Los mejores locales de música en directo de Estados Unidos

No hacía falta una serie de televisión para colocar a Nashville como el epicentro de la música country de Estados Unidos, pero sin duda la popularidad de la serie le ha dado el espaldarazo internacional que le hacía falta a un estilo musical que apenas destaca fuera de los estados del Medio Oeste y el Sur del país. Nos guste o no el country, visitar la autodenominada ‘Ciudad de la música’ es toda una experiencia. Incluso su mercadillo tiene ambiente musical. El Music City Market Place reúne todo tipo de objetos artesanales, con guiños constantes a la música, en los diferentes puestos.

Hay que ir sí o sí al Honky Tonk Highway (Lower Broadway), lleno de locales de conciertos en vivo. De hecho, un Honky Tonk es un local con al menos un escenario, bebidas y música diaria. Layla’s, Legends Cornero r Nudie’s son algunos de esos rincones con encanto. Una app mantiene al día todo lo que se cuece en la ciudad en materia musical.

Además, el Country Music Hall of Fame es todo un museo de curiosidades. Tanto como las visitas a los famosos estudios RCA (Elvis, Roy Orbison, Dolly Parton…), al Partenón (reproducción del de Atenas en el Parque del Centenario), al Auditorio Ryman (la visita al backstage permite grabar nuestra propia canción), así como acudir a las noches de micrófonos abiertos, que son como en las películas.

Si Nashville es la ‘ciudad de la música’, la capital de Texas lo es de los conciertos y los festivales. Prácticamente no hay mes en el que Austin no acoja un gran espectáculo de varios días de duración, y no tiene por qué ir relacionado con la música country, aunque abundan los clubes de baile de este estilo en los alrededores de la ciudad. El más importante, eso sí, es el Austin City Limits, que se desarrolla durante dos semanas en uno de los parques públicos más bonitos y amplios de la ciudad (rock, indie, folk, country, pop…). Precisamente la visita a las bambalinas del ACL en el Moody Theater es el mejor modo de adentrarse en la vida musical de Austin.

No faltan en su centro histórico diferentes ‘honky tonks’ y a lo largo del mismo se han creado rutas de cicloturismo y de gastro-turismo en los que se combina la música con diferentes escenarios naturales y urbanos, así como con los locales más de moda o los clásicos de la cocina texana. No hay que olvidar que Austin es todo un caso aparte en Texas, pues se trata de una ciudad mucho más hípster y alternativa que el resto del Estado.

Hay que añadir a nuestra visita las tiendas Austin Rocks y Toy Joy, llenas de curiosidades musicales y juguetes, respectivamente, que no dejan indiferente (ambas en la Segunda Avenida). La tienda de discos más venerada, Waterloo Records (600 N Lamar Bvd.), una institución entre los melómanos y coleccionistas. Y no hay que irse sin visitar una noche los clubes de las calles Cuarta y Segunda.

Fuera de Estados Unidos, no muchos saben que Saint Louis es una de las joyas musicales del país. Como ocurre con Minneapolis, por no haber encontrado nunca un hueco para explotar internacionalmente y, sobre todo, porque ha apostado desde siempre por la música en vivo más próxima. Y no será por falta de historia.

El blues se vio originado en estos lares, donde las bandas lo son todo (se pueden escuchar cada noche un sinfín de bandas de todo tipo, interpretando canciones de grupos famosos o sus propios temas). Un local muy famoso es el BB’s Jazz, Blues & Soups, una sala-restaurante que está cerca del Estadio Busch en Broadway. Además de actuaciones de todo tipo, es posible cenar allí platos tradicionales de St. Louis como el Filé Gumbo, un guiso cajun picante de carne, pescado, pimientos y cebollas, servido con arroz y maíz.

No puede faltar un paseo por The Loop, que es el distrito de entretenimiento por antonomasia. Se llama así porque es donde el antiguo tranvía daba la vuelta tras su recorrido por el centro de la ciudad. Hay muchas tiendas y restaurantes y bastantes referencias culturales. Pero lo que llama la atención es su apuesta por la música en directo. Allí están el emblemático Blueberry Hill, un club de música repleto de recuerdos, y el Paseo de la Fama de San Luis (Janis Joplin, Chuck Berry, Miles Davis, Tina Turner…).

Nueva York está llena de lugares que han marcado la historia de la música, siendo el más famoso el Strawberry Fields, el lugar levantado para el recuerdo a John Lennon, a poca distancia de donde fue asesinado el artista. No es el único recuerdo a un músico. Un mural en el East Village (132 E 7th) rinde homenaje a Joe Strummer, el líder de The Clash. Y si tenemos que tomar un café, nada mejor que en el 115 de MacDougal St. Allí se encuentra el Café Wha?, un centro esencial para la música de los 60, donde se forjaron carreras como las de Jimi Hendrix, Bruce Springsteen, Bob Dylan…

Por supuesto, la escena musical pasa también por templos como el Apollo Theater, el Madison Square Garden o el Radio City Music Hall, especialmente si elegimos conocerlos con la excusa de algún concierto, y no solo las visitas turísticas. También hay música en vivo en rincones de Broadway como el Ed Sullivan Theater, donde lograron la fama norteamericana los propios The Beatles. Y no faltará tampoco la visita al The Metropolitan Opera, que es sin duda uno de los lugares más importantes de la escena musical mundial.

Una escapada musical a Los Ángeles debe empezar siempre por el Sunset Strip, la calle donde nacieron las leyendas del rock (y también donde se marcaron grandes borracheras en los muchos locales de conciertos y copas que allí había). A lo largo de casi 2,4 km. se sucedían diferentes locales y espacios en los que actuaron David Bowie, Jim Morrison, Jimmy Page, Guns N'Roses... Hoy sigue habiendo bastante marcha, gracias a recintos y locales como Viper Room, The Troubadour, Rainbow Bar...

No podemos olvidar que estamos en la ciudad que acoge a los estudios de Hollywood y, si es famoso el Paseo de la Fama de gente relacionada con el cine, también hay uno solo de músicos. Se encuentra donde el Guitar Center de Sunset Boulevard y, eso sí, se ha reservado para los rockeros. Can Halen, The Cure, ZZ Top, Iron Maiden... son algunos de los que allí dejaron sus palmas.

Otros rincones para melómanos en Los Ángeles son la tienda de discos Amoeba Music, también en Sunset Boulevard, que presume de ser una de las tiendas de discos más grandes del mundo (ocasionalmente también acoge conciertos gratuitos); Capitol Record, el anfiteatro de Hollywood Bowl (sede de magníficos conciertos desde hace décadas), el Museo de los premios Grammy o el Los Angeles Music Center, que agrupa diferentes edificios relacionados con la música y el entretenimiento (entre ellos, el Walt Disney Concert Hall de Frank Gehry).

Aunque Nueva Orleans es más conocida por su particular carnaval o su gastronomía, tan diferente al resto del país, con ese toque francés y multicultural, la música también forma parte de su ADN. Cuenta con dos grandes festivales de música: el Jazz Fest (este estilo musical nació en la ciudad) y el French Quarter Fest, aunque no faltan eventos durante todo el resto del año, en diferentes estilos musicales que permiten entender el eclecticismo de la ciudad.

Los que quieran no perderse las típicas ‘parades’ en plena calle de música y baile, no tendrán que irse muy lejos del centro histórico, pues las ‘Second Lines’ (así también se las conoce) se van sucediendo como elemento meramente turístico cuando se está fuera de la temporada. La mayoría, alrededor de los bares de música y copas (sí, los ‘hankies’). Además, la ciudad cuenta con muchísimos clubes, más de 80, que se han especializado en todo tipo de estilos. Los más clásicos, en el distrito francés, son el Pat O’Brien’s, el Carousel Bar, Tipina’s o Preservation Hall, entre otros.

Cada vez son más populares los clubes de baile Cajun, con ejemplos como el Rock ‘n’ Bowl, toda na institución, donde cada noche hay espectáculo y baile en directo, con animadores vestidos al estilo de los años 50 y 60.