Si te decimos que el ácido hialurónico es, posiblemente, uno de los mayores milagros de la industria cosmética y estética para acabar con las arrugas puede que se te escape algo como “¿Ácido hialurónico? ¿Otra vez?” Esta tan presente en nuestro día a día que es muy probable que, a la hora de elegir un cosmético, te olvides de que esta maravilla existe y decidas centrar tu atención en otros ingredientes antiedad: retinol, vitamina C... Pero acepta un consejo: la próxima vez que vayas a obviarlo por considerarlo “poco especial”, recuerda que te encuentras frente a unos de los activos más potentes, en lo que a la lucha contra los estragos del tiempo se refiere. Hemos hablado con la Dra. Mar Mira, de la clínica Mira + Cueto sobre este ingrediente cuyo valor y uso está más que justificado.

Para empezar, el ácido hialurónico forma parte de nuestro propio cuerpo, de manera que “es parte del tejido conjuntivo que sirve de sostén al organismo. Está debajo de la piel, junto a las fibras de colágeno”. Por ello, su pérdida, que se acentúa a medida que cumplimos años, va asociada a una pérdida de volumen y firmeza, lo que se traduce en la aparición de arrugas. De ahí que, tanto su uso estético como cosmético, esté tan demandado.

Por norma general, el ácido hialurónico puede aplicarse de dos formas: si se infiltra mediante pequeños pinchazos, “desarrolla colágeno, retiene agua y sirve como materia de relleno cutáneo.” Si se aplica en crema, es un potente agente hidratante. Como nos recuerda la Dra. Mira, “su uso en cosmética se da desde 1996 y se emplea para hidratar la epidermis, ya que ayuda a que se reconstituyan las fibras que sostienen los tejidos de la piel”. Además, como a nivel cosmético solo hidrata la piel, su uso es compatible con la mayoría de tratamientos sin interferir con la acción de otros ingredientes. “Solo estaría desaconsejado el ácido hialurónico inyectable en zonas que se hubiesen infiltrado anteriormente sustancias no reabsorbibles o en pacientes con enfermedades autoinmunes.”

Su aplicación, en crema o mediante mesoterapia, solo depende de los resultados que deseemos conseguir.“Mediante infiltraciones es mucho más efectivo, ya que penetra totalmente en la piel. Además las características y propiedades de uno y otro, como hemos explicado anteriormente, no tienen nada que ver”. Eso sí, mientras que en crema puede aplicarse en pieles más jóvenes, ya que su uso es puramente hidratante, las infiltraciones se recomiendan sobre todo si ya has pasado la barrera de los 30 o 35 años. En ese momento en el que la pérdida de firmeza comienza a hacerse más evidente, empezarás a sacarle mayor partido, “aunque al final todo depende de la calidad de la piel del paciente y des sus necesidades específicas”.

Una de las razones por las que ha crecido su demanda en tratamientos en cabina, es precisamente por su alta efectividad a la hora de luchar contra las arruguitas y otros signos de la edad. Y es que tal y como explica la Dra. Mira, “con las infiltraciones, los resultados se empiezan a ver desde la primera sesión y sus efectos duran aproximadamente entre 12 y 16 meses”, lo que se traduce en una reducción visible de las arrugas y un aumento de la firmeza de la piel, proporcionando desde el primer instante un aspecto más joven. Por ello “se ha comprobado que para rellenar e iluminar la piel es el mejor ingrediente que hay ahora mismo en el mercado”.

Visto lo visto, solo nos queda hacernos una pregunta: ¿cómo será el futuro del ácido hialurónico? La Dra. Mira lo tiene claro: “Cada vez será más versátil en el sentido de que existirán características diferentes entre unos hialurónicos y otros, y así poder hacer tratamientos más sutiles. Se está evolucionando a ácidos hialurónicos de mayor duración y más moldeables para perfeccionar ese aspecto de naturalidad en los tratamientos”.