Que la caída patológica de pelo está ahí, no es ninguna sorpresa. ¿Quién no ha sido testigo de cómo la calvicie se apoderaba del cuero cabelludo de algún conocido? Hormonas y predisposición hereditaria, combinación difícil de escapar. Sin embargo, existe otro tipo de alopecia asociada a una alteración autoinmune, mucho menos extendida e infinitamente menos piadosa, que sorprende por su velocidad fulminante: la alopecia areata. Se trata de pequeñas calvas que irrumpen en el cuero cabelludo sin explicación y que, aunque en muchos casos desaparecen, en otros evoluciona hasta tomar el control por completo, llegando a barrer el vello corporal, las cejas y las pestañas de un plumazo como en el caso de la areata universal. Impredecible, un par de semanas bastarían para volvernos irreconocibles frente al espejo.

¿Cómo se lidia con este cambio súbito en una sociedad en la que un par de tacones y una melena larga son los máximos símbolos de femineidad? ¿Puede una mujer pasearse sin peluca y no convertirse en el foco de miradas de compasión? Para conocer de primera mano a sus protagonistas, nos sumergimos en su refugio: las redes sociales. Hashtags como #alopeciaawareness o #baldisbeautiful son los cimientos de una comunidad que se esfuerza por reivindicar su lugar pero cambiando el drama y la autocompasión por el humor y el optimismo.

Hace apenas tres semanas Leanne (@leanne.blog) decidió darle un giro a su realidad, abriéndose un perfil/cuaderno de bitácora en Instagram. Su alopecia comenzó cuando tenía 17 años: “Al principio escondía las calvas con maquillaje hasta que perdí demasiado pelo y era imposible ocultarlo. Seis meses después, mi tía me afeitó la cabeza y me compré mi primera peluca. Como mantenía la esperanza de que me volvería a crecer, no se lo conté a mis amigos”. Mientras recurría, en vano, a todo tipo de tratamientos, el apoyo de sus padres y de su novio fue fundamental. “Me uní a varios grupos de apoyo online para compartir historias y recibir consejos, ¡sobre todo para aprender a dibujarme las cejas!”, explica Leanne. Y en el pasado año y medio, algo cambió: “Abrí el blog por varios motivos. He escondido mi alopecia durante tanto tiempo que me di cuenta de que si dejaba que el resto del mundo lo supiera sería una forma de ganar confianza y superar el miedo. ¡Nunca pensé que podría pasear felizmente enseñando la calva por ahí!”. ¿Y si pudiera darle un consejo a su yo más joven? “Le diría que no hay nada de lo que esconderse, que no se cierre ante las muestras de apoyo y amor y que el pelo no significa que no pueda ser preciosa”.

En el caso deShannon (@FauxHairFun), la peluca fue su gran salvadora. Comenzó a perder pelo de forma significativa a pocos meses de su boda cuando dejó los anticonceptivos tras 15 años. “Me pusieron tratamientos de fertilidad y eso sólo empeoró la situación. Los médicos siguen pensando que es algo hormonal y me dicen que sólo puedo esperar”, explica. Mientras que champús y tratamientos parecían no ayudar, los esteroides nunca fueron una opción: “Los riesgos no merecían la pena ya que estaba intentando quedarme embarazada”.

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Después de muchas noches entre lágrimas, Shannon decidió pasar a la acción: “Aunque estaba muerta de miedo por cómo pudiera quedar o si la gente lo notaría, al par de meses decidí comprarme mi primera peluca y desde entonces, ¡estoy enganchada! A día de hoy, seguiría llevándola aunque me volviera a crecer el pelo. Es alucinante lo fácil que una puede cambiar su look sin tener que preocuparse por peinarla”, confiesa Shannon. Aunque reconoce que nunca las ha contado, calcula que tiene más de 50 pelucas seguro. Ahora está embarazada de 28 semanas y cuando se le pregunta si la alopecia ha afectado de alguna forma a su maternidad, añade con ironía: “¡Sólo espero que saque el pelo de su padre!”. ¿Qué mejor receta que una buena dosis humor?

La alopecia no entiende de edad y si no que se lo pregunten a Daniella (@daniellawride), cuya cuenta de Instagram sirve de altavoz para contar la historia de su hija de 7 años. En un par de semanas, el pelo de Gianessa desapareció por completo. Lejos de esconderse, madre e hija apostaron por presumir con total normalidad del nuevo look. Desde hace dos semanas Gianessa es noticia en medio mundo tras ganar el concurso ‘Crazy Hair Day’ de su colegio, donde los peinados extravagantes de sus compañeros quedaron totalmente eclipsados por el colorido diseño de Gianessa.

Pero si hay un caso que sorprende por su precocidad es el de Caroline (@sweetcee1967). A los cuatro años, la alopecia universal le dejó completamente calva. De las burlas en el colegio a la aceptación total que experimenta hoy hay un largo recorrido: “Puedo decir sinceramente que soy una mujer que ya no tiene miedo a destacar. Ya no necesito una peluca para sentirme bella. Sé que me miran mucho a lo largo del día pero he aprendido a aceptar que Dios tiene un propósito para mi. También animo a otros a quererse y a aceptarse tal y como son: es la llave para conquistar la alopecia. Soy una mujer que desafía el concepto social de ‘belleza’ y aquí estoy, sin ataduras, miedos o vergüenzas. ¡Soy libre!”.

Recuerda que la primera vez que salió sin peluca fue a los 48 años, cuando volvía a casa tras pasar la noche con su marido: “Durante el viaje de vuelta, me picaba mucho la cabeza así que me quité la peluca para rascarme. Cuando me la estaba poniendo otra vez, mi marido me cogió de la mano y me dijo ‘Cariño, ¡no tienes por qué! Estás a salvo conmigo, nada te puede hacer daño y nadie se burlará de ti. Eres preciosa, no te la pongas’. Recuerdo que nos hicimos un selfie y que llovía. Cuando sentí el viento y la lluvia en la cabeza por primera vez en cuarenta años lloré y reí a la vez”.

Caroline tiene un consejo para aquellos que estén viviendo su misma situación: “No hagáis de vuestra alopecia un secreto, los secretos nos mantienen atados. Sé que puede ser difícil no tener pelo pero a día de hoy me pregunto por qué tardé tanto en aceptarlo. Entiendo que nuestras preocupaciones son las mismas aunque nuestros caminos sean diferentes. Por eso, sea lo que sea lo que te hace sentir cómoda, con o sin peluca, deja que sea tu elección. Sólo tenemos una vida así que, ¡a vivirla!

No se trata de rendirse, sino de saber encajar el golpe. Por ello, todas estas mujeres convierten la visibilidad en su mejor arma: desde el testimonio revelador de Lacy Jane a los derroches de humor de la bloguera Hairy Escape (ideal si quieres saber qué no regalarle a alguien con alopecia por Navidad) o a la valentía de Becky, que se anticipó a la pérdida progresiva de pelo, maquinilla en mano. Sea como sea, ellas demuestran que sí, que se puede ser la más femenina (y la más valerosa de todas) con o sin peluca.