La tendencia de llevar las cejas finas de las top models de los 90 provocó auténticas catástrofes en las cejas de mucha mujeres. La repetida depilación de las cejas dio lugar a la debilitación del folículo piloso y a que, en muchos casos, algunos pelitos no volvieran a salir. Sin embargo, esta es solo una de las causas que puede revertir en la despoblación de las cejas. A ella, se le suman los efectos secundarios de algunos tratamientos médicos y el propio envejecimiento, ya que como ocurre con el cabello, los folículos pilosos, con el paso del tiempo se debilitan y albergan menos fibras capilares.

Aunque en los últimos años hemos vivido el resurgimiento de las cejas finas, en ningún caso se trata de la misma ceja que se llevó en los años 90. Esta vez se trata de una ceja más estilizada pero sin llegar a aquellos extremos. Pero no todas tenemos de manera natural esa ceja estructurada, bonita y poblada que enmarca el rostro y da presencia a la mirada. Para conseguirla, han surgido en el mercado diferentes procedimientos con el objetivo de definir y rellenar las cejas.

¿Qué es el 'microcrayling?

Desde el 'microblading' para las cejas, al efecto 'microshading', pasando por el 'microfeathering' –esa técnica que dibuja las cejas en forma de pluma–, cada tratamiento está destinado a dar respuesta a un problema, pues no es lo mismo tener una ceja despoblada en toda su extensión, que presentar pequeñas calvas muy localizadas. A todos ellos, ahora se añade el 'micrograyling', un enfoque general de la ceja que trata de resolver problemas de despoblación. Para ello pone en práctica las técnicas conocidas hasta ahora y con un análisis personalizado de cada caso hace se hace una propuesta individualizada para cada cliente. La diferencia de esta nueva técnica respecto a lo que ya conocíamos es que juega con diversas técnicas, sombras, colores y degradados para crear la ilusión de una ceja real, evitando ese efecto de ceja dibujada, tan visto en redes sociales.

Cuando lo que queremos lograr es un rediseño completo de la ceja, por falta de pelo en toda ella nos encontramos que el 'microblading' no funciona. Esta técnica dibuja la ceja pelo a pelo, tatuando las líneas en las capas más superficiales de la piel. Este procedimiento consigue muy buenos resultados cuando se trata de dar cobertura a zonas sin pelo localizada, lo que se conoce como calvas, pero aplicarla por toda la ceja no es aconsejable ya que da lugar a un resultado muy artificial.

Para un resultado natural, cuando se tiene que trabajar toda la ceja, hasta ahora se había empleado el 'microshading', una técnica que trata de dibujar un sombreado empolvado debajo de los pelitos de la ceja. "El 'micrograyling' concentra diferentes técnicas de micropigmentación para diseñar la ceja con varios tonos, hasta lograr una terminación más difuminada y tridimensional. Juega con sombras, gradaciones, polvos, 3D y colores para crear una ilusión de pelo real donde ya no lo hay y, además, ayuda a estructurar la mirada", cuentan desde L'Atelier du Sourcil. Tras realizar un sombreado con un tono muy natural se estudian las zonas donde haya menos pelo para aplicar la técnica del 'microblading' combinando varios pigmentos, para evitar que quede demasiado uniforme y sin dimensión.