Ahorrar se ha convertido en el afán de la sociedad actual, pero no solo en lo que respecta a cuestiones económicos sino más bien al tiempo. Tal es esta urgencia de ahorro de minutos en nuestro día a día que hacemos lo imposible por simplificar al máximo nuestra rutina de cuidado facial, una tendencia que ha adquirido el nombre de 'skinimalismo'. Y una de estas partes de nuestro día a la que hemos visto que podemos quitar de aquí y de allá es a los rituales de belleza, algo que no nos ha costado nada y que nos lo han puesto muy fácil los productos 2 en 1.

¿Qué son los productos 2 en 1?

Cada vez son más la cantidad de productos que cumplen dos funciones de un solo golpe, pero a pesar de que se trata de productos de lo más práctico, también en torno a ellos ha surgido un gran debate y es que, ¿funcionan realmente para sus dos o más usos?

Gel-champú

Este producto ya es un clásico, especialmente a la hora de alojarnos en un hotel, donde es habitual, además de los pequeños amenities, encontrarse un dispensador de este producto de doble uso. A pesar de que al día siguiente vemos que el pelo está correcto, los expertos discrepan sobre su uso continuado. "No hay ningún problema en intercambiar su uso o utilizar productos formulados para cuerpo y cuero cabelludo a la vez, especialmente si es por periodos cortos de tiempo.

A la larga, el gel y el champú son productos con una formulación diferente, concebidos para actuar en áreas distintas. Los geles de ducha suelen llevar detergentes para limpiar la piel, pero a la vez activos emolientes para restaurar la barrera lipídica y suelen estar formulados a un pH de 5,5", indica la dermatóloga Ana Molina sobre este debate. "Mientras que los champús son ricos en activos quelantes que permiten limpiar y arrastrar bien toda la suciedad que se acumula en el tallo piloso, incorporan acondicionadores o siliconas que recubren el pelo para dar ese efecto de suavidad, brillo y volumen. En resumen: desde el punto de vista dermatológico, no pasa nada por intercambiarlos o usar un mismo producto para todo, especialmente si es de forma ocasional. Sin embargo, el uso continuado de un champú en el cuerpo puede acabar resecando la piel, y el uso del gel en el cabello provoca que éste se vea más apelmazado, sin brillo o más áspero", concluye la especialista.

Champú-acondicionador

Este es uno de los productos 2 en 1 que más conflictos está creando. Y es que, según apuntan numerosos expertos, el acondicionador y el champú no deberían mezclarse en un solo producto porque son productos totalmente opuestos.

El champú-acondicionador, en teoría, debería ser un producto que limpia pero que también suaviza el pelo y, en definitiva, lo acondiciona. Pero como por todos es bien sabido, los acondicionadores y los champús están compuestos por distintos ingredientes. De hecho, los acondicionadores suelen contener ingredientes que apelmazan el cabello, como son las siliconas o los polímeros, y, en algunos cabellos hace que se vean más lacios el día que se aplican porque pesan más y ensucian el pelo, como es el caso de las siliconas que, además, afectan a la raíz del pelo. Por esta razón se recomienda aplicar el acondicionador de medios a puntas. Por supuesto, para lanzar estos productos y hacerlos funcionales, se han reducido en cierta manera las propiedades acondicionadoras que apelmazan el cabello, pero, aún así, sigue creando ciertas dudas.

Aceite para todas las partes del cuerpo

El aceite se ha convertido en uno de los productos estrella de nuestro neceser por la hidratación que aporta a la piel y al cabello. Por ello, muchos aceites se recomiendan en su etiqueta para pelo, rostro y piel del cuerpo. Pero lo cierto es que no funciona ni a todos los tipos de pelo ni a todos los tipos de piel, y es que, además, las necesidades hidratantes del pelo y de la piel son completamente distintas. En este sentido, si se tiene el pelo muy fino, con falta de volumen o con tendencia grasa hasta en las puntas, el pelo se termina apelmazando. Sí podríamos usarlo, por ejemplo, si el cabello en cuestión es muy seco.

Por su parte, con la piel del rostro ocurre algo similar. Se necesitan productos más suaves y también con ingredientes activos más precisos para poder hidratarlo y combatir ciertos problemas de la piel, mientras que para el cuerpo buscamos hidrataciones más intensas y severas que desequilibrarían el rostro, por ejemplo.

Cremas de cuerpo y rostro

Lo mismo ocurre y mucho más con las cremas recomendadas para todo el cuerpo. De nuevo, la piel del rostro no es igual que la del resto del cuerpo, es más delicada y, por tanto, tiene otras necesidades. Además, hay que hacer especial mención a las pieles sensibles, con rosácea, acnéicas o con necesidades especiales. Es decir, estos productos no son para todos y, a veces, ni siquiera para la mayoría.

Contorno para ojos y labios

El contorno de ojos que puede usarse indistintamente para ojos y también para labios es una de las estrellas del momento. Lo cierto es que muchos de ellos suavizan las arrugas del rostro al tiempo que aportan nutrición e hidratación. De hecho es el producto más aceptado e incluso hay expertos que recomiendan usar el contorno exclusivamente para el cuidado de los labios. Sin embargo, ¿si existe un producto específico para cada zona, por qué no lo utilizamos? Podremos recurrir a nuestro contorno de ojos para cuidar la zona de los labios siempre que sea muy nutritivo e hidratante y contenga ingredientes antiedad que suavicen las arrugas. La piel del contorno de los labios, al no ser una piel tan fina como la del contorno de los ojos, puede mostrar signos de envejecimiento más notorios, por lo que hay casos en los que quizás si se deben emplear productos específicos.

En definitiva, los productos 2 en 1 funcionan, sí, aunque no serán tan eficaces como los productos específicos. Eso sí, pueden convertirse en nuestros grandes aliados al irnos de viaje, un día en el que tengamos prisa o si nuestra piel y pelo son más neutros.