Ponerse labio, (coloquialmente hablando), una técnica que parecía haber caído en desuso tras el advenimiento del denominado well-aging y la tendencia global hacia lo natural y fuera de artificio, además de un pasado de malos recuerdos con rellenos permanentes y voluminosos que nos obligaron a poner en circulación el término ‘boca de pato’, está repuntando y convirtiéndose en uno de los tratamientos más solicitados en consulta.

Parecía que la demanda de técnicas de medicina y cirugía plástica y estética habían bajado a mínimos históricos y, sin embargo, el tráfico web refleja otra realidad: la remodelación de labios con rellenos sutiles es cada vez más popular entre la Generación X, ese segmento de población nacida entre los 70 y 80 que ahora ronda la cuarentena. ¿Los motivos? A partir de esta edad la destrucción de colágeno endógeno se acelera, se debilita la estructura ósea y muscular, la arquitectura facial cae por su propio peso, especialmente el tercio inferior, esto hace que la sonrisa se descuelgue y los labios se vuelvan flácidos, con tendencia a retraerse creando un efecto visual de adelgazamiento, según comentan desde la clínica londinense Waterhouse Young Clinic, expertos en rellenos dérmicos y técnicas de vanguardia.

Y es que aquí está la clave del repunte de la demanda: el mayor conocimiento de la anatomía facial por parte de los expertos y saber cómo se responde a determinados tratamientos, el surgimiento de técnicas inéditas que ofrecen resultados ultranaturales y un repertorio de sustancias casi de ciencia ficción han hecho desvanecer el temor a la aguja en pro de un rejuvenecimiento labial del siglo XXI. "Nunca trataría un labio de forma individual como si no fuera parte integrante del rostro", declara la doctora Mar Mira, de la Clínica madrileña Mira + Cueto (clinicamiracueto.com); un punto de vista único porque a la hora de abordar un tratamiento no solo tiene en cuenta los aspectos físicos, sino también emocionales. "Un rostro demacrado a consecuencia del estrés, una expresión de tristeza o un gesto de amargura en los labios a veces se puede corregir sin ni siquiera tocar el propio labio", continúa.

Un planteamiento que también tienen otros expertos, como el Dr. Patrick Mallucci, quien a veces prefiere remodelar las mejillas y ese enfoque estratégico hace que se ‘voluminicen’ los pómulos, se levante el tercio inferior y con ello se minimicen las arrugas y el labio recobre la jugosidad perdida. Para Mar Mira las proporciones son básicas: "Hay que analizar bien el equilibrio de ese labio en la globalidad del rostro, qué distancia hay entre la nariz y el arco de cupido, proporción entre ancho de nariz y comisuras, entre labio superior e inferior, hay que analizar su dinámica, si al sonreír introduce el labio hacia dentro, cómo es su dentadura, hay que ver el tubérculo central, para lograr que el labio sea carnoso pero siga teniendo sus irregularidades que lo hacen más natural… ¡Es todo un tratado! Por esta razón el labio es una de las zonas más complejas de tratar si lo que buscamos es naturalidad y armonía", concluye.

Para la zona labial se necesitan concentraciones de bajas a intermedias para que sea fácilmente moldeable y el resultado sea lo más natural posible. Hay muchas técnicas. La Dra. Paloma Cornejo (palomacornejo.com), dermatóloga estética y especialista en láser, trabaja el código de barras con una técnica denominada Blanching: se blanquea la zona a tratar y se van dejando depósitos con microgotas de ácido hialurónico muy fluido en las hendiduras de las arrugas sin provocar abultamientos, o se crea una red que refuerce todo el contorno labial. Si el contorno está bien pero el labio ha perdido proyección, prefiere la técnica Paris Lip o perfilado labial, que no aporta demasiado volumen pero reposiciona el filtrum (columnas que van de nariz a arco de cupido) y realza el labio.

"Cada vez se busca más discreción, a veces simplemente con hidratar la mucosa labial con pequeñas infiltraciones es suficiente", asegura Cornejo. Pero si el problema no reside tanto en el labio sino en la flacidez del rostro (con el tiempo la estructura muscular de las mejillas va cayendo generando un repliegue en el reborde del labio que desciende hacia la mandíbula), no se soluciona actuando sobre la mucosa labial como tal, sino que se refuerza la zona con vectores para levantar el tercio medio del rostro creando una especie de cuñas en los ángulos de la boca para levantar la sonrisa y mitigar el gesto de amargura.

La Dra. Natalia Ribé (institutnataliaribe.com), sin embargo, ha creado su propia técnica de rejuvenecimiento y corrección de la zona labial, Clodia©, mediante la cual se aplica un gel específico inyectando dos puntos en el labio superior y otros dos en el inferior, con técnica lineal retrógrada en abanico, así desde el mismo punto de infiltración se trabaja el reborde labial, código de barras y la unión entre mucosa y submucosa.

En cuanto a sustancias, hay unanimidad entre los expertos; sin duda, el preferido es el ácido hialurónico, porque es una sustancia biocompatible, existe de forma natural en nuestro propio cuerpo y por ello el riesgo de reacciones inmunitarias es menor. Hoy hay tantos ácidos hialurónicos como necesidades estéticas. Restylane, Radiesse, Sculptra, Juvederm, Teosyal, Belotero, Volbella… Todo depende de la reticulación (red tridimensional que hace que sea más difícil que ataque la hialuronidasa, la enzima que degrada el ácido hialurónico, por tanto, sus efectos se prolongarán en el tiempo), de la viscosidad, la cohesividad, la elasticidad y la concentración, "no es lo mismo esculpir que levantar o hidratar", aclara Mira. Cada vez la ciencia avanza más hacia ácidos hialurónicos más inteligentes y de resultados asombrosos; "Lo más novedoso es que se está trabajando en ácidos hialurónicos de cadenas más largas que los hacen más resilientes adaptándose mejor a los gestos y el movimiento muscular", añade Cornejo. La innovación con estándares de calidad y seguridad muy altos son la clave.

El avance más vanguardista es Teosyal RHA, que emplea una novedosa tecnología de entrecruzamiento con una red dinámica para adaptarse al movimiento y dinamismo del rostro llevando el tratamiento de rejuvenecimiento facial a otro nivel. "La gama Resilient Hyaluronic Acid (RHA) es el filler de ácido hialurónico más similar al autólogo, pues su sistema de fabricación conserva sus propiedades naturales, con una bajísima cantidad de sustancias químicas (menos de la mitad que cualquier otro relleno del mercado) y resultados muy naturales", apunta David Fernández-Gómez, director general de los Laboratorios Teoxane España y Portugal, artífice de Teosyal RHA, y prosigue, "La sostenibilidad en medicina estética es decisiva. Reducir la cantidad de sustancias químicas y usar rellenos naturales o de sustancias similares a las que genera el organismo humano, como el ácido hialurónico que se deja de producir a partir de los 30 años, o productos orientados a las macrotendencias como sostenibilidad, naturalidad y mayor seguridad usando sustancias del siglo XXI que apoyen a los seres humanos serán la apuesta segura".

Por ello, la ciencia avanza hacia sustancias más sostenibles, biocompatibles y biodegradables que tengan el menor impacto en la naturaleza y el ser humano. Lo más innovador es la proteína de seda líquida biocompatible de Silk Medical Aesthetics Inc., 100% natural, extraída de los hilos de capullos de gusano suspendidos en líquido, usando energía solar y hojas de morera sin conservantes químicos, una apuesta pionera que aún está en fase de ensayo clínico y, si todo va bien, se podrá utilizar a partir de 2022. Es tan solo el primer paso de todo lo que está por llegar…