Si hay un vestido de novia que ha pasado a la historia de la moda nupcial ese es el de Lady Di. Basta cerrar los ojos para recordar aquel diseño con el que Diana de Gales llegó a la catedral de San Pablo de Londres el 29 de julio de 1981: con su cuerpo entallado y su escote en V adornado con volantes y un lazo, aquellas mangas de farol que definían a la perfección el estilo de los años 80, una falda princesa y una cola de más de siete metros con la que aquella joven de apenas 21 años encarnó el sueño royal sigue despertando interés más de cuatro décadas después.

El vestido lo firmaba la pareja de diseñadores compuesta por Elizabeth y David Emanuel. Ahora, Elizabeth, en declaraciones exclusivas para la revista People, ha confirmado que diseñará una interpretación moderna del vestido más icónico de todos los tiempos. "Voy a intentar capturar el espíritu del original, pero ahora a través de mis ojos. Quiero conservar todos los destellos y perlas pero con una visión completamente diferente", ha confesado Elizabeth Emanuel.

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Lady Di y el príncipe Carlos saliendo de la catedral de San Pablo tras su boda.

La diseñadora asegura que es algo realmente emocionante porque en más de una ocasión le han preguntado si volvería a diseñar el mismo vestido de novia para la princesa Diana de Gales. Y su respuesta también evoca lo importante y trascendental que fue para ella crear ese diseño, pues considera que no cambiaría nada del vestido de 1981, pero sí que es cierto que si lo observa desde una mirada actual entiende que tiene muchas posibilidades.

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Elizabeth y David Emanuel se convirtieron en dos de los diseñadores de cabecera de Diana. En la imagen, junto a Lady Di escogiendo diseños y telas en el Palacio de Kensington en 1986.

La diseñadora también ha recordado que los nervios ante ese gran encargo (Elizabeth Emanuel solo tenía 26 años cuando lo recibió), le llevaron a crear un segundo vestido de novia secreto por si el primero era robado o había un incendio que acabara con él. Para ello, Elizabeth y David Emanuel se inspiraron en un vestido rosa que la princesa había llevado en un baile previo a su boda y lo transformaron confeccionándolo en seda blanca y, a diferencia del que lució la princesa, esta versión tenía las mangas ajustadas y estaban rematadas por volantes.

Aunque aquel diseño nunca fue utilizado, su creadora ha terminado de confeccionarlo recientemente para que forme parte del Museo Virtual de la Princesa Diana.