"En La Salita, Begoña Rodrigo se deleita con el producto que mejor expresa su visión del territorio y profundiza en el universo vegetal que la rodea sin perder esa gozosa acidez que siempre le ha definido". Estas son las palabras que la Guía Repsol dedica al restaurante que capitanea la chef en Valencia, el único galardonado con Tres Soles Repsol en la reciente gala de Soles Guía Repsol 2024, celebrada en Cartagena.

En un contexto en el que las cocinas que gozan de mayor prestigio continúan dominadas por hombres, que Begoña Rodrigo haya logrado este reconocimiento es una noticia esperanzadora, un premio que nos sitúa a una mujer en el podio 'gastro', y que hace gala a uno de los establecimientos gastronómicos que más lo merecen de la costa levantina. Los motivos los encontramos en la propia justificación que realizan del restaurante en la Guía Repsol ("sus platos tienen la frescura y la salinidad del Mediterráneo y el arrojo de una cocinera a la que no se le pone nada por delante. Sabores profundos, de acidez controlada que potencian los matices de las verduras, que lo mismo abrazan, que estallan o dulcifican"), pero también en los comensales que por allí han pasado, que lo califican con una puntuación de sobresaliente en TripAdvisor. Aún hay más: suma también Una Estrella Michelin, ocupa el puesto 16 de Mejor Restaurante Vegetal del mundo, y Begoña Rodrigo también ha ganado el título de Mejor Cocinera de Verduras de Europa, y la segunda a nivel global. No es poco.

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Teniendo en cuenta todos estos parámetros, resulta evidente decir que quien pasa por La Salita sale de allí sintiendo haber satisfecho el paladar, pero habiendo vivido también una experiencia enriquecedora de esas que te invitan a volver. Porque La Salita, además de sumar puntos por estar ubicado en un encantador palacete de Ruzafa, presenta una propuesta culinaria de cuatro menús degustación muy diferentes que van desde los 129 euros hasta los 175 euros, además de opción también para los más pequeños (por 50 euros).

Entre las opciones encontramos una cocina de territorio que pone su foco de atención en las recetas de interior de su huerta valenciana, y la conjuga con guiños al mar que les baña, el Mediterráneo. Todos los platos resultan irresistibles: nigiris de tonyina picantes, fósil de pescado azul y puerros confitados, arroz escabechado de setas, terrina de cochinillo ibérico, ravioli de pesto de pistacho y jugo escabechado de sus manitas o, incluso, embutidos vegetales como la caña adobada de nabo, el pastrami ahumado de rábano sandía, la sobrasada de calabaza, o su paté de setas y castañas.

Algo que además suma todavía más puntos a La Salita es la variedad de espacios que ofrece a los comensales. Comer a gusto es un placer, y cuando el entorno se complementa en una sintonía perfecta con la comida, la experiencia alcanza el grado hedonista que buscamos. Por eso, en este restaurante ofrecen hasta tres espacios diferentes. Hay un jardín íntimo que actúa de oasis en pleno Ruzafa, una mesa-barra para todos los curiosos que quieran ver cómo funciona su cocina, y más mesas en comedor principal en el piso superior.