¿Pagarías 3.000 € por una clase de yoga?

Los gimnasios California son los más reconocidos en Vietnam. Sin embargo, la clientela más selecta quería espacios de auténtico lujo, y así surgen los Club Centuryon, unos gimnasios Premium en los que la cuota anual supera los 19.500 € anuales si nos apuntamos a todos los servicios que ofrece. Destaca especialmente el Royal City Club de Hanoi, donde cada socio tiene un entrenador personal entre 3 y 5 veces por semana, disponible 24 horas los 7 días de la semana al teléfono y cuya decoración es pura ostentación. Además, presume de un Yoga Center de 2.000 metros cuadrados en el que imparten las clases de yoga más caras del mundo: 3.000 € por sesión.

Este gimnasio de Chelsea está considerado uno de los más elitistas de Londres, aunque es fácilmente entendible si tenemos en cuenta que la cuota mensual es de 675 €. KX forma parte de un club privado con restaurante y, en cierto modo, recuerda a un gran hotel de lujo, salvo que está ahí para tonificar y mejorar nuestro cuerpo. En los vestuarios, una amplia gama de productos de Kiehl’s y todo lo que podamos necesitar. Además, un equipo de conserjes se encarga de cualquier capricho que tengamos. Hay piscinas, saunas, salas privadas para ejercitarse en soledad… y no falta ni su propio espacio de manicura y pedicura. Es el gimnasio de Pippa Middleton.

No es de extrañar que en el Golfo Pérsico se encuentren algunos de los gimnasios más elitistas. El Bare Dubai es uno de ellos, y destaca, más allá de los 180 €/mensuales de cuota, por sus extras e instalaciones de diseño, que hay que pagar aparte. Su estrella es la sala que ha creado junto a la firma relojera Tag Heuer para el entrenamiento ‘a oscuras’. Realmente es con muy poca intensidad de luz, que llega por neones y colores fluorescentes. Son clases especiales que cuentan con su propio DJ en la sala para hacer quemar a los deportistas alrededor de 1.000 calorías (o eso publicitan). Se proyecta sobre el muro un reloj de la firma que marca la intensidad del entreno.

Los gimnasios Equinox también cuentan con su propia división de lujo. En este caso, se llaman E at Equinox y hay dos, en Nueva York y Londres, cuyos socios pagan alrededor de 1.800 € al mes por poder entrenar allí. No hay tarjeta de entrada, sino lectores de retina que permiten el acceso y cada socio cuenta con su entrenador personal que gestiona un plan privado según sus necesidades y objetivos, dentro de un programa llamado Tier 4. Cada sesión se realiza con cuatro entrenadores al tanto de cada socio (no llegan al centenar los socios apuntados) y se ofrece la oportunidad de escanear en 3D nuestro cuerpo para controlar el progreso. Eso sí, solo dos sesiones por semana.

Hace falta disponer de una buena cantidad de dinero para poder disfrutar del gimnasio más exquisito de Houston: The Houstonian Club, y es que hay que pagar alrededor de 19.600 dólares anuales para disfrutar de sus instalaciones. En el complejo deportivo cuentan con tres piscinas, nueve pistas de tenis (cuatro indoor y cinco exteriores), estudio de yoga, de boxeo, Pilates/Gyrotonic… y su propio equipo de aparcacoches. Y es que todo forma parte de un club privado de mega lujo en el que, eso sí, todo está enfocado a lo saludable, lo deportivo y la vida sana. Un hotel y un spa completan The Houstonian.

Con la intención de atraer solo a la élite, este gimnasio de Phoenix no ha reparado en gastos ni atenciones, claro que luego sus clientes bien que lo pagan. Nada menos que alrededor de 24.700 euros es lo que hay que pagar para contar con la cuota anual de entrada, aunque más que un gimnasio se trata de un complejo de entrenamiento personalizado. Cada cliente pasa por un estudio pormenorizado en el que se crea un plan de entrenamiento y que consiste de pruebas que luego sirven de guía. Todo se va a justando a las necesidades y objetivos planteados de manera individual. No es de extrañar que sea el favorito de famosos y deportistas de élite como Eva Longoria o Kevin Love (NBA).

Los cruceros de más alta gama de Royal Caribbean (Quantum of the Seas, Anthem of the Seas…) han reservado un lugar muy especial para el gimnasio: las mejores vistas en la última cubierta. De hecho, todo el frontal de este centro deportivo da de cara al océano, por lo que se realiza el ejercicio de cardio nada menos que con la inmensidad del mar como compañera, sin necesidad de televisores o de cualquier entretenimiento, aunque también cuentan con todos ellos. No faltan entrenadores personales, mediciones y tratamientos personalizados y, siempre, con las mejores máquinas del mercado, todas de estreno.