Ya no damos abasto para tanta generación descubierta. Es la hora de la Generación Z. A saber, unos jovenzuelos que aún pisan el colegio o la Universidad y para los que Internet ha sido desde su más tierna infancia fuente de conocimientos autoadquiridos y club social. Estas son algunas de las conclusiones que se deducen del último estudio que la Universidad de Deusto y la agencia Atrevia han presentado conjuntamente. En el tratado de sociología mercantil, de nombre 'Generación Z: el último salto generacional' desgranan con detalle los rasgos que marcan su personalidad pero, especialmente, vaticinan las que podrían ser sus nuevas pautas de consumo.

Primera conclusión: si has nacido entre 1985 y 1992, ya no eres el centro de atención. Los millennials han pasado de moda. Pero ¿por qué preocuparse de las pautas de consumo de un grupo social que ni siquiera ha comenzado a comprar? No es nada extraño si tenemos en cuenta que la teoría del consumo más ampliamente aceptada dice que es precisamente el segmento poblacional de 18 a 24 años el que dicta tendencia sobre las generaciones posteriores pero también sobre las que les precedieron. Nuevas tecnologías mediante, también sus mayores quieren parecerse a ellos, aprender sus códigos y manejar sus herramientas. Dicho lo cual y siempre que aceptemos que sí se puede generalizar, estos nuevos grupos de influencia serán en cuestión de cinco años, no solo una importante fuerza de consumo, sino también la voz cantante que moverá buena parte del gasto de las familias.

El informe dirigido por Núria Vilanova, fundadora y presidenta de Atrevia, e Iñaki Ortega, director de Deusto Business School en Madrid, quiere llamar así la atención de las empresas a las que ponen en preaviso de que todo lo aprendido de las generaciones anteriores debe dejarse a un lado. Según dicen, el hecho de haberse educado y socializado con Internet en la pantalla del móvil ya está dando lugar a una generación que pone en cuestión autoridades hasta ahora intocables como los padres, los profesores o sus jefes en el trabajo. Pero no nos llevemos las manos a la cabeza; según dicen sus autores, también les caracteriza la mayor capacidad de empatizar, de hacer amigos, ser emprendedores precoces e implicarse socialmente.

Segunda conclusión: si todavía quieres tener un coche en propiedad, te has quedado obsoleto/a. Ahora lo que se lleva es Blablacar. Según Núria Vilanova, estos nuevos chicos y chicas "han cambiado el tener por el usar". Y, aunque no sabemos muy bien si esto ocurre por convicción propia o por necesidad (ignorancia millennial) parece que la economía colaborativa -cuando esta misma semana se conocía una sentencia europea muy poco favorable para Uber- será la que mande en los mercados inmobiliario, automovilístico y mucho más allá. "Muchos de sus integrantes irán sumándose a esta realidad emergente, tanto en calidad de usuarios, como también en calidad de emprendedores y proveedores de servicios".

Pero no solo desposeídos serán estos nuevos consumidores, sino también ajenos a la oficina y el horario. Gig economy es el término cool con el que se ha venido a definir. Para entendernos: el trabajo por cuenta ajena que los que hoy engrosamos el mercado laboral ya estamos viendo despegar, será el pan nuestro de cada día en cosa de 10 o 15 años. Aunque despojados de un salario y un trabajo estable, los estudiosos de la materia son positivos. "La Generación Z se vinculará más a proyectos, por lo que en el futuro se generará una gran red de trabajos autónomos que, enlazados entre sí, permitirán acometer iniciativas de gran alcance".

Tercera conclusión: si aun tienes un presidente blanco, heterosexual y toda una legislatura por delante, también estás fuera. No es postureo, ellos sí son verdaderamente tolerantes. Razas, inclinaciones sexuales o géneros ya no tienen significado. Según el estudio, a la Generación Z le preocupa el panorama político y la justicia social; temas como la pobreza, el paro o el medio ambiente. Sin embargo, vaticinan una mayor desafección de una política que, por falta de inmediatez, no responde a los tiempos que han aprendido en Internet.

Ah, y por supuesto serán mucho más digitales que tú. Hasta el punto de que tendrán que trabajar un complicado equilibrio entre la vida real y la cibernética. Así, aunque sus autores describen cierto peligro de aislamiento también dejan patente que, bien utilizada, no hay nada que temer.

En definitiva, toda una amalgama de características que parecen estar modulando una nueva y clarividente sociedad que -por si todavía no habíamos llevado el reduccionismo al límite- resumen bajo las marketinianas siglas SEIS. Es decir, que estos nuevos jóvenes se caracterizan por su Singularidad, por el Emprendimiento, por su Irreverencia, y por sus nuevos valores Sociales.

Cuarta y última conclusión: aunque se nos haya acabado el abecedario, algo se inventarán. Así que no te preocupes, ellos también pasarán de moda.

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Núria Vilanova -presidenta de ATREVIA- e Iñaki Ortega -director de Deusto Business School en Madrid- en la presentación del informe ’Generación Z: el último salto generacional’