Volver la vista atrás es bueno a veces (cantaba Karina). En el caso de la película Kids y más de dos décadas después, es necesario. La película narra las aventuras y desventuras de un escuadrón de adolescentes vagando por las calles de Nueva York. En un ejercicio de abstracción –para todo aquel que no la haya visto aun– hay que obviar móviles, internet y apps; Kids es el retrato de una pandilla de chavales en Nueva York cuando el mundo era aun analógico y el cambio de milenio se antojaba pero que muy lejano, en el verano de 1995 concretamente. La avidez por la experimentación con las drogas, el ansia voraz por el sexo sin precaución con la sombra del VIH planeando sobre sus cabezas y las relaciones que pudieran surgir alrededor de una pista de skate son la urdimbre de una trama que situaba a adolescentes reales en lo que The New York Times calificó tras la proyección de la cinta como una "llamada de atención a la sociedad moderna".

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Cartel oficial de la película. © Cortesía de Miramax

Descarnado en la composición (forma y fondo), Larry Clark –el director de la película– venía de publicar dos libros de fotografía: Tulsa (1971) y Teenage Lust (1983). En el primero se abocó a la vida de jóvenes de clase baja en posesión de pistolas y de jeringuillas colgando del brazo; en vistas del éxito obtenido y considerado un trabajo de culto, la temática tuvo en bis con la segunda publicación, lo que no pasó desapercibido para los ojos atentos de Gus Van Sant, Martin Scorsese o Francis Ford Coppola quienes admitieron la influencia de las imágenes de Clark para sus trabajos en Drugstore Cowboy, Taxi Driver y Rumble Fish, respectivamente. Cuando de pronto se alinearon los astros justo a un palmo de distancia de Larry. Harmony Korine era entonces un joven guionista de 19 años recorriéndose la Gran Manzana en busca de capital para financiar varios ensayos de película que traía en la mochila. Nada más leer uno de los ejemplares del joven, Larry Clark le ofreció el guión de su primera película, Kids.

El lenguaje de la calle, las expresiones, los giros, la puesta en escena, etc. Todo debía ser real, y además parecerlo; por lo que si de un lado el director era novel también lo era el guionista con solo 19 años. Y para remate los actores. Ninguno de ellos –Chloë Sevigny, Rosario Dawson, Leo Fitzpatrick y Justin Pierce– tenía formación ni experiencia, tan solo ganas y el aire necesario para dotar de veracidad la historia. Por momentos, el rodaje podría haber sido el de un documental. Tanto es así, que Kim Marie Druce, la diseñadora de vestuario de la cinta, declaraba a The Guardian con motivo del 20 aniversario que "Kids tuvo un anti-estilo que al final se popularizó como fuente de estética". De hecho, el diario inglés resolvió en apuntar cuatro hallazgos en materia de moda que llegaron con Kids: el primero Chloë Sevigny. "Todo el mundo quería parecerse a ella; yo de hecho aun quiero. Pero no por la ropa sino por la actitud" –afirmaba Sarah Raphael, editora de i-D. Después porque las tallas y los cortes de las prendas ahondaron en el universo unisex, el skate llegó al spotlight y dio a conocer marcas como Zoo York, Element o Supreme (que editó prendas especiales para festejar los veinte años de la première).

"Es la película más controvertida en la que yo me he involucrado" –afirmó Harvey Weinstein. "Hoy en día sería imposible un proyecto así. No saldría adelante" –dijo el guionista Harmony Kaine. Pero entre todas las declaraciones que se vertieron con motivo del 20 aniversario el verano de 2015 (la película fue estrenada el 27 de octubre de 1995) la de Chloë Sevigny va un paso más allá y aporta parte de la clave de su éxito. "Kids tiene el encanto intemporal que tienen todas las obras donde los protagonistas son rebeldes. Los adoramos".