno de sus últimos proyectos, la película Tulip Fever, en la que compartirá cartel con Judi Dench, Alicia Vikander, Christoph Waltz, Zach Galifianakis y sí, también Cara Delevingne. Bonas está además de plena actualidad por protagonizar el nuevo corto de moda de Mulberry (y he aquí otra conexión Delevinge visto que Cara fue la imagen de la firma el pasado invierno), la misma que la ha venido vistiendo para sus hollywoodienses eventos y donde Cressida demuestra sus dotes como bailarina enfundada en el mismo vestido con el que la hemos visto pasearse por sus últimas alfombras rojas. Un diseño que se vende en la web de Mulberry por 2.250 euros y que de momento, y a pesar de la madera de it-girl de la ex del príncipe más díscolo de las monarquías europeas, todavía no se ha agotado como seguramente hubiera pasado si se lo hubiera puesto cualquiera de sus homólogas.