Madrid era una fiesta (y Mango, el culpable)

2.000 metros cuadrados, cuatro soberbias plantas entre las que se dividen sus líneas de mujer, hombre y niños y un edificio emblemático de Madrid cuya estructura se ha mantenido fiel a sus orígenes. Pero lo más imponente de la nueva tienda de Mango, a pesar de todo, es su corazón: un patio central que emula la arquitectura californiana y sobre el que gobiernan estructuras sobre las que aparecen las prendas de su nueva colección. Con esta premisa, la firma barcelonesa presentó a los medios su espacio en la capital en una mañana donde no faltó el catering de Sudestada con las creaciones de la joven artista Pepi de Boissieu.

La macrotienda estará equipada con las últimas tecnologías que MANGO ha empezado a implantar en sus puntos de venta, como los probadores digitales, el e-ticket, la funcionalidad de pago PayGo y la aplicación Shazam In-Store. Además dispondrá de Wi-Fi y de una zona específica para el servicio personalizado de entrega en tienda, Click & Collect.

Directora de arte, empresaria y consultora de moda, la artista Sofía Sánchez de Betak –para muchos, amén de su alter ego de Instagram, Chufy– no quiso perderse la inauguración.

A cargo de Hugo Capablanca y John Talabot, la música animó la fiesta posterior a la cena en el Cha Cha Club. Más de 400 personas bailaron hasta las tres de la madrugada, a lo ancho y largo de las cuatro plantas del club.