Pase que vayamos todos a las mismas playas de #Galifornia. Pase que retransmitamos nuestros viajes de verano desde que salimos de la oficina al grito de #Vacaciones hasta que volvemos a incorporarnosselfietriste mediante. Pase que adornemos nuestrasstoriescon la última cancióntrapdel momento. Incluso se puede llegar a entender que todo tu círculo cercano haya pasado este verano por Menorca, Santorini o Tailandia; al fin y al cabo, las modas son las modas. Pero ¿de verdad era necesario que te compraras en Amazon la colchoneta del flamenco rosa con una semana de antelación y ocuparás ese precioso espacio en tu minúscula maleta de mano?

Si aún no te has cogido vacaciones y todavía estamos a tiempo, te proponemos 10 alternativas mucho más productivas para hacer de tu experiencia veraniega un lugar más bonito (y menos mainstream) donde vivir.

1. Amigos

A nuestro juicio, una alternativa fantástica al clásico flamenco rosa. Te garantizamos que tus niveles de serotonina se elevarán mucho más que con los tradicionales likesde Instagram. Invita a tu amiga la que se quedaba sin vacaciones este año, a tu tía la soltera o a tucrush de cabecera. Te prometemos que ni te acordarás de que falta un flamenco de plástico en tu vida.

giphyView full post on Giphy

2. Una rebequita de lana fría

El tiempo está loco. Con esto del cambio climático uno ya no se puede fiar ni de agosto. Lo mismo hace 40 grados que cae el diluvio universal. Por no hablar del aire acondicionado… Y a ti, que eres muy confiada, no te puede pillar desprevenida. Aprovecha el hueco libre que deja el flamenco rosa hinchable y ocúpalo con esa rebequita que tanto se lleva esta temporada. ¡Que luego se agradece!

3. Una colchoneta diferente (no, no vale el unicornio)

Mira chica, ya puestos, hoy en día el mercado de la colchoneta ofrece un sinfín de posibilidades entre las que poder elegir sin caer en el tópico del flamenco. Puedes optar por alguna de las nuevas de Urban Outfitters o reutilizar esa que tienes en el trastero con forma de tortuga de cuando ibas a Calpe con tus padres. A lo mejor la reminiscencia infantil hasta consigue paliar la ansiedad.

4. Una guía mental de tu destino

Es normal: a veces ocurre que estamos tan ocupados pidiendo unicornios hinchables en Amazon que hasta se nos olvida investigar sobre nuestro destino en cuestión. Pide recomendaciones a amigos y conocidos. Sal del círculo, ponte el mundo por montera y apunta esa recóndita calita de aguas cristalinas, el beach clubde moda o ese parque natural de visita obligada. Y dependiendo de tu destino, ¡quién sabe! Lo mismo hasta de topas de bruces con un flamenco de verdad.

5. ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez

Aunque pueda sonar algo desfasado, un libro puede ser un remedio idóneo para no pensar en el flamenco. Un fiel acompañante playero que, además de que no se pincha, nos hará proyectar una imagen mucho más adulta y cultureta de nosotros mismos. Nota: quizá este tipo de literatura hispanoamericana pueda resultar muy densa. También recomendamosCoerción de Douglas Rushkof.

6. El capazo que tanto te gusta

Siempre te pasa lo mismo cuando viajas en avión para tan pocos días. Los bolsos que más te gustan y mejor combinan no te caben una vez has acoplado el flamenco rosa entre el neceser y los bikinis. Prioricemos: agarra ese cesto de mimbre artesanal que compraste en Cadaqués y dale un toque máshippie-chic a tu próximo look de Instagram.

7. Una cama hinchable tipo RestForm

Hemos pensado que puestos a llevar una colchoneta de dudosa calidad en tu ya de por sí abultada maleta, mucho mejor si ésta nos permite alojar a un invitado de esos que se presenta por sorpresa y nos alegran la semana (o no). Lo encontramos mucho más productivo y reconfortante para cuerpo y mente y tu amiga agradecerá descansar en lugar de pasar 25 minutos haciéndote fotos.

8. Ese kimono que aún no te has puesto

Lo sabemos; finalmente compraste aquel kimono negro con estampado floral que parecía imprescindible en tu armario pero todavía no has encontrado ocasión perfecta para lucirlo. Además, con el flamenco rosa ya ni siquiera te cabía en la maleta. Y tampoco hubiera combinado. Es el momento: reserva en ese chiringuito de estrella Michelín, ponte tu kimono y demuestra que eres mucho más que una colchoneta fucsia.

9. Una lista de temazos de ayer, de hoy y de siempre

Reguetón cañí del de Lorna y Yandel. Remember elitero. Míticas del verano. Pop de divas o R&B del de 2005. Electrónica de ritmos tropicales o, ya según te dé, hasta Leticia Sabater. Para el avión o el trayecto en coche hasta la cala. Para darlo todo en tu casa alquilada. En fin, que la música amansa a las fieras y tú con eso de no haberte llevado el flamenco vas a estar muy tuya.

10. Un Nokia 3310

Si el trabajo te lo permite, desconecta. Pero de verdad: ¿no crees que estas vacaciones serían un buen momento para olvidarse de las redes sociales y disfrutar de la experiencia? Exprime el viaje al máximo, visita tantos lugares como puedas, atiende a los tuyos, come bien y descansa mejor. Pero sobre todo: di no al flamenco rosa.