Doce segundos fueron suficientes para que un micro caído en las cuerdas del piano provocara un parón de apenas un instante. El rostro incrédulo de Adele hacía intuir el fallo técnico al que se enfrentaba su actuación durante los Grammy, a los que había acudido para cantar All I ask con cambio de vestido incluido.

Para aclarar lo sucedido, Adele ha tuteado que la razón de los tres minutos entre fallos de tono y sonido extraño en su actuación se debió a que uno de los micrófonos del piano se cayeron entre las cuerdas de este, ocasionando un punzante ruido similar al de una guitarra que le impidió oír que estaba fuera de tono.Eso sí, el mal trago derivó en un par de hamburguesas de la cadena In'n'out, "por lo que quizás hasta ha merecido la pena".

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Más es más en la alfombra roja de los Grammy