“¿Qué son los Globos de Oro? ¿Por qué son importantes? ¿Por qué están entre nosotros? ¿Qué pretenden? ¿Quién los vota?”. Las preguntas del millón que bombardean sobre los medios durante la temporada alta de premios en Hollywood. ¿De qué otra cosa hablar si no? Por eso es completamente necesario que todo el mundo sepa a qué se enfrenta antes y después de trasnochar para presenciar este despropósito de colosales medidas y desorbitados presupuestos. Porque el cartel de Hollywood, ese pequeño monte vallado entre la carretera por la que se desvió el coche de Laura Elena Harring en Mulholland Drive y por donde sale a correr todas las mañanas Halle Berry, con un Oscar en una mano y un Globo de Oro en la otra, que a su vez bien le sirven como mancuernas, no sólo se sustenta de las leyendas urbanas que supervisa desde lo alto. La industria del entretenimiento en llamas. Los Globos de Oro, una historia con fuego (no tiene nada que ver con la canción de Soraya Arnelas) y alcohol. Mucho alcohol.

PERO… ¿ SE BEBE TANTO?
Una ley estricta del estado de California determina que no se puede consumir alcohol en la vía pública, pero los Globos de Oro son a Hollywood lo mismo que los festivales de música a Murcia. ¿La norma principal? Bebe mucho y donde quieras. ¿La diferencia? Mientras unos mantienen pendiente a medio mundo, otros ya no le interesante a nadie. Un equipo de azafatos espera al principio de la alfombra roja del hotel Beverly Hilton de Los Ángeles con copas de champán. A las 7 de la tarde de la costa Oeste estadounidense.

Por eso, cuando en 2014 Emma Thompson se paseaba entre las mesas de los Globos de Oro con los tacones en la mano, realmente se había emborrachado con el mismo proceso legal que una madre que tiene un hijo en la cárcel. A Emma no la habían nominado a un Oscar por la decepcionante e hiperazucarada Descubriendo Mr. Banks, así que en un acto reflejo de pura consciencia de sí misma, y de su futuro más inmediato, sabía que esa sería su última fiesta de la temporada. No hacía falta que promocionara más su película.

Los Globos de Oro sólo son la excusa perfecta que tiene Hollywood para reunir en un mismo recinto a lo mejor de cada casa durante ese año. Lo mismo que intenta hacer tu abuela en la cena de Nochebuena convocando a toda la familia, pero con un poco más de éxito. Y sin Raphael.

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’’Tía, me he bebido una botella de champán y me han regalado un Globo de Oro’’.

PERO… ¿PARA QUÉ SIRVEN?
Los Globos de Oro llegan cuando las campañas al Oscar están en sus puntos más calientes. No son una antesala ni van por libre. El juego de Hollywood es un entramado, una cadena alimenticia. Y los Globos de Oro llevan muchos años siendo un alimento clave para sobrevivir en un medio hostil de animales salvajes. Que Rooney Mara no estuviera nominada al Globo de Oro por su impactante revisión de Los hombres que no amaban a las mujeres provocó que Sony invirtiera más dinero en su futura nominación al Oscar. Y la nominaron. Ese fue su premio final. En cambio, la que sí estuvo nominada fue una Jennifer Aniston que en 2015 se mató por ser reconocida por su trabajo en una película independiente que no vio nadie. Pero no pasó de ahí. A Aniston la Asociación de la Prensa Extranjera le puso los dientes largos en una temporada de premios que se preveía suya. A todo el mundo le parece bien hacer feliz a Jennifer Aniston porque al parecer sufre por desamor. Hasta que llega la voz de la conciencia y dice que ya está bien. Pasa igual en la vida real. Y Jennifer no fue nominada al Oscar.

PERO… ¿QUIÉN VOTA?
A diferencia de lo que pueda parecer entre el público ajeno a todos estos entresijos del juego de Hollywood –el público real–, los votantes de los Globos de Oro son sólo 93 gatos, miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Los Ángeles. Mientras los Oscar siguen un milimetrado proceso democrático de más de 6.000 votantes, en los Globos de Oro se vota lo que a cada uno le parece. O a quien te haya dado más cariño. Razón por la que el circo de Burlesque sería nominado como mejor comedia o musical en 2010, después de que todos los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera fueran invitados a un concierto de Cher en Las Vegas.

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’’Me aburro. El champán no es ecológico’’.

PERO… ¿SON LA ANTESALA DE LOS OSCAR?
¿Qué es eso? Sí y no. No y sí. La ya maldita y periodística frase hecha está más caducada y tiene menos sentido que Cher volviendo a ganar un Oscar. Si un medio de comunicación, una cabecera, un blog, una columna, alguien, empieza su resumen de los Globos con “la antesala de los Oscar”, es que no ha entendido nada. Lo mejor que puedes hacer es huir. En términos 2.0: cerrar ventana. Los Globos de Oro son los Oscar que Madonna puede ganar. Y esa es la mejor definición de unos premios que han abrazado la fiesta, la juerga, la polémica y los comas etílicos como forma de ver la vida. Y todo en tres insaciables, intrépidas y adrenalínicas horas. Una menos que los Oscar. Y CON MÁS PREMIOS. ¿La diferencia? Que todos, absolutamente todos, los premios de los Globos de Oro son entregados única y exclusivamente por estrellas y a estrellas. En otras palabras: lamer el culo a la industria que mantienen. En otras palabras: Gracias, Asociación de la prensa Extranjera de Hollywood.

PERO… ¿DICE UN BORRACHO SIEMPRE LA VERDAD?
Acusados son los Globos de Oro de beber más de la cuenta, pero verdadera es siempre la leyenda urbana de que los borrachos siempre dicen la verdad. Porque los prejuicios y el extremo conservadurismo de la Academia de Hollywood jamás permitiría un Oscar a la poca vergüenza de minifalda asesina y peluca rubia de Nicole Kidman en Todo por un sueño o Julia Roberts en Pretty Woman. Ellas sí ganaron un Globo de Oro por ello. Aquí sólo se barniza de oro a los titulares sobrecargados de estrellas e ideas liberales. Por la misma razón por la que Jodie Foster no podría haber elegido un sitio mejor para salir del armario, en su discurso de agradecimiento de su premio honorífico, durante la gala de 2013. Y no hay mayor verdad que esa.

PERO… ¿DAN LA FELICIDAD?
La última vez que se vio juntos al matrimonio formado por Gwyneth Paltrow y Chris Martin, sin contar los fines de semana que se intercambian a Apple mientras comen un menú de comida macrobiótica, fue en la misma entrega de los Globos de Oro de 2013. No mostraban mucha felicidad conyugal y a esto se le pueden achacar dos interesantes opciones: 1. Que el champán de esa noche no fuera ecológico. 2. Que al día siguiente anunciaran su divorcio.

Que los Globos de Oro abracen a las estrellas como quien abraza al amor de su vida explica por qué Madonna tiene dos Globos de Oro en casa (de siete nominaciones) y por qué la imagen que encabeza este artículo parece obra del publicista de las Spice Girls, pero en realidad son Sarah Jessica Parker, Kristin Davis, Kim Cattrall y Cynthia Nixon. Nunca ha importado realmente quién gane, pero todos duermen mucho mejor desde entonces. Los Globos de Oro sólo es otra forma de premiar la relevancia. Si no tienes un Globo de Oro, no eres nadie.

La única razón por la que este circo es de visión obligatoria es para ver a las celebridades de Hollywood borrachas. O haciéndose las borrachas, que en cualquier caso siempre es más divertido. Y si algo tienen los Globos de Oro es la exclusividad de tan importante cuadro. El Moma de la cultura pop. El mejor museo del mundo.