Todo el mundo sabe que los ojos son el espejo de alma pero, ¿y qué pasa con los dientes? Nadie se imaginaría todos los datos que se pueden sacar de una sonrisa, más allá de si ha sido otra víctima más del aparato en la adolescencia.

Por eso, la doctora en Ciencias Químicas y especialista en Bioneuroemoción y Psiconeurodontología, Rocío Lapuente, pone especial énfasis en analizar las piezas dentales para descubrir partes únicas la historia personal de las personas, así como su forma de afrontar la vida. "El estado de los dientes puede hablar de las cosas por las que has pasado a lo largo de tu vida e incluso permite ver la forma con la que se enfrenta al mundo una persona. Un aspecto clave de su forma de ser y entender la vida", explica.

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En este sentido, asegura que la descodificación dental saca a la luz aspectos que normalmente pasarían desapercibidos y que tienen una explicación psicológica, como la forma de los incisivos o los espacios entre los dientes. Además, pueden percibirse por la relación directa entre el material del que están hechos los dientes y las capas corticales del cerebro: "El origen del tejido que conforma a las piezas dentales es el mismo que el tejido embrionario del que proceden nuestras neuronas, se formaron en el útero materno y han seguido conectados. En los adultos, la colocación, forma o estado de los dientes responde a nuestros pensamientos y sentimientos, a cómo percibimos la vida y cuáles han sido nuestras experiencias vitales”, afirma Lapuente.

Dientes descolocados, momento de cambios

"El movimiento a lo largo del tiempo de las piezas dentales puede reflejar un cambio de perspectiva de la persona hacia la vida. Esta modificación puede realizarse en dos sentidos: un diente bien alineado que pasa a una mala posición, o viceversa… En función de sus vivencias", señala la experta.

Fracturas y paz

En el caso de las fracturas, la experta asegura que suelen tratarse de conflictos resueltos, de la resolución de un tema que nos preocupaba.

Sangrado de encías o sensibilidad

Las personas que sufren con frecuencia sangrados en las encías suelen ser de naturaleza sensible, que se deja llevar por los sentimientos y fácil de herir. De la misma manera, tiende a empatizar con los demás y absorbe el estrés de su entorno.

Caries y conflicto emocional

No son solo la consecuencia de un deficiente cepillado. A veces, las caries son el símbolo de problemas sin resolver que permanecen ocultos en el subconsciente, y según Lapuente, son diferentes en función del diente y la superficie a la que afecten. Por ejemplo, en el canino superior izquierdo, según en qué zona del diente esté, se denomina conflicto de crueldad, por ejemplo por haber sido testigo de un acto de crueldad o producida por un temor, o en otra zona manipulación, si existe también una patología en la muñeca, según el doctor Christian Beyer.

"El estrés, el sufrimiento o la inseguridad son aspectos que estimulan la creación de caries. Desde el cerebro cambia la señal eléctrica que llega al diente. Se hace frágil y es entonces cuando las bacterias pueden afectar. Es un aviso a nuestro organismo de esa desestabilidad", advierte también la experta.