Una mañana de viernes en Madrid. En Flamenco de Leones suena Volver, de Estrella Morente, y Juana Martín (Córdoba, 1974) canturrea. "Hay buena música aquí. Estrella es amiga. Esto es con lo que me identifico, pero en mi firma también hay un punto contemporáneo que alguna gente no capta. Es flamenco con raíces, pero moderno. Al final me tira lo mío. Es lo que soy".
Resulta agradable oír hablar a la diseñadora desde la espontaneidad. En el camerino, la maquilladora se esmera sobre Juana, cuyas frases fluyen orgánicamente de acuerdo con los estímulos que percibe. Su perfeccionismo no tarda en aflorar: "Eso hay que plancharlo al vapor. Yo es que soy muy maniática", esgrime disculpándose. No es sólo eso lo que ha valorado la Federación de Alta Costura de París, que la ha convertido en la tercera figura del diseño de moda español en incorporarse a sus filas (antes sólo lo han hecho Balenciaga y —en su día— Paco Rabanne) y, por ende, a la semana de Alta Costura, en la que desfilará por tercera vez consecutiva en julio. "Creo que lo que les ha seducido de mi trabajo es la verdad que contamos: hay historia, cultura, tradición, raíces. Les ha impactado porque lo han entendido, y creo que también les apasiona el componente racial, que yo sea una mujer y esté ahí. Lo ven como una lucha, y consideran que la firma tiene un ADN propio", dice. Pero nadie es profeta en su tierra, y ella lo sabe bien. "En el extranjero siempre han respetado y valorado el flamenco: la cultura, el legado, la pasión, el oficio, la estirpe. Luego vienes a España y resulta que es folclore. Basta que sea nuestro para que lo desprecien. Es su éxito internacional lo que ha hecho que se valore más aquí. Ha tenido que presentar Dior en Sevilla para que digan que el flamenco es moda...".
No obstante, la reciente revalorización de este acervo cultural en nuestro país no le es ajena, y lo agradece. "Desde hace cinco o seis años España le da más valor al flamenco gracias a iconos como Rosalía, que empezó haciendo versiones de lo que yo he escuchado toda la vida, y luego lo llevó a su terreno. Yo hago igual: lo llevo a mi terreno. Ahora está de moda, pero yo he vivido con él siempre. Sigo en la misma ciudad, con la misma gente, misma cultura y mismos valores. Fiel a mis raíces". Las suyas son gitanas, y ha sido testigo de muchos atropellos. "Lo he visto muchísimo: contra los moros, contra los gitanos... Prefiero hablar con gente buena que respeta y valora el trabajo y que no juzga por raza ni por religión. Los prejuicios están porque mucha gente no se esfuerza en conocer a quienes son diferentes a ellos. Te cuelgan la etiqueta y ya. Erradicar el racismo va a costar, pero hoy se castiga más", concede.
Su segunda colección de Alta Costura, la de estas páginas, está inspirada en los acantilados de Maro, en Nerja. "Soy cordobesa, pero de niña veraneaba en Málaga con toda mi familia. Tiene una luz distinta, cercana y veraniega. He querido llevar a las prendas el azul del mar, que es maravilloso, y la espuma del romper de las olas en las rocas", comparte. Como es costumbre en sus creaciones, la artesanía lo inunda todo: "Es vital que no se pierda el oficio. En Andalucía sobrevive gracias a las procesiones de Semana Santa: bordados, mantos... Eso hace escuela. Pero en España hacemos poca". Esa es, según afirma, la diferencia entre la moda de autor y la moda rápida. "En este país tenemos diseñadores maravillosos, pero si la Federación de París no te da su sello, nada. Aquí se hace un trabajo exquisito, pero la gente prefiere consumir moda barata y en grandes cantidades. Los diseñadores luchan muchísimo, exponiendo su casa, su trabajo y su economía. Hace falta apoyo institucional. Hay una minoría de clientes que valoran la costura, que son los que a mí me dan para vivir. Los diseñadores luchamos por sacar adelante prendas de autor, que es lo que nos define: la artesanía, el corte a medida, el regreso al modisto que trabaja con su clienta", apostilla. Con todo, el que considera su mayor logro no es profesional: "Lo mejor que he hecho es ser madre. Mi hijo tiene 4 años y viene todas las tardes al taller. Conoce a las modistas, me pinta las paredes... Tengo poco tiempo libre, pero lo disfruto mucho con mi marido y mi familia".
Peluquería y maquillaje: Cynthia De León (Cool Producciones). Producción: Beatriz Martínez Velasco. Asistente de fotografía: Sara Guillén. Modelo: Sara Caballero (Elite Model Management). Agradecimientos: Flamenco de Leones.
