SMITH: Señora Deneuve, no puedo más, debería respetar la norma número uno de mi padre sobre que no hable con seres carnívoros, pero es que necesito decirle que lo sé.

DENEUVE: Enchanté, mon chéri, pero no sé a qué se refiere exactamente.

SMITH: [Jaden mira hacia arriba de forma pensativa] Verá, siempre me ha rondado esta pregunta por la cabeza: ¿es usted humana?

DENEUVE: Excuse moi, creo que no le he entendido, jovencito.

SMITH: Quiero decir, ¿es usted de este planeta?

DENEUVE: [Catherine ríe por lo bajo y trata de seguirle la corriente] Hasta donde mi mente llega, sí. Creo que sí.

SMITH: ¿Sabe usted, señora Deneuve, que la mente pertenece a otro alma que habita en otra dimensión?

DENEUVE: Es usted muy gracioso jovencito, me recuerda a alguien a quien conocí hace tiempo. Era un actor que me presentaron en una fiesta de Hollywood Hills. Salía en una serie que se llamaba algo así como… [piensa mientras termina de aspirar fuerte un cigarrillo].

SMITH: ¿El príncipe de Bel Air? Desde luego, ese es mi padre. El Dios, el cielo, la tierra, el agua y el oxígeno de éste, nuestro universo. ¿Sabía usted, señora Deneuve, que existe vida infinitamente más allá de donde alcanzan a comprender los seres humanos?

DENEUVE: ¿Es ese el argumento de su próxima película? Jamás os cansáis por allí de inventar nuevos mundos para no pensar en éste, con todo lo que tenemos. En 1978 Ridley Scott me envió un guión para matar extraterrestres en el espacio. Obviamente le dije que…

SMITH: ¿Sabe usted, señora Deneuve, que yo hice junto a mi padre la mejor película de ciencia ficción de todos los tiempos en la que en el futuro la humanidad era exterminada del planeta?

DENEUVE: Eso mismo me decía Roman [Catherine se refiere a Polanski] para preparar mi papel de mujer desequilibrada en Repulsión.

SMITH: Oh, señora Deneuve, a punto estuve de estar en esa película. Mi padre me pasó la llamada de la secretaria de Polanski, pero tenía mi iPhone 18s en silencio. Estaba terminando de leer la Apología de Sócrates.

DENEUVE: Pero... mon chéri, cuando Repulsión revolucionó este mundo su padre aún no había ni nacido. Creo que se equivoca de película, jovencito.

SMITH: Señora Deneuve, déjeme hablarle sobre la inmortalidad. ¿Sabía usted que si se alimenta única y exclusivamente de alimentos macrobióticos puede alcanzar un estado de levitación inmortal? Pues así es como yo, Jaden Smith, a punto estuve de estar en su película.

DENEUVE: [Piensa durante un breve, pero incómodo silencio, mientras se saca otro cigarrillo del bolso de mano] Es usted muy gracioso, jovencito. ¿Tiene fuego?

SMITH: Oh, no fumo, señora Deneuve. En mi planeta sólo fuma usted en sus películas.

DENEUVE: Oh, ¿y cómo se llama ese planeta, jovencito?

SMITH: Planeta Deneuve, donde no existe el hambre ni las guerras y en el que usted, señora Deneuve, es la luz que nos guía.

[Catherine Deneuve se gira para pedir fuego y cuando vuelve Jaden ya no está, se había esfumado sin dejar rastro. Catherine Deneuve sonríe, pues su legado había traspasado dimensiones].