El tema de la depilación sigue siendo uno de los más polémicos en el ámbito de los estereotipos y los cánones de belleza. Una de las últimas en estar en el punto de mira en este sentido ha sido la actriz Gal Gadot con su personaje de Wonder Woman, cuando se filtraron las primeras imágenes de la película en las que la protagonista aparecía con las axilas completamente depiladas. Y, claro, teniendo en cuenta de que se trata de una Amazona, las críticas por parte del público no tardaron en llegar. "¿En serio se depilaría Wonder Woman?", fue la pregunta más repetida en las redes sociales.

Pero Gal Gadot y la supermujer a la que representa no son las primeras ni serán las últimas víctimas de esta polémica. Porque la falta de vello ha sido, durante años, algo tan establecido en el cuerpo femenino que es ahora cuando empieza a reivindicarse la naturaleza del físico de la mujer. Sin embargo, ¿no nos estamos perjudicando a nosotras mismas con este debate? Es decir, el hecho de polemizar la depilación femenina (ya sea porque se ha llevado a cabo o por la presencia de pelo), ¿no es otra forma más de poner la figura femenina en el punto de mira?

Para comenzar a hablar de depilación es imprescindible resolver todas las dudas (y acabar con todos los mitos) que la rodean. La dermatóloga Paloma Cornejo nos cuenta que el vello corporal, una característica propia de los mamíferos, tiene una función protectora que hemos ido perdiendo con la evolución. Aun así, la depilación en la zona genital sigue siendo motivo de controversia, ya que podría tener un cierto efecto protector de las enfermedades de transmisión sexual y dificultar el acceso directo de bacterias y virus a la piel y mucosas. Sin embargo, y aunque la polémica esté siempre servida entre especialistas al respecto, se trata más de una cuestión personal que no suele ir motivada por razonamientos clínicos. De hecho, a día de hoy, la depilación es una cuestión más ligada a la estética y la higiene, así como a la comodidad con el propio cuerpo. En este sentido, la doctora Paloma Cornejo afirma que el exceso de vello puede dificultar la higiene, dar mucho calor y favorecer el acumulo de bacterias, así como ser un estorbo a la hora de practicar deporte, aplicarse tratamientos tópicos o recibir masajes.

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Fotograma de la película Virgen a los 40

Es decir, algo totalmente evidente y que todos sabemos, porque conocemos nuestro cuerpo, sabemos cómo reacciona ante agentes externos o si él mismo tiende a sudar más o menos, a oler más o menos. Sin embargo, en ningún momento ningún experto diferencia entre el cuerpo femenino y el masculino. Es decir, que el exceso de vello puede provocar mal olor o sudor es una realidad, tanto en hombres como en mujeres, y en ese punto cada cual elige si quiere combatirlo o no. Pero hay otra realidad que no tenemos en cuenta: aparece de igual manera en hombres y mujeres, no tiene distinción de género. Entonces, ¿por qué tenemos totalmente normalizado que un hombre se pasee sin mangas con las axilas repletas de vello, pero si lo hace una mujer lo asociamos a dejadez o falta de higiene?

Está claro que la igualdad de género (más en el ámbito estético) ha evolucionado a pasos agigantados en los últimos años pero, ¿ha favorecido a las mujeres este progreso? En 2017 es totalmente común ver hombres depilados o sin depilar, nadie se gira a mirar las piernas o las axilas de un hombre, porque su vello corporal no es una cuestión a debatir. Si bien es cierto que hace años la depilación en hombres se asociaba a la falta de masculinidad, ahora es algo que la sociedad (por suerte) ha superado por completo, y ya no se cuestiona esa virilidad, así como tampoco se hace con la higiene. Entonces, ¿por qué sí sucede cuando cambiamos el género? Seguimos dando por hecho que una mujer debe ir depilada, por mucho que se nos llene la boca al hablar de feminismo y belleza natural, y la presencia de vello corporal se sigue relacionando con una falta de higiene, preocupación por el aspecto físico e incluso feminidad.

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Marc Jacobs y Drew Barrimore durante la Semana de la moda de Nueva York en 2005. ©Getty Images

Y es que puede que la verdadera pregunta que debemos hacernos no sea si depilarnos o no, sino más bien si somos totalmente libres a la hora de tomar esa decisión. Y, mucho me temo que, aún a día de hoy, no hay mujer que quede exenta del juicio social a la hora de decidir si someterse a la depilación láser en todo el cuerpo o lucir vello en cada centímetro de su piel. Porque si nos remitimos a las pruebas, cualquiera de las dos opciones parece ser juzgada, tanto si estás expuesta al ojo público como si no.

Volviendo al debate inicial, puede que la depilación de las axilas de Gal Gadot en Wonder Woman haya sido un error garrafal de la película; puede, además, que no sea un error casual sino un efecto colateral de la dictadura a la que sometemos al cuerpo femenino. Pero, independientemente de si la mujer maravilla debería ir depilada o no, la que escribe cree que la verdadera pregunta que deberíamos hacernos es: si Superman hubiese sido el protagonista de este fotograma, ¿alguien se habría parado a mirar el vello de sus axilas?