Cuando la vida personal se mezcla con eltrabajo los problemas están asegurados, más aún si eres el presidente de los Estados Unidos y tu actual mujer y tu exmujer (y madre de tus hijos) están protagonizando una disputa pública por el título no oficial de primera dama. Y es que, aunque oficialmente Melania Trump sea la primera dama de los Estados Unidos, parece que la exmujer del presidente, Ivana, quiere exigir el título que le corresponde por haber estado casada con Trump y haber tenido tres hijos en común.

Ivana acaba de lanzar su libro y se encuentra en plena promoción. Una obra autobiográfica titulada Raising a Trump y en la que habla de su vida como mujer del empresario y actual presidente, así como la crianza de sus tres hijos, Donald Jr., Eric e Ivanka.

En una reciente entrevista con la cadena de televisión CBS, Ivana no quiso hablar de Marla Mapples, la segunda mujer de Trump y la principal causa de ruptura de su matrimonio con Donald, aunque sí habló de Melania. "La primera no es nadie, la segunda es la primera dama", justificó Ivana.

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Sin embargo, no ha sido la única vez que Ivana ha hablado de Melania Trump y, en otras ocasiones, no ha sido tan amable en sus declaraciones. Ocurrió en otra entrevista con Good Morning America, donde Ivana habló de lo poco que le habría gustado vivir en Washington; algo que, según ella, Melania también detesta. Fue entonces cuando confesó que tenía una línea telefónica directa con el presidente de los Estados Unidos y que hablaban de forma habitual, y declaró: "Realmente, no quiero llamarlo así porque Melania está ahí. Y no quiero causar ningún tipo de reacción celosa por su parte, porque, básicamente, soy la primera mujer de Trump. ¿Sabes? Yo soy la primera dama".

Y, como era de esperar, a Melania Trump no le sentaron del todo bien estas palabras. Poco después de las declaraciones de Ivana, el representante de Melania lanzó un comunicado oficial en las redes sociales cerrando el asunto: "La señora Trump ha hecho de la Casa Blanca un hogar para Barron y el presidente. Ella adora vivir en Washington y se siente orgullosa de poder desempeñar su rol como primera dama de los Estados Unidos. Planea aprovechar este título para ayudar a niños, no para vender libros. Evidentemente, no hay fundamento en la declaración de una ex. Solo un desafortunado intento por llamar la atención".