15 razones por las que el videoclip de 'Telephone' es historia (moderna)

Si hay un director que sabe jugar con la provocación, la violencia, el humor más ácido y los diálogos banales, y resultar brillante, ese es Tarantino. Tal vez por ello, Gaga y Akerlund quisieron homenajearle con una serie de guiños a su filmografía: la tipografía de los rótulos, tan similar a la de Jackie Brown (1997), la mítica furgoneta ‘Pussy Wagon’ con la que Uma Thurman escapa del hospital en Kill Bill: Vol. 1 (2003) o el ‘Honey Bee’ con el que Gaga se refiere a Beyoncé y que recuerda al ‘Honey Bunny’ con el que Tim Roth se dirige a Amanda Plummer en Pulp Fiction (1994).

Y no, no hablamos de El Padrino. Telephone se interpreta como la continuación de Paparazzi, single de su anterior disco The Fame. Dirigido también por Akerlund, en Paparazzi vemos cómo Gaga se venga de su novio envenenándole antes de ser detenida. A continuación, Telephone nos muestra su llegada auna cárcel de mujeres y su posterior puesta en libertad para –sorpresa– envenenar al novio despreciable de ‘Queen Bey’, quien por cierto es el actor de Fast & Furious Tyrese Gibson.

Precisamente esta ‘sed de venganza’, esta respuesta sin tapujos a la violencia machista y la forma en la que ambas divas del pop escapan –de la mano– de una persecución policial por caminos áridos, recuerda poderosamente a la escena final de Thelma y Louise (1991). Nos ahorraremos el spoiler pero ese momento quedó grabado en millones de retinas y fue considerado un auténtico grito feminista. Las frases de despedida, las fotos Polaroid… son muchas las coincidencias.

El estilista de Gaga para este video fue Nicola Formichetti, actual Director Creativo de Diesel y responsable del escaparate de piezas que vemos en Telephone como este vestido de hombreras XL que reinterpreta el traje de preso firmado por Jean Charles de Castelbajac; el trikini improvisado con cinta policial, obra de Brian Lichtenberg; el mono con cadenas, cortesía de Viktor & Rolf; el look blanco y negro con maxi sombrero de Thierry Mugler; la chaqueta de cuero con tachuelas que querrías para tu ‘street style’ de Search and Destroy… A esto hay que sumarle piezas esculturales como el sombrero con forma de teléfono, obra de Fred Butler o las icónicas gafas con cigarrillos de Haus of Gaga. Puro arte.

¿Qué hacer cuando el rumor de que tienes pene y eres en realidad hermafrodita copa más titulares que tu música? Reírte de todos ellos en tu último videoclip. Corría el año 2009 y un pantallazo de dudosa calidad en el que un pequeño bulto asomaba bajo el vestido de Gaga se extendió a la velocidad de la luz por blogs y medios sensacionalistas. A pesar de que se desmintió, el rumor siguió planeando sobre nuestras cabezas. Por ello, cuando las dos guardias de seguridad desnudan y encierran a Gaga en su celda, una de ellas comenta: “Te dije que no tenía rabo”. “Una pena”, le responde la otra. Minipunto para Gaga.

Lo sentimos Gal Gadot pero la fiebre por Wonder Woman que nos acecha desde hace meses ya nos era familiar. Y es que el dúo de divas se marca una estudiada coreografía enfundado en sendos microtrajes muy ‘born in the USA’ que recuerda al estilismo lucido por la superheroína en la versión comic y en la popular serie de finales de los 70 protagonizada por Lynda Carter.

Aunque las cárceles de mujeres aparecen en el cine desde los años 1950 (generalmente como dramones o hipersexualizadas y enfocadas al público masculino) Lady Gaga resucitó el tema, creando un imaginario de presas donde todo era posible, mucho antes de que Piper, Alex y cía. llegaran a Litchfield. La ‘prison for bitches’ de Gaga juega con todos los estereotipos posibles: grupitos según la raza, marimachos tatuados y musculados, relaciones lésbicas, peleas… los agita y los combina, para que la sexualidad y la ambigüedad entre género masculino y femenino hagan el resto. Eso sí, sin bajarse de los tacones en ningún momento.

La conversación entre Gaga y Beyoncé dentro de la camioneta, tu próximo mantra:

- Gaga: “¿Estás segura de que quieres hacer esto, Honey Bee?”.

- Beyoncé: “¿Cómo que si estoy segura?”.

- Gaga: “Ya sabes lo que dicen: una vez que matas a una vaca, tienes que hacer una hamburguesa”.

- Beyoncé: “¿Sabes, Gaga? La confianza es como un espejo. Puedes arreglarlo si está roto…”.

- Gaga: “…Pero todavía podrás ver la grieta en el jodido reflejo”.

Bravo.

No se veía algo igual desde que el Me against the music (2003) de Britney Spears y Madonna llegara a nuestros discmans y pantallas apenas un mes después de que se besaran en los MTV Awards, beso que tan solo sería eclipsado en la historia de los directos escandalosos por el #nipplegate de Janet Jackson y Justin Timberlake en la Super Bowl de 2004. Vale que Madonna también beso a Christina Aguilera en ese escenario pero ¿quién se acuerda de eso? Por cierto, ¿sabías que Lady Gaga escribió Telephone para Britney pero que, tras grabar una demo, ésta la rechazó? Alguien debe estar muy arrepentida siete años después.

No olvidemos que hubo otro maravilloso tributo a la tecnología en el que Beyoncé llevaba la voz cantante. El videoclip de Video phone, también junto a Lady Gaga, se lanzó en noviembre de 2009 mientras que el de Telephone no llegaría hasta marzo de 2010. A pesar de ello, el de Bey suma algo más de 106 millones de visualizaciones mientras que el de Gaga supera los 283 millones. ¿Imaginas a alguien robándole el trono a Queen Bey a día de hoy? ¿Tarareas con la mima facilidad ambas canciones? Nosotros tampoco.

Por utilizar latas de Coca Cola light a modo de rulos y regalarnos un ‘product placement’ que vale su peso en oro: Polaroid, Virgin Mobile, Beats by Dre… nadie se salva. Sin embargo, nos quedamos con su afán por inventarse marcas, siguiendo de nuevo la estela de Tarantino en sus películas. Tendrás que fijarte bien, pero el bollo que comen en el coche y que tiran por la ventana es marca ‘Honey Bun’ (sospechosamente parecido a 'Honey Bee') y en el vaso de refresco se puede leer el nombre de una cadena de comida rápida ficticia: ‘Double breasted’ (con dos pechugas). ¿Alguien ha pedido pollo frito?

Porque reflejan la consolidación del estilo Gaga, desde Just Dance, cuando trataba de ser la próxima Britney entre poses y morritos, a Bad Romance, donde los movimientos monstruosos –literal– son solo la guinda de su faceta más excéntrica y 100% Gaga. Las coreografías de Telephone se inspiran en alguno de sus pasos más icónicos como los movimientos de las manos a modo de garras, las palmas rápidas o el famoso círculo con los dedos que utiliza para rodear el ojo (sí, muy Poker Face).

Hay quien se ha encargado de buscar metáforas extrañas entre lo que vemos y lo que oímos pero seamos realistas y tan simplistas como la letra: “Hola cariño, me has llamado pero no oigo nada. No tengo cobertura en la discoteca, sabes. ¿Qué has dicho? Ah, estás rompiendo conmigo. Lo siento no puedo oírte estoy bastante ocupada”. Así y otras mil formas de decirle que deje de llamar, que parece el recaudador de impuestos y que ella está a otras cosas. De ahí a mostrarnos una docena de cadáveres en un restaurante de carretera, hay un trecho.

Un estudio de la Goldsmiths University de Londres descubrió que las canciones más pegadizas (conocidas como ‘earworms’) compartían muchos rasgos melódicos y de tempo con las canciones infantiles, siendo así más fáciles de recordar. Pues bien, en el top 10 de canciones que no te podrás sacar de la cabeza encontramos tres de Lady Gaga. Para más inri, Mother Monster se regocija en lo visualmente repetitivo en Telephone, recurriendo también a lo que en 2017 definiríamos como ‘boomerangs’ (sí, también lo hizo antes que tú). Stop telephonin' me, eh, eh, eh, eh, eh….

En una entrevista concedida a Kiss FM reconoció “sentirse mal por el videoclip de Bad Romance porque el de Telephone es muchísimo mejor”. Además, nos dejó la puerta abierta con un ‘To be continued’ que lleva martirizando a sus fans desde entonces. ¿Cumplirá eso de no hay dos sin tres o perdió su punto transgresor el día que se convirtió en Joanne? Impacientes esperamos.