Perfectos para aquellas personas que, o nunca saben qué pedirse, o quieren un poco de todo. Los buddha bowls han revolucionado la forma de entender el menú. ¿Para qué conformarse con un plato si puedes tenerlos todos? Y qué decir para aquellos instagrammers a los que les gusta presumir de almuerzo entre sus seguidores. La mezcla de alimentos, colores y texturas garantiza el éxito (o mejor dicho, los likes).
Además, si el problema es la operación bikini, los buddha bowls se convierten en los aliados perfectos para lograr este objetivo, ya que la filosofía detrás de este plato es la misma que nos llevó antes a aficionarnos a las semillas de chía, los desayunos con açaí y los batidos de té matcha. Al igual que otros 'superalimentos', se ofrecen como una alternativa divertida y saludable a los platos a la plancha y las ensaladas tradicionales.
Como explica el equipo del restaurante madrileño Superchulo, en cuya carta pueden encontrarse siempre varias opciones de buddha bowls de temporada, estos se componen de una original base fría, templada o caliente a la que se le añade una porción de proteína junto a uno o dos ingredientes que culminan un plato atiborrado de nutrientes. De hecho, cuenta con su propio hashtag en Instagram, a través del cual se puede acceder a infinidad de ideas y combinaciones para no tener que repetir nunca el mismo buddha bowl.
El aguacate, las verduras crudas, la quinoa, o el queso de cabra suelen ser un must en las recetas circulan por la red social, y es que el secreto para un buddha bowl inolvidable es conseguir el toque cremoso, el golpe crujiente y el gusto sabroso en una sola cucharada. En este sentido, se ofrece como el equilibro perfecto entre carbohidratos, grasas saludables y proteínas.
En definitiva, diferentes ingredientes, muchos nutrientes, y pocas calorías, con alimentos saludables y basados en el concepto #realfood. Una variedad que, por otro lado, ayuda a reducir los antojos y a aumentar la sensación de saciedad facilitando la pérdida de peso.
