La tecnología alcanza límites insospechados. En pleno siglo XXI pocas innovaciones sorprenden y la inteligencia artificial está a la orden del día. En relojes que cumplen funciones de smartphones, en brazaletes que miden la presión sanguínea y la fatiga, en domótica que nos permite vigilar nuestras casas a distancia... La cantidad de gadgets y accesorios digitales que nos ofrecen las casas de electrónica aumentan exponencialmente sus productos a medida que pasan los días.

Pero si hay un sector que está cobrando fuerza y saliendo de su privacidad, ese es el de la sexualidad. El auge de los juguetes eróticos ha conseguido crear también vibradores inteligentes que acompañan a las parejas integrándose en sus relaciones y también forman parte de la intimidad de las personas en solitario.

El uso de estos aparatos es, para muchos, común es indispensable. Ya son un gran número los que afirman ser digisexuales, una identidad sexual que se une con la tecnología y propia en mayor medida de los millenials y de la generación Z.

Popular Social Media Logos
NurPhoto//Getty Images


¿Qué es la digisexualidad? El término, introducido por los doctores Dres. Neil McArthir y Markie L.C., hace referencia a todas esas personas que usan aparatos electrónicos para tener sexo y que interactúan a diario con ellos.

¿Que tipo de tecnología emplean? Los digisexuales pueden usar desde aparatos electrónicos inteligentes, hasta plataformas digitales como Skype o Facetime e, incluso, robots. Sí, la realidad virtual es una de las más reclamadas prácticas para experimentar la sexualidad y es un gran número de personas el que acude a estos muñecos tecnológicos para satisfacer sus necesidades sexuales. De hecho, afirman sentirse tan atraídos por ellos que se convierten en el eje de su placer y en ocasiones hasta llegan a enamorarse.

En muchos puntos del globo terráqueo, incluso en España, ya existen burdeles de muñecas sexuales y en otros muchos como en Asia, se fabrican 'robots de consuelo' que ganan hasta 150 mil euros al mes.