Cuando tienes tu primera menstruación, todo el mundo te dice aquello de "ya eres una mujer". Aunque sigues siendo la misma niña, de repente tu cuerpo se vuelve fértil. Un cambio fisiológico y emocional que, para algunas mujeres, merece ser celebrado. Mientras la regla aún es un tabú en nuestra sociedad, ellas prefieren hacerle una fiesta.

Hablamos de las ceremonias de menarquía, celebraciones para dar la bienvenida a la primera menstruación que, aunque son comunes en otras culturas y países, en España aún no están tan extendidas. "Consisten en celebrar de una forma consciente, simbólica y sagrada, aunque no desde un punto de vista religioso, este momento de transición de niña a mujer", explica Maribel Castaño, de Templo Femenino, asociación donde acostumbran a organizar estos ritos.

Estas ceremonias consisten, en resumen, en hacer un círculo de apoyo con las personas más cercanas a la niña, gente que ella quiere que participe, con quienes se sienta cómoda. En el centro, se instala un pequeño altar para crear un espacio donde se ponen todos los objetos simbólicos que representan la transición. La niña, la madre y la abuela llevan dicho objetos, que "son importantes para ellas, que consideran que las conectan con su feminidad y con el sentido de ser mujer". A continuación, el grupo medita durante unos breves minutos, para conectar con "la tierra y el útero".

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Imagen cortesía de Templo Femenino.


"También honramos a nuestros ancestros, las mujeres de nuestro linaje, con un ritual", explica Castaño. En ese momento, la madre y la abuela brindan apoyo a la niña y comparten bendiciones, poesías, escritos o canciones. Después, dan un regalo simbólico a la menor. El resto de participantes hará lo mismo. Al final, la ceremonia (cuyo precio ronda los 150 euros) se celebra con comida y bebida.

"Lo importante es que las niñas empiecen a experimentar nuevas formas de conectar con su menstruación de una manera más natural, sin miedos ni vergüenza, y que las madres sepan cómo acompañarlas en ese proceso. Se trata de aprender a celebrar la llegada de esta etapa de sus vidas llena de potencial, significado y responsabilidad, algo a veces lejano en la mente de las niñas hoy en día", sostiene Castaño a HARPER'S BAZAAR.

"Les explicamos que las mujeres, durante el mes, tenemos días con mas energía y otros con menos, que todo está bien, que no somos 'raras' ni 'difíciles' por eso", enfatiza, mientras asegura que "cuando una niña es consciente de que sus emociones, sentimientos y energía cambian durante el mes, vivirá este proceso de una forma más plena y le ayudará a aceptarse y a conocerse mejor". Si celebra ese momento, "le está dando un mensaje claro al mundo: que no se avergüenza de su naturaleza ni de ser mujer, sino que se siente orgullosa de serlo".

Según Castaño, "la vida de una mujer que conoce su ciclo menstrual, que sabe cómo es su cuerpo y conoce su funcionamiento desde pequeña, es muy distinta".

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Imagen cortesía de Templo Femenino.


UN 'VÍNCULO ESPECIAL'

Magda organizó para su hija una ceremonia de menarquía. La idea surgió un día en que las dos oyeron hablar de este tipo de ritos. "Quisimos celebrar así esa nueva etapa en su vida, su paso de niña a mujer. Se lo propuse y se ilusionó al instante", explica a HARPER'S BAZAAR.

Su hija tenía 12 años y fue una ceremonia organizada por Templo Femenino, "muy especial, en la que estaban presentes todas las mujeres importantes para ella: su hermana pequeña y su abuela; la matrona que la trajo al mundo; amigas y primas con las que tiene mucha relación". "Mi hija pequeña también quiere tener la suya cuando le llegue el momento. Ya ha pensado su lista de invitadas", cuenta Magda, mientras reconoce que no se esperaba "que entre tantas mujeres se creara un vínculo tan fuerte y emotivo en tan poco tiempo". Ella, que es bastante escéptica en asuntos espirituales, quedó fascinada con la ceremonia.

Su hija, que ya tiene 18 años, aún conserva todos los recuerdos de su fiesta y espera que algún día estos ritos sean tan conocidos como, por ejemplo, las primeras comuniones para los católicos. De hecho, ya tiene claro que si tiene hijas, también les organizará una ceremonia de menarquía.

LAS "FIESTAS ROJAS" DE EE. UU. Y JAPÓN

Lo cierto es que en muchos países del mundo la menstruación es todavía un tema tabú, "no se habla de ello e incluso en algunas culturas hay tradiciones y rituales que nuestra sociedad moderna podrían considerar muy crueles". Sin embargo, existen culturas y tribus indígenas que lo celebran como un acontecimiento importante. Un ejemplo son las comunidades de nativos americanos apache y navajo en Estados Unidos. En ellas se celebra durante varios días este momento de transición de esa niña, con cantos, bailes, comida, regalos y bendiciones para su nueva vida como mujer.

En otros países como Estados Unidos y Japón existen las llamadas "fiestas rojas", celebraciones que para Castaño "trivializan la intención original de esta celebración", la banalizan de una forma parecida a como lo hacen los baby showers con la maternidad.

En otros países, sobre todo de América Latina, se celebran los 15 años de las niñas como una fiesta muy importante para festejar ese momento en que se supone que se ha convertido en mujer. "¡Algunas llegan a ser tan grandes como una boda! Sin embargo, no tienen un sentido simbólico ni se menciona el significado de esa transición", matiza Castaño. De nuevo, el tabú de la menstruación, un silencio que ocurre porque "la mayoría de hombres y mujeres tenemos una relación negativa con la sangre menstrual. Se ve como algo sucio y maloliente".

Las causas de que la regla siga siendo un tabú están claras para Castaño: "Nos bombardean con imágenes y comentarios negativos sobre la menstruación y eso nos ha llevado a ocultarla". Un ejemplo de ese silencio en torno al periodo femenino es que queremos evitarlo incluso hasta en la publicidad de comprensas, "vemos mucha sangre en películas de acción con total normalidad, sin embargo, es irónico, pero la menstrual nos provoca más rechazo que la sangre que viene de la violencia".

"Ese tabú también se traduce en el lenguaje que empleamos. Por ejemplo, en inglés, se le llama "maldición" (you have the curse). En ciertos países de América Latina se dice que estás 'enferma' cuando tienes la menstruación. Estos mensajes nos han condicionado a relacionarla con algo indeseable", matiza Castaño.

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Imagen cortesía de Templo Femenino.

¿SON RITOS FEMINISTAS?

Si se le pregunta si estos ritos también encajan en alguien escéptico que no conecte tanto con esa vertiente energética, Castaño explica que "como participante, podrás darle la interpretación espiritual que quieras". También asegura que alguna vez han tenido algunas mujeres que han llegado a la ceremonia "incómodas o con una actitud de escepticismo. Lo bonito, lo mágico, es ver cómo por lo general salen emocionadas".

A priori, además de espirituales, estas ceremonias de menarquía podrían entenderse como feministas. Sin embargo, para Castaño no lo son, porque "no buscan la reivindicación de la mujer desde la lucha por la igualdad, sino desde el empoderamiento que da la conexión con su esencia única y verdadera que ha quedado olvidada por siglos de condicionamiento. No es ni mejor ni peor, es simplemente otro camino".

En estas fiestas también pueden asistir hombres. Aunque la tradición es que sólo participen mujeres, en Templo Femenino reivindican la presencia masculina, porque "nos ayudaría mucho que el hombre fuese también consciente de los ciclos femeninos; es importante su presencia, pero siempre desde el respeto".

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