Poner ácido sobre el rostro es una idea que, de primeras, quizás no resulte demasiado llamativa. Pero este producto es un elixir que ya se ha convertido en imprescindible en el la rutina de cuidado facial de los más expertos. Y esto se debe a que los ácidos faciales contribuyen a conseguir una piel más limpia, suave y radiante.

Una vez que tenemos claro lo que este producto puede aportar a nuestra piel se abren infinidad de posibilidades: ácido hialurónico, ácido salicílico, ácido glicólico. Todos ellos son nombre que probablemente hayas escuchado antes, pero la lista no deja de engrosarse y acaba de llegar un nuevo integrante: el ácido mandélico.

¿Qué es el ácido mandélico?

El ácido mandélico es un derivado de las almendras amargas y se clasifica dentro de los alfa hidroxiácidos (AHA), aunque es más suave que otros que se encuentran dentro de esta denominación, como el ácido glicólico o el láctico. En mayor o menor intensidad, este grupo de ácidos produce un efecto exfoliante sobre la piel. Actúan sobre las capas de piel muerta y rompen los enlaces entre las células, esto se traduce en una piel más brillante. Por si esto fuera poco, también ayudan a limpiar los poros y a crear un tono uniforme.

¿Qué beneficios tiene el ácido mandélico?

En concreto, el ácido mandélico es muy efectivo contra las arrugas y las líneas de expresión. La exfoliación que realiza elimina la piel muerta que puede ser la responsable de que la tez se vea apagada y las líneas de expresión más finas. Por otro lado, el ácido mandélico también fortalece el colágeno existente en nuestro organismo, cuya función es dar soporte a la piel para que mantenga la firmeza propia de la juventud. Sin embargo, el poder de este ácido no se limita a su acción antienvejecimiento. También puede ayudarnos a combatir algunas imperfección de la piel, como el melasma, la hiperpigmentación o el acné.

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Crédito: The Ordinary

El ácido mandélico para eliminar las manchas de la piel

El melasma es una afección por la que se desarrolla una hiperpigmentación en alguna zona del rostro. La aplicación de este ácido durante cuatro semanas puede reducir su apariencia hasta en un 50%, obteniendo una piel más uniforme y juvenil.

El ácido mandélico para eliminar el acné

Para eliminar el acné se ponen en marcha las propiedades antibacterianas del ácido mandélico. Este agente ayuda a regular la producción de sebo de la piel, por lo que los brotes de granitos se reducen notablemente, incluso en pieles con acné quístico, que resulta ser la manifestación más grave de esta afección–.

¿Cómo se debe utilizar el ácido mandélico?

Es aconsejable utilizar el ácido mandélico como parte e la rutina de belleza nocturna, después de la limpieza facial –o doble limpieza facial– y antes de aplicar la crema hidratante. Para lograr su completa absorción se deben aplicar pequeñas cantidades de ácido mandélico y presionar de forma suave la piel. No obstante, al igual que sucede con todos los alfa hidroxiácidos, "el ácido mandélico puede irritar la piel, pero en menor medida que, por ejemplo, el ácido glicólico. Esto se debe a que posee un alto peso molecular y por ello penetra más lentamente que otros ácidos y su acción no es tan profunda", cuentan desde Arbosana Farmacia.

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Crédito: The INKEY List

Además, es importante destacar que lo aconsejable es utilizar el ácido mandélico en la rutina de noche y empezando en días alternos, para poder comprobar cómo de tolerante es la piel con este alfa hidroxiácido. "En el caso de las pieles sensibles, al ser más suave que otros ácidos, se puede aplicar el ácido mandélico ya que ayuda a mitigar las manchas, el acné y las líneas de expresión", añaden desde la farmacia. Pero, si vamos a incluir el ácido mandélico en nuestra rutina de día, debemos tener en cuenta que lo ideal será "aplicar la crema con ácido mandélico después del sérum facial que se utilice, y también antes de la protección solar. En caso de que el ácido mandélico se encuentre en nuestro sérum, lo ideal es aplicarlo antes de nuestra crema habitual", cuentan desde la Clínica Mira + Cueto.