En esta sociedad (en teoría) avanzada del s.XXI la censura parece no existir y que es algo, incluso, hasta ridículo. Bueno, aunque es bonito y hasta utópico pensar eso, la realidad no es, para nada, así. Si ya hemos hablado de cómo la sociedad sigue juzgando por el body shaming, por el slut shaming, en esencia, la sociedad juzga por todo a todos. Sin embargo, estamos acostumbrados a que las estrellas del pop (de la música, del cine) de cualquier índole proyecten sexualidad una y otra vez. No solo a través de las letras sino también a través de los looks. Si alguien lo hace nos parece demasiado y, si alguien no lo hace, nos parece demasiado poco. La sexualidad en los anuncios publicitarios en y del campo de la música pop internacional es algo más que habitual y estamosmás que acostumbrados.
A pesar de todo esto, en algunos países no es así. Por ejemplo, en el Medio Este no sólo se censuran las portadas de los discos, sino que se cambian, transforman y modifican de tal forma que parecen irreconocibles (o ediciones especiales raras, si nos ponemos optimistas).
Iconos del pop actual como Britney Spears, Madonna, Lady Gaga, Shakira, Miley Cyrus y el largo etcétera son tapados para no incitar ningún pensamiento sexual. Aunque pueda parecer que es solo cosa de mujeres, portadas de gente como Justin Bieber también son photoshopeadas. Lugares como Arabia Saudí cuentan con comités de censura como el Comité para la Promoción de la Virtud o la Prevención del Vicio.
Si todo esto te provoca un oh y te incita a pensar sobre la maldad hacia la mujer y hacia la cultura de otras regiones del mundo, primero, haz un ejercicio interno. Cuándo ves una selfie de una chica desnuda en las redes sociales, ¿qué piensas? ¿qué guapa? ¿qué valiente? o ¿qué buscona? ¿qué dulzona¿ (como diría Lorca). Y, segundo, en países occidentales también ha existido la censura de este tipo. No hace falta irnos muy lejos para comprobar que todavía queda mucho por aprender, muchos ejercicios de apertura mental para con nosotros mismos y para con los demás.
Aquí te dejamos distintos ejemplos de cómo la censura transforma algo tan sencillo como la portada de un disco.
