Las 26 mejores escenas de sexo en el cine

Era 1981, Jack Nicholson y Jessica Lange enseñaron al mundo cómo se hace con ganas sobre la mesa de una cocina, con todo lleno de harina. Todo, todo y todo. Jack, ese tipo duro.

El título en castellano es Amenaza en la sombra. En realidad es una película de terror, pero en ella está la que es considerada por muchos (sobre todo por los británicos y por la que firma estas líneas) como la mejor escena de sexo de todos los tiempos. La cinta es de 1973 y en ella puedes ver a Donald Sutherland joven (sí, fue joven una vez) y a la bellísima Julie Christie hacer de una pareja con una química extraordinaria. Una pareja tan de verdad, que parece que lo que hacen encima de esa cama no sea cine, sino vida real. Es sexo, bonito y cotidiano, en una película trágica, de miedo.

La escena del pañuelo se te queda en tu memoria para los restos de tu vida. Si has visto esta película de Vicente Aranda, de 1991 sobre un trío amoroso entre Jorge Sanz, Maribel Verdú y Victoria Abril, hay muchas (pero muchas) probabilidades de que recuerdes vivamente ese momento en que Victoria Abril enseña a Jorge Sanz cómo tener un orgasmo mientras ella le saca un pañuelo del ano. Por lo visto fue cosa del actor. El director pidió ideas para hacerlo más extremo y él le contó el truco de una antigua novia.

Mattias Schoenaerts -haciendo de bruto elevado al cubo- en la cama con una Marion Cotillard sin piernas. Ahí no hay delicadeza, si acaso, la delicadeza está precisamente en la falta de ésta. Y, además, dan con la pregunta perfecta: "¿Estás OP?".

Después de una pelea, la reconciliación se da (y de qué manera) en unas escaleras. Una escena sedienta y desatada entre un matrimonio que lleva unos 20 años casados. Viggo Mortensen y Maria Bello se lo montan sobre esos escalones, con tanta pasión y rabia que los moretones de ella que enseña la cámara en la siguiente escena son reales. El director quiso amortiguar los daños con alfombrillas, pero de poco sirvieron. Maria Bello acabó tan amoratada como ya te imaginas cuando la ves ahí empotrada.

Una historia de amor entre dos mujeres con una escena de sexo muy explícito que dura más de seis minutos. Muchas lesbianas dijeron en su momento que eso que hacen en pantalla Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulus no tiene nada de real. Pero funciona, en la película funciona tanto que impresiona y comprendes que el rodaje con Kechiche, el director, se convirtiera en una auténtica pesadilla.

Esta película nos descubrió el lado más profundo de Michael Fassbender. En ella hay varias escenas antológicas: el polvo con la prostituta en el hotel; el que tiene en plena calle, de noche, con la rubia del pub; el juego de dedos en el bar... Pero quizá la escena que más impacta es la de la orgía, con un Fassbender desesperado, con el rostro desencajado y rendido a su propio veneno. El sexo como un dolor profundo y asfixiante del que no puede escapar.

Halle Berry pidiéndole desesperadamente a Billy Bob Thorton que la haga sentir bien. Suplicándole, llorándole en pleno orgasmo. Una actriz soberbia, sin máscaras y transparente hasta las estrías que también rueda la cámara.

Keira Knightley y James McAvoy en la escena que da lugar al mal entendido que marca sus vidas. Ella lleva el famosísimo vestido verde, están rodeados de libros, de pie... Ni siquiera hace falta que dure demasiado. No se pueden controlar más y aquí ya falta el aire.

Sexo explícito dirigido por Ang Lee y protagonizado por un Tony Leung oscuro, intimidante, magnético y empotrador.

La buena, la de David Cronenberg, la de 1996. James Spader, Holly Hunter, Rosanna Arquete y unos cuantos perturbados más erotizando lo imposible. No sabes si te repunga o te fascina eso que ves. Bueno, sí lo sabes. Y quieres más.

¿Hace falta que contemos la escena de la mantequilla? La película de Bertolucci tiene otras grandes escenas de sexo más allá de la del lubricante casero que Marlon Brando aplica a una acongojada Maria Schneider. La de ella sodomizando a Brando en el baño, por ejemplo.

Ryan Gosling haciendo un cunilingus a Michelle Williams. Se acaban de conocer y están en ese momento yonki de la pareja. Luego la vida pasa, los niños, la rutina, la depresión... Pero Ryan la quiere tanto, tanto, tanto.

Juventud y belleza maximizadas por el mayo del 68. Michael Pitt y Louis Garrel acompañan en esta película de Bertolucci a una Eva Green en pleno florecimiento y bella hasta el dolor. La escena ocurre cuando ella y Pitt pierden la virginidad en el suelo de la cocina.

En esta historia de sexo furtivo y asesinatos ocurre una escena en pleno atardecer. Con esa luz hipnótica y envolvente del final del día, que impulsa a esos dos hombres a buscarse mientras en cualquier momento algo terrible va a suceder.

El streeptease más famoso de la historia ocurre en esta película de Adrian Lyne. También hay comida y un cubito de hielo. Y Kim Bassinger y Mickey Rourke en el esplendor de sus vidas. Este febrero se cumplen 30 años de su estreno, si aún no te has enamorado de ella, es que no tienes corazón. Te contamos todas las razones para obsesionarte con la que para muchos es la mejor mala película de la historia, aquí.

En Body Heat, su título original, tenemos a un William Hurt sexy con bigote (ajá, él sí lo consigue) y una Kathleen Turner capaz de derretir el iceberg que hundió al Titanic con uno solo de sus movimientos de cadera. En esa escena se suda, mucho, y se levanta una falta roja.

Catherine Deneuve montándoselo con Susan Sarandon en un juego vampírico sexual que, probablemente, hacía que en 1983 (año de su estreno) más de uno le diera 20 veces al Rew en el VHS. Ahora, puedes ver esa escena todas las veces que quieras aquí.

Mila Kunis practicándole un cunilingus a Nathalie Portman. Vale que luego resulta que todo ha sido fruto de la mente calenturienta de Nathalie, pero menuda fantasía erótica tiene la bailarina.

Antonio Banderas es un delicuente de barrio y Victoria Abril una actriz porno y de películas de terror. Él está obsesionado con ella y la secuestra. Y luego ella acaba con un síndrome de Estocolmo del copón, acostándose con su captor -con él reventado de heridas- y masturbándose con un simpático buzo de juguete en la bañera. Es de 1990, de cuando Pedro Almodóvar hacía grandes películas que no ganaban premios.